domingo, 7 de septiembre de 2008

Los bomberos con nafta

En los artículos anteriores titulados Agresividad por convicción y ¿Cuánto me cobran por pegarle al vecino? comento algunos puntos de vista porque me parecen aceptables y, sobre todo, porque no los he encontrado en lo que habitualmente se dice sobre el tema de la violencia.

Mi punto de vista es que la agresividad es una característica propia de cualquier animal y que está legitimada si se usa para conservar la vida.

Cuando pensamos que un ser humano hace un uso no legitimable, le aplicamos una sanción —como si fuera una multa—, con la que generalmente le quitamos derechos (a la libertad, a la circulación, etc.).

Este costo que la sociedad le impone a quien usa indebidamente su agresividad, puede tener dos consecuencias: 1) disuadir a quienes estuvieran tentados a ser violentos en vez de usar formas pacíficas de defenderse o, 2) por el contrario, aumentar la violencia de quienes perciben en la sanción social un agravante de su percepción amenaza.

Había dicho que la percepción de amenaza es algo muy personal y que está influido por las circunstancias. Agrego ahora que los encargados de fijar las sanciones (los legisladores), lo hacen según su personal y circunstancial forma de imaginar que se logrará disuadir la violencia.

Si bien es probable que la mayoría de los legisladores estén convencidos de que la norma será disuasiva (razón personal) y la mayoría de los votantes también opine lo mismo (razón circunstancial por estado de conmoción, sensación térmica), estamos nuevamente ante la posibilidad de un desacierto porque los destinatarios de la norma pueden sentirla agresiva, amenazante y provocar más actos perjudiciales.

Les aseguro que ninguna de las mayorías (de legisladores y ciudadanos) que aprobaron la norma tendrán la autocrítica suficiente para aceptar que su maravillosa solución es contraproducente. Por el contrario, crearán normas aún más severas, apagando el incendio con nafta.

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11 comentarios:

Anónimo dijo...

La agresividad ajena se vive como demasiado diferente a la propia. Demasiado-demasiado!!!!

Anónimo dijo...

Es una lástima tener que pensarlo pero a veces pienso que la pena de muerte solucionaría radicalmente algunos casos de violencia.

Anónimo dijo...

Tengo una teoría sobre la violencia: Como cada vez hay más gente que practica deportes extremos que antes ni se conocían, es probable que haya otros que practican relaciones extremas.

Anónimo dijo...

Yo también he pensado que las normas restrictivas provocan la furia de ciertas personas.

Anónimo dijo...

Las leyes sirven para que los tranquilos sigan tranquilos y los nerviosos se pongan más nerviosos. Por eso es que cada vez estamos peor.

Anónimo dijo...

La televisión, los diarios y las radios son provocantes.

Anónimo dijo...

Acá mismo leí alguna vez que alguien decía que la violencia y el vandalismo generan trabajo y por lo tanto disminuyen el paro.

Anónimo dijo...

En mi Perú tb hay sanciones económicas muy severas

Anónimo dijo...

Para mí el problema está en que las películas y los juegos de PC incitan a la violencia. Son contagiosos. Sobre todo a los chicos que no tienen la madurez suficiente como para entender y controlarse.

Anónimo dijo...

Cuando alguien nos ofende en el honor, no tenemos que defender la vida pero es más o menos lo mismo.

Anónimo dijo...

Antes tenía mucho más paciencia con la insolencia de los demás. Ahora no sé que me pasa que soy intolerante y reacciono mal por cualquier molestia.