sábado, 10 de mayo de 2008

Líbranos del libro

El libro es un objeto poco menos que sagrado. Al menos para mucha gente influyente porque poseen grandes conocimientos, han desarrollado sus capacidades potenciales y han tenido oportunidad de aplicarlas.

La aplicación de esta sabiduría y estas destrezas ha venido acompañada del consiguiente poder de decisión sobre los destinos de la humanidad y sobre la administración de la riqueza disponible en el planeta.

Así puede vincularse entonces el objeto libro con las peripecias de nuestra especie. De más está decir cuán importante es este objeto.

Sin embargo habría que hacer algunas precisiones. Sólo dos para no aburrir.

1) Existen sabidurías de muchísimo valor desperdigadas por ahí, en la cabeza de otras tantas personas, que están irremediablemente perdidas porque con esa sola pequeña idea o conocimiento no se puede escribir, editar y difundir un libro.

2) Quien sí escribe un libro lo hace de una vez y para siempre, porque una vez que se imprimió y se vendió, ya no puede modificarlo. Por esta razón los escritores tienen que tomar enormes precauciones que les consumen muchos recursos y luego, no pueden cambiar de idea ... a pesar de que la realidad está cambiando en forma constante. O sea que, aún después de tomar tantos cuidados, nada garantiza que el libro contenga datos válidos en el momento de ser leído.

Por esto, creo que:

—Los libros están en vías de extinción y serán sustituidos por textos dinámicos e interactivos en Internet;
—El valor económico caerá totalmente, tendiendo a cero;
—Esas ideas sueltas también podrán ser conocidas, valoradas y sobre todo, aprovechadas.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Está bien, es probable. En mi vida primero me apoyé en el libro como amigo y ahora me apoyo en Internet como amiga. A la postre Internet también es un libro, sólo que armado de manera diferente, pero es una amiga mensajera.

Anónimo dijo...

Cuando apareció el cine todos creían que el teatro desaparecería. Después de un siglo eso no sucedió. Quizá la lógica tampoco se cumpla para el libro.

Anónimo dijo...

Estoy muy de acuerdo con el tema económico. En mi casa tengo una biblioteca impresionante a muy bajo costo, pero hay un problema: A los contenidos de la web les creo un poco menos que a los contenidos de los libros... y no es un dato menor.

Anónimo dijo...

Ya soy veterana y me parece muy bueno que sea tan fácil tener un blog como si fuera un diario íntimo pero público donde una vaya agregando en el momento que se le ocurra algo y con la esperanza de que eso puede ser leído con una persona desconocida y que ésta, si no adjunta un comentario es porque está de acuerdo o no le interesó en absoluto, pero me gusta creer que me comunico con millones y millones de personas, me hace sentir acompañada. Es como un mundo enorme donde es posible ser escuchada y escuchar a otros con el detenimiento que prefiramos.

Fascinante!!

Anónimo dijo...

Mi viejo se mantiene por lo menos a dos metros de la computadora. Él sigue con sus libros, revistas y semanarios. El sillón tiene el tapizado gastado. Para mí que a él le gustan tanto los libros porque es alguien que rechaza el diálogo. Él prefiere escuchar y no se interesa para nada en dar una respuesta, en hacer una pregunta aclaratoria de nada. Es el rey del mutismo. Estoy seguro que descalifica con cierto asco como yo chateo durante horas. Son cultura distintas. Él no me soporta a mí y yo no lo soporto a él. Yo me desahogo con un blog. Él no sé si necesita desahogarse.

Anónimo dijo...

Es cierto que un libro se convierte en un conjunto de ideas cristalizadas pero no por eso tienen que ser obsoletas. En algún momento el ser humano pensó eso y como el pensamiento es un proceso de acumulación como las capas de una cebolla, pues bien, ahí está el cimiento de la idea siguiente.

Quizá esta particularidad frene un poco una evolución más ágil del pensamiento, pero no necesariamente la agilidad tiene que ser una virtud para entender algo tan complejo como la realidad con un cerebro que deja bastante que desear. Si con esta escasa inteligencia fuéramos más rápido, ya nos habríamos estrellado. El libro es como el control automático de volocidad que traen los coches más potentes y confiables.

Anónimo dijo...

Hace no sé cuanto, cuando ud publicó un artículo referido al "efecto halo" recuerdo que yo pensé en el libro, porque siempre me pareció que nos hace creer en que lo que está puesto adentro de él es verdad.

Anónimo dijo...

Es posible combinar la agilidad de Internet y de la informática en general y las ventajas tradicionales del libro. Ya existen libros en Internet, que pueden ser modificados por el autor o quien tengo la contraseña, que pueden ser accesibles a los poderosos motores de búsqueda con el cual se acelera mucho encontrar el tema sobre el cual uno desea informarse y que se encuentran en sitios que poseen un alto grado de confiabilidad.

Probablemente el tema no dé para pensar en términos de bueno y malo sino en cómo negociar para sumar las fortalezas de ambos soportes.