sábado, 13 de febrero de 2010

Hasta el alma es solo materia

Creo que somos pura materia y que hasta nuestras reacciones más sublimes (amor, creatividad, sentido del humor), son funciones orgánicas cerebrales.

Esa pura materia que produce acciones tangibles (mover, transformar, destruir) y no tangibles (inventar una historia, crear una nueva melodía, emocionar con una mirada), no responde a nuestra voluntad sino que cualquier acción que se nos atribuya es el resultado de factores orgánicos (hormonas, complexión neuronal, herencia) y no orgánicos (clima, agentes externos, azar).

Dicho de otra forma: el libre albedrío no existe y todo es consecuencia de una dinámica universal (hasta el los más pequeños detalles).

Esto implica suponer que nuestras acciones están determinadas por fuerzas naturales (atracción, repulsión, fuerzas centrífuga y centrípeta, inercia) que son causas de ciertos efectos que a su vez se convierten en causas de otros nuevos efectos.

Suponer que somos todo materia y que el libre albedrío no existe, implica descartar la existencia de algún tipo de responsabilidad y de culpa.

«Los seres humanos no actuamos: los seres humanos somos actuados (movidos, desviados, detenidos, agredidos, estimulados, atraídos)».

Alguien podría decir: «Pero si no fuéramos responsables (por ausencia del libre albedrío), nuestra convivencia sería un caos porque los delincuentes serían inimputables».

Estamos condicionados a repeler de diversas formas todo lo que pone en riesgo nuestro bienestar, nuestra integridad física o la supervivencia de la especie.

Por esa condición reaccionamos quitando del medio a todo lo que nos haga daño, ya sean personas, objetos peligrosos, microorganismo, alimentos tóxicos.

Es posible pensar que no somos responsables porque no existe el libre albedrío pero estamos diseñados para reaccionar de diversas formas (punitivas, disuasivas, reeducadoras) ante quienes hacen algo que nos perjudica.

El delincuente delinque porque no lo puede evitar y nosotros no podemos evitar apresarlo, juzgarlo y encarcelarlo.

Nota: la imagen muestra el dibujo de una figura humana asociada a una cadena de ADN.

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12 comentarios:

Anónimo dijo...

No se os puede dejar solos...
Francisco Franco

Mariela dijo...

El alma se manifiesta a través de la materia.
¿Cuándo va a aprender Licenciado?

Pedro dijo...

Nunca se hace justicia, ni con las víctimas, ni con los victimarios. Simplemente nos defendemos, sacando de en medio a quien nos amenaza. Necesitamos de los juicios para que se falle en contra de quienes nos pueden hacer daño, pero no se juzga, inventamos eso para mandar a la gente en cana o a la silla eléctrica sin remordimientos.

López dijo...

Los inimputables tampoco la sacan barata: a los niños los encierran y es poco lo que se puede hacer por ellos, con los locos pasa exactamente lo mismo.

Selva dijo...

Todavía no estamos preparados para usar la homeopatía con los delincuentes.

Yolanda dijo...

La reeducación me parece que todavía es bastante reciente. Para esto el psicoanálisis es una buena herramienta.

Sandra39 dijo...

No estoy de acuerdo con Mariela; si el alma se manifestase a través de algo, lo que sea, dejaría de ser lo que es: materia orgánica.

Rulo dijo...

Está claro que no nos gusta la muerte porque repelemos el olor a podrido.

Paty dijo...

El azar no me determina nada positivo. A mis amigas sí.

Gonzalo dijo...

En lugar de "nuestras reacciones más sublimes", leí "nuestras erecciones más sublimes"; de todos modos no estaba mal.

Eusebio dijo...

Estoy pensando que no existen las reacciones no tagibles, porque éstas corresponden a individuos o grupos. Me parece que lo único no tangible son los conceptos abstractos. Por ej: el amor no existe, pero la reacción que tiene Juan cuando siente amor, es tangible.( Siempre y cuando el criterio sea de que sólo existe lo tangible).

Maristela dijo...

Ya le dije al gordo que en pleno climaterio no espere mucha cordura de mí.