martes, 9 de febrero de 2010

Entender siempre alivia

No recuerdo de dónde obtuve la siguiente historia.

Después de 16 años, sale de la cárcel una mujer notoriamente envejecida por la mala vida.

Nadie la estaba esperando.

Comienza a caminar. La cámara nunca muestra su rostro.

Llama a la puerta de una casa, le abre una mujer que mira a la visitante con gesto de furia. Tras ella asoma la cabeza el marido quien comienza a gritarle haciéndole gestos de que se vaya.

La mujer les dice algo y ellos la dejan entrar de mala gana.

Se los ve sentados en sillones y muy tensos.

Parece que comienza a hablar por la cara que ponen los dueños de casa cada vez más enojados. Hacen gestos mostrando los dientes, los puños cerrados pero la ex-convicta sigue hablando sin moverse.

Al rato, los cónyuges se ponen serios, el hombre adopta un gesto de desconfianza. La esposa, de curiosidad y extrañeza.

Por los mínimos movimientos de la cabeza, es notorio que la visitante sigue explicando algo.

Los gestos de los esposos comienzan a cambiar, a perder crispación, a veces miran el piso, a ella se la nota con ganas de llorar, él levanta las cejas como diciendo ¡quién lo hubiera imaginado...!

Hay un momento de total quietud en la escena que termina cuando ambos cónyuges se levantan espontáneamente y abrazan a la visitante.

………

Aparentemente esta «mujer sin rostro» hizo algo que en su momento no pudo explicar y por eso fue condenada, pero cuando pudo explicarlo, fue perdonada.

El psicoanálisis logra explicar situaciones pasadas que nos hacen sufrir hasta que las entendemos.


Nota: La imagen corresponde al cuadro de Salvador Dalí titulado Muchacha en la ventana. Figuran algunos datos en Wikipedia.

●●●

11 comentarios:

Mary dijo...

Otra vez me deja de boca abierta! Me están gustando muchísimo algunos de sus relatos. Voy a imprimirlos y juntarlos en una carpeta para leérselos a mis hijos. Ellos no quieren saber nada con los psicólogos pero a mí me parece que alguna consulta no les vendría nada mal.
Bueno, de nuevo felicitaciones, es un placer leerlo.

Rosana dijo...

Quiero una réplica de esa pintura de Dalí. Algún día la voy a conseguir. Es tan sensual; además esos colores grises que son a la vez tan luminosos, y la sensación de que todo es de seda... es un bálsamo de sencillez y de paz,

Damián dijo...

Me pareció interesante que nunca se vea el rostro de la ex-convicta. Es como si ella no lograra ser persona hasta que logra explicarse frente a quienes la habían condenado.

Hebert dijo...

Imagino que esta historia puede representar a un adulto que finalmente logra clarificar su Edipo y se reconcilia con sus padres internos, después de un largo período de dolor y conflictos.

Estela dijo...

A mí me dicen que soy muy comprensiva, que entiendo a la gente. También me dicen que justifico todo. A veces me gustaría enfurecerme con mayor frecuencia y pararle el carro a unos cuantos.

Rulo dijo...

Disculpen que sea tan detallista, pero mirando la pintura me di cuenta de que alguien se afanó la otra hoja de la ventana!

Martín dijo...

Me hizo acordar de cuando volví hace poco del campamento en La Pedrera; con la diferencia de que mis viejos ni siquiera me dejaron entrar. Todo porque estaba un poco mugriento y olor a porro.

Valentina dijo...

Mi hermana es así, siempre se logra explicar y le entienden todo. Por eso la perdonan, como a la mujer del cuento.
Yo estoy segura de que mis padres la prefieren a ella.

Marcelo dijo...

Creo que voy a usar este guión para hacer el corto que me pidieron en la escuela de cine.
Gracias doc!

Sandra39 dijo...

Con nuestros conflictos internos estamos como encarcelados, nos quitan la posibilidad de desplegar todo nuestro potencial y por desgracia solemos arrastralos por mucho más que 16 años.

Lucas dijo...

Es verdad, cuando estás sorprendido levantás las cejas.
Me gusta cuando mi novia hace ese gesto. (Claro que no puedo estar sorprendiéndola todo el tiempo).