jueves, 4 de febrero de 2010

¡Vuelve conmigo mamá!

En el artículo publicado hoy con el título El dinero que da asco les comento que somos influidos por dos tipos de órdenes:

a) La naturaleza nos impone los instintos (de conservación, de reproducción y de apoderamiento) y

b) La cultura nos impone las normas de cada pueblo (vida en familia, monogamia, patriarcado, etc.).

Algunas normas culturales se oponen al instinto (la prohibición del incesto, la monogamia, el respeto a la propiedad privada).

Pocas veces sentimos comentarios (en el cine, los libros, la televisión) sobre estos graves conflictos sin resolver. Más aún: creemos que si existen, no son tan problemáticos.

La prohibición del incesto —por ejemplo—, es muy perturbadora de todo el área afectiva.

En algún momento de nuestras vidas (de cero a cuatro o cinco años), nos enteramos del placer corporal gracias a los cuidados maternos, aprendemos a amar a «esa fuente de placer», pero luego tenemos que olvidarnos de ella como objeto sexual.

Si para un adulto es terrible distanciarse de su ex-amante, imagínense lo que esto significa para un niño, que además de ser muy frágil, no tiene experiencia en fracasos amorosos.

Peor aún: Los adultos, cuando perdemos un ser amado, seguramente se lo comentamos a todo el mundo, pedimos ayuda psicológica, rezamos para que vuelva y de a poco vamos elaborando el duelo.

Ese fenómeno (que el psicoanálisis estudia bajo el nombre genérico de complejo de Edipo), es probablemente el conflicto entre nuestros instintos y nuestra cultura que más dificultades psicológicas nos provoca.

Y subrayo: lo más doloroso no es tener que abandonar nuestro deseo de formar una pareja con nuestra madre, lo más doloroso es no poder conversarlo, discutirlo, verbalizarlo, comentarlo, desahogarnos con alguien.

Atemorizados por la represión cultural, nuestra psiquis se olvida de que tiene ese conflicto activo ¡y sin resolver!

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13 comentarios:

Rosario dijo...

No se habla demasiado del Complejo de Edipo, entre otra cosas, porque es un pequeño sector del área científica el que acepta el alcance del Complejo de Edipo.

Ramiro dijo...

No nos ocupamos del Complejo de Edipo porque se queda en el inconsciente.

Andrea dijo...

Tiene razón! Nunca había pensado lo terrible que debe ser no poder hablar con nadie de ese primer fracaso amoroso.

M. Eugenia dijo...

Cuáles son las consecuencias de no resolver el C. de Edipo?

el poeta dijo...

El peso de la cultura cae sobre nosotros como la sombra de un elefante.

Nico dijo...

Los comentarios en el cine son sobre la película.

Eusebio dijo...

Creo que los niños no son tan frágiles. Son muy moldeables.

Magela dijo...

Algunas normas culturales no se oponen al instinto, buscan ordenarlo y encauzarlo, para que no dificulten la vida en sociedad.

Martín dijo...

Yo no me enteré de los cuidados maternos, así que no tengo Edipo.

Yenni dijo...

Estamos perdiendo la cultura de la vida en familia.

Schiavo dijo...

¿POR QUE SERÁ QUE YO NO ME ACUERDO DE NADA? ¿SOY NORMAL?

Flavia dijo...

ningún amor me dura más de 3 semanas. Será por lo que dices?

Dalma dijo...

¿No podría pensarse que el psicoanálisis está obsesionado con el tema sexual?