domingo, 14 de febrero de 2010

Siesta en familia

— No seas descarado Mauricio que mi hermana nos va a ver —le decía mi tía a mi padre, mientras él no sé qué cosas le decía con la boca hundida en su cabellera.

Estaban tan absortos en sus juegos que no se habían enterado de que yo los miraba a cierta distancia.

No era mi intención que ellos dejaran de hacer lo que hacían porque sentía una agradable excitación en todo el cuerpo.

Mi madre y mis abuelos dormían la siesta hacía rato y en algún momento despertarían y saldrían al patio.

Como un moscardón verde y estival, él insistía en apoyar su mano sobre el muslo de ella y ella la espantaba distraídamente como quien lo hace mientras lee.

Algo le dijo él que la petrificó por unos segundos. Giró levemente la cabeza y lo miró con ojos de espanto pero con una sonrisa intraducible. Bajó la cabeza y él volvió a hablarle al mismo tiempo que apoyaba de nuevo su mano en la pierna.

Cuando quiso sacudirla como para zafarse, se enteró que él la aprisionaba con firmeza. Entonces movió instintivamente los hombros como para escabullirse en una multitud. Ya no se reía y seguía mirando el pasto sobre el que estaban sentados.

Sentí un ruido en el comedor y se me erizó la piel. Al segundo salió el gato a desperezarse donde tenía más espacio.

Él continuaba con el asedio y me di cuenta que no era un espectador neutral sino que ya había tomado partido por uno de los contendientes. Por ella.

Comencé a prestarle más atención aunque sin saber lo que pretendía que hiciera para gratificarme como hincha.

Sin dejar de mirarla y hablarle, mi papá se puso de pie, se bajó el cierre del pantalón e hizo el movimiento que me enseñó para poder orinar de pie como los hombres.

Quizá por el temor de que mi corazón rompiera el pecho y volara en pedazos, no pude ahogar un grito de sorpresa, ellos se movieron como un resorte y mi madre corrió a taparme para que no viera.

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8 comentarios:

Carina dijo...

Yo, a mi hermana, LA MATO.

Celeste dijo...

Según ud, si este hombre se tiró, fue porque vio agua.

Gumersindo dijo...

Se la tiró! ...y bue, capaz que además había un arroyuelo.

Paty dijo...

Nada que ver, Gumersindo! Él le pidió sexo oral.

Prof. Nieves dijo...

En mi opinión el relato tiene partes muy bien logradas y otras no tanto. Por ej, cuando el niño dice darse cuenta de que no era un espectador neutral, no queda claro que se refiere a sí mismo.
El comienzo "no seas descarado Mauricio", suena demasiado a telenovela venezolana. Luego hay 2 frases prefabricadas: "la boca hundida en su cabellera" y "estaban tan absortos en sus juegos". Lo de "hincha" aunque provenga del pensamiento de un niño, resulta disarmónico con el vocabulario del relato.
Todo lo demás me gustó mucho.

Lucas dijo...

Ella sonrió como la Gioconda pero asustada.

el niño huérfano dijo...

Lo peor que vi fue cuando mamá me destapó los ojos.

Noel dijo...

Al Prof. Nieves le gusta criticar.