lunes, 22 de febrero de 2010

La majestuosa obediencia

Los seres vivos nos juntamos por especie. Los árboles forman un bosque, los perros una jauría, los peces un banco o cardumen.

Los humanos hacemos lo mismo en tolderías, villas, ciudades, o en número reducido: grupos, equipos, familias.

Nuestra forma de organizarnos es siempre vertical (o piramidal).

De manera informal o institucional, siempre contamos con algún jefe, comandante o presidente que nos dirige.

La visibilidad de estos dirigentes es variable.

Un monarca o un papa exhiben su poder de manera ostentosa mientras que un líder informal puede pasar desapercibido en organizaciones más flexibles (de tipo horizontal).

A los profesionales universitarios se los llama profesionales independientes (o liberales), aunque ellos también están sometidos a una autoridad superior.

La verdadera sumisión está en la psiquis de cada subordinado. La autoridad visible no es más que un referente, un símbolo del poder. Ese rey, papa, presidente o el nombre que le corresponda, está ahí para señalarle a la humanidad toda que en esa corporación nadie se manda solo, que todos obedecen, que existe una cadena de mando, que —entre todos— forman un equipo de fútbol, una empresa, un sindicato, una nación, una iglesia.

Los estudiantes de las carreras liberales, son adiestrados para pensar como se debe pensar, tienen que demostrar (en las frecuentes pruebas de evaluación) que son idénticos a los personajes que la institución (universidad, colegio, escuela) designó como los únicos modelos correctos (autores, ideólogos, filósofos, profesores).

Por lo tanto, quienes ingresan como estudiantes pensando que evitarán ser mandados, imaginando que tendrán libertad de acción, suponiendo que poseerán facultades discrecionales para actuar en la sociedad como les place, no han elegido el camino adecuado.

La única forma de ser bastante libre es optar por la marginalidad, apartarse de la sociedad, vivir en las calles o en un bosque.

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10 comentarios:

Rulo dijo...

Los peces que forman un banco son peces gordos.

Felicia dijo...

Dios siempre fue necesario porque el rey necesitaba alguien que lo mandara.

Sandra39 dijo...

Y el pobre Papa, esclavo del tiempo, consulta la hora.

Lola dijo...

Para mí es muy importante saber que siempre hay alguien encima de mí.

Ruth dijo...

Puedo entender que ud hable en este artículo de opciones y libertad, aunque argumente que el libre albedrío no existe.
Son las sutilezas que tiene el lenguaje y que lo vuelven impreciso. Si estamos con ánimo de discutir, podemos prendernos de ellas y pasarnos discrepando.

Efraín dijo...

La cadena de mando es como la cadena de frío: cuando se rompe, se pudre todo!

López dijo...

Siempre es preferible que el dirigente sea visible. No confío en los jefes que pasan desapercibidios.

Morena dijo...

Si querés ser libre lo mejor es estudiar para sanitario y tener una unipersonal (ellos vienen cuando quieren, hacen lo que quieren y cobran lo que quieren).

Manuel dijo...

Tenemos que reconocer que en la adolescencia no éramos sumisos y éramos insoportables.

M. Eugenia dijo...

Qué ansiaríamos si fuéramos libres?