Para homenajear al dios de la guerra Marte (mitología romana), se usó su nombre para denominar al planeta homónimo, al día «martes» y al mes de «marzo».
Cuenta la leyenda que este dios se enamoró perdidamente de una bella jovencita (Rea Silvia) y la dejó embaraza.
Ella dio a luz a los famosos gemelos Rómulo y Remo, los que fueron abandonados en una canasta en el río Tíber.
Una loba que andaba por el lugar, sintió el llanto de los niños y se ofreció para alimentarlos con su leche (imagen).
Cuando los niños crecieron, fundaron la ciudad de Roma (a orillas del mismo río Tíber).
Claro que los comienzos de esta ciudad no fueron fáciles. Para conseguir pobladores cursaron una invitación general que aceptaron los peores personajes de la zona.
En pocas horas se dieron cuenta que con tantos delincuentes y sin mujeres, nunca llegarían a tener una gran ciudad como pretendían.
La mejor idea que tuvieron fue organizar una gran fiesta.
Nuevamente cursaron una tentadora invitación a los pueblos vecinos que por supuesto rechazaron, excepto el pueblo de los sabinos, quienes ingenuamente quisieron aprovechar la ocasión para tomarse un descanso de la continua laboriosidad que los caracterizaba.
Como estaba planeado, en plena diversión, raptaron a todas las mujeres y expulsaron a los hombres.
Los sabinos volvieron a sus casas y en pocas semanas armaron un ejército para rescatar a sus mujeres.
Pero cuál no fue su sorpresa cuando tuvieron que escuchar de ellas que ya no querían volver porque todas esperaban un hijo de algún romano.
Conclusión: milenios después y en plena vida real, algunas mujeres, cuando ven en peligro su estabilidad matrimonial, se embarazan para ver si pueden evitar un desagradable regreso con sus padres.
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12 comentarios:
Niñitos que al crecer serán clientes de sicoanalistas.
Son muchas las mujeres que pretenden salvar la pareja embarazándose "por accidente".
Por lo general esa estrategia deshonesta no sirve y terminan separándose.
Las mujeres de los sabinos eran unas desamoradas. Por eso los romanos, que no contaban con el amor de sus mujeres, sublimaron su apetito conquistando a otros pueblos.
Las mujeres de los sabinos despreciaron a sus laboriosos maridos; a veces trabajar no alcanza.
Igual en Roma deben haber quedado muchos delincuentes que luego tuvieron descendencia.
A pesar de todo - y sin tener en cuenta a la mafia - los italianos son divinos!
Organizar una fiesta puede ser una estrategia para bajar el sentido de alerta del enemigo. Son mejores los desayunos de trabajo, que sólo distienden.
Moraleja: no se puede demorar demasiado en formar un ejército.
La leche de loba te despierta las ansias de poder.
Demasiado homenaje para el dios de la guerra.
Qué feo es llamar a una bella jovencita "rea"!
Prefiero dormir abajo de un puente antes que regresar con mis padres.
No se puede confiar ni de los vecinos!
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