viernes, 9 de mayo de 2008

«Me consume demasiado combustible»

Muchas personas creen que el psicoanálisis es un método investigativo de tipo policíaco, cuyas principales herramientas consisten en conocer lo que sucedió en la historia más remota del consultante para ir desenredando un gran nudo que es el causante de los motivos actuales de consulta.

Cuando se piensa así, no queda excluida la sensación de que los males actuales son causados por culpas pasadas y que, justamente, el método investigativo-policíaco lo que procura es encontrar ese crimen que el paciente cometió, que no recuerda cuál fue, que no sabe bien ante qué código moral, religioso o jurídico debe responder, y que todos los problemas actuales se resolverán cuando se descubra cuál es el crimen, cuál la sanción, cómo podrá realizar un minucioso arrepentimiento y expiación del delito o pecado.

Es todo muy coherente pero no es así. La idea del psicoanálisis es que la psiquis puede armarse de tal forma que algunas formas de gozar incluyen el dolor. Incluir el dolor no es que esté mal, pero si se puede lograr acceder a una buena calidad de vida sin dolor, todo sería más inteligente.

Realmente no importa mucho que la persona recuerde minuciosamente su infancia y todo lo que ocurrió después, sino que lo que interesa es descubrir cómo es la anatomía de su deseo, para lo cual el interesado en optimizar su ecuación de vida podrá hablar de su pasado, de su presente, de lo que imagina, de lo que se le ocurra, pero lo importante es que hable porque el analista está capacitado para ir diseñando la estructura de deseo y luego mejorar lo que haya para mejorar, por ejemplo, para que el analizante pueda gozar sin tener que padecer.

Al decir «lo importante es que hable» imaginé un mecánico capaz de saber por qué un vehículo consume combustible en exceso con solo escuchar el ruido que hace el motor.

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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta explicación nunca la había escuchado, me parece muy interesante pero ¿sabe una cosa? Por estar en un blog me parece que no puede ser verdadera. Esto que me pasa a mi puede pasarle a muchas personas y por ahí sus aportes no están siendo debidamente apreciados. No era mi intención darle un consejo pero al final lo hice. Espero que pueda imaginar que tengo las mejores intenciones y modestia de espíritu.

Anónimo dijo...

Aunque parezca muy loco, a mi me suena más tranquilizador imaginarme y ver que un psicoanalista es un mecánico y no un brujo con facultades paranormales, telépata o vidente. La cosa física, tangible, mecánica me asusta mucho menos que lo que no comprendo en absoluto, como son las recetas de los psicoanalistas.

Anónimo dijo...

Voy a tener que ir a un psicomecanico porque la cabeza me está consumiendo. Estoy cada vez más flaco, no tengo ganas de comer, tengo una depresión insoportable y no sé como hice para meter este comentario.

Anónimo dijo...

Es cierto eso que dice el licenciado. Yo siento que mi permanente angustia y mis enfermedades a la piel, todas tienen que ver con que deseé desesperadamente ser el marido de mi madre y odié con una fuerza monstruosa a mi padre.

Anónimo dijo...

Es demasiada casualidad que siempre me enamoro de hombres casados que están por dejar a la mujer. Es demasiada casualidad que esos hombres nunca la dejan pero sí me dejan a mí. La primera vez me dejaron embarazada. Estoy triste, me siento incompleta, me siento una imbécil, pero hay algo dentro mío que me hace perseverar en esta forma de vivir.

Anónimo dijo...

Querido Fernando:

Espero que al recibo del presente te encuentres bien.

Te diré lo que haré: Pensaré que este artículo tu no lo escribiste ni yo lo leí.

Por lo tanto, seguiré fantaseando con que eres un magnífico investigador, que podría hacerse una entretenida serial de televisión con todas las cosas que experimentas e inventas.

Espero que esta no sea para tí una mala noticia.

Te quiero mucho.

Yo