domingo, 21 de septiembre de 2008

El huracán Natalia

Las entradas para ver a Natalia se agotaron dos horas antes de que comenzara puntualmente el espectáculo.

La edad promedio de los concurrentes era de unos 25-30 años y habían concurrido con vestimenta cómoda pero moderadamente elegante.

Luego de un teatral apagón de cinco segundos, estallaron las luces y la orquesta, provocando un verdadero tsumani sanguíneo en cada unos de los 11.000 espectadores.

El show tenía una duración prevista de sólo 45 minutos como era habitual en Natalia. Por eso —y para que los asistentes pudieran desplegar el incontenible deseo de bailar los diez temas que estaban programados—, no había asientos.

Ese primer tema, sólo instrumental y lumínico —Superlight at night—, predispuso al auditorio y algunos empezaron a sacarse la ropa de abrigo.

Antes de que se calmaran los ánimos, oimos el primer grito electrizante de Natalia, característico del tema The shout of the tigress.

Ingresó al escenario cantándolo y la locura fue total.

A la orquesta todavía le quedaba mayor volumen para agregar a sus instrumentos, sin quedarse atrás del arrasador caudal de voz de la cantante.

Aunque el comienzo fue muy arriba, Natalia y su orquesta lograron subirlo más y más, provocando en los espectadores gritos, saltos, abrazos, muchas lágrimas incontenibles de las más sensibles y sobre todo un coro que hubiera puesto la carne de gallina al mismísimo Beethoven.

El décimo y último tema, We make the show, el más pegadizo y bailable de los clásicos de Natalia, fue en su versión extendida (6 minutos) y le dio al espectáculo un broche de oro que difícilmente podremos olvidar quienes tuvimos la suerte de participar en este gran despliegue de alegría, armonía, luz, color, ritmo, buen gusto y perfecto control de la desbordante algarabía que provoca la potente voz de ella.

Esta vez, el escenario estaba preparado para que la figura de Natalia se fuera perdiendo en una densa neblina multicolor, saludándonos con carismática sonrisa desde su silla de ruedas.

●●●

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Emocionante. Me gustó mucho.

Saludos

Anónimo dijo...

Astonishing! amazing! Congratulations.

Anónimo dijo...

Está bueno, pero ¿no es un poco cruel? A mi me pareció inteligente pero con retrogusto amargo. ¡Qué se yo! ¿Son gustos, no?

Anónimo dijo...

Estuvo bien logrado el clima del relato-crónica. Me emocionó como si estuviera recordando algo en lo que participé.

Anónimo dijo...

El último párrafo tiene un estilo similar al de su coterráneo Horacio Quiroga. ¿Tienen algo genético uds? Leí un cuento hace poco de otro uruguayo y tenía tb un remate quirogueano.

Anónimo dijo...

Después de leer el cuentito vine a los comentarios y me llama la atención que les haya gustado a todos.

Anónimo dijo...

La idea es muy ingeniosa pero me parece que si lo hubiera pensado un poco más quizá habría logrado mejorar el efecto sorpresa. Confieso sin embargo que yo no habría podido ni tener la idea de hacer un relato. Sólo opino como lectora habitual de literatura.

Anónimo dijo...

No hay indicios en el texto que anuncien el final. Esto le quita tensión pero el efecto sorpresa es rotundo. Qué querés que te diga, no parece que seas tan lectora, Margarita.

Anónimo dijo...

Reformule el cuarto párrafo.

Anónimo dijo...

No me cierra eso del "perfecto control de la algarabía"

Anónimo dijo...

Lo primero que pensé al comenzar a leer fue que se había montado un espectáculo basado en la grabación de un huracán. Eso nos sorprende al comenzar y luego el piñazo del cierre. De todos modos,más que el efecto sorpresa lo que me gusta de la crónica es lo bien que transmite el clima del concierto. Y ya que este espacio es para opinar, opino que debería usar menos adjetivos.

Anónimo dijo...

El título del segundo tema que menciona ¿significa "el sitio de los tigres"? Si es así me encantó.

Anónimo dijo...

Mª Eugenia es la gran preguntona de los habitualmente visitamos este sitio. Hoy me calentó ¡no es capaz de agarrar un diccionario!Como diría Tinelli y su troupe de imitadores: ¡por dios!

Anónimo dijo...

Ir a un recital con ropa moderadamente elegante huele a viento norte.

Anónimo dijo...

De acuerdo con nahuel y agrego: más a pop que a rock.

Anónimo dijo...

"El grito electrizante" y el "arrasador caudal de voz", así unidos, me hacen pensar en una catástrofe cultural.

Anónimo dijo...

Si a "We make the show" le agregamos "we are the champions" seguro que voy!

Anónimo dijo...

¿Qué es lo que le parece cruel a Patricio? ¿Que una mujer discapacitada pueda hacer saltar el piso? ¿Que existan personas discapacitadas? ¿Que nadie está libre? ¿Que la realidad es dura?¿Que unos pocos logran sobreponerse?

Anónimo dijo...

En el espectáculo del que ud. se ocupa, licenciado, ahí si creo que las localidades estuviesen agotadas. Eso de las localidades agotadas me hizo acordar, lamentablemente, a un espectáculo televisivo uruguayo, hecho por los "genios" que critican la TV porteña y después la imitan mal, muy mal.

Fernando Mieres dijo...

Gracias "el profe". Lo corregí.