sábado, 3 de mayo de 2008

Apoyemos a quien menos lo necesite

Los bancos le prestan dinero a los que tienen dinero y no le prestan a quienes realmente lo necesitan.

Dicho así suena paradójico, injusto y hasta perverso.

La palabra clave para desarmar la paradoja es el verbo «prestar».

Aunque parezca poco creíble este concepto está prendido con alfileres, inclusive en gente que tiene un amplio conocimiento del idioma.

Una persona para que pueda recibir un préstamo (ser sujeto de crédito) debe poseer la suficiente solvencia como para asegurarle a quien le prestó que es casi imposible que no lo devuelva.

Una de la condiciones más importantes es la voluntad de pago que tenga una persona. Muchos necesitados de dinero consideran que el que presta tiene mucho y si tiene mucho no necesita tanto que se lo devuelvan porque si no se lo devuelven igual tiene otros recursos para seguir viviendo y pueden preguntarse «¿Qué problema puede tener un banco si yo no le devuelvo el préstamo? ¿Acaso va a quebrar por eso? Sin embargo para mi pagarlo es un sacrificio enorme y eso no es justo. El mío sería un esfuerzo innecesario ¿Para qué hacerlo entonces?»

Si un banquero detecta que el que pide un préstamo puede poseer este criterio de justicia distributiva, seguramente resolverá que esa persona no puede ser jamás un «sujeto de crédito» porque no conoce cómo funciona el sistema. Lo comparo con una rentadora de autos que nunca podría alquilarle un vehículo a alguien que no poseyera licencia para conducir.

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12 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy bancario hace años y no podía entender por qué mis patrones rechazaban a ciertos clientes que demostraban claramente necesitar el dinero y aceptaban en cambio a quienes tenían tantas garantías solidarias, prendarias e hipotecarias que yo me preguntaba ¿y si tiene tantos bienes, por qué no vende alguno en vez de pedir prestado que le cobran intereses?

De todos modos no lo tengo muy claro.

Anónimo dijo...

Acá sucede lo mismo que pasa en otros ámbitos: la gente actúa según lo que entiende que debe hacer y no lo que corresponde. O sea, alguien le dijo alguna vez: "Las deudas hay que pagarlas" y luego se convierte en "un buen pagador" cumpliendo con el deber, con lo que le dijeron que tenía que hacer, con un mandato superior y externo. Es obediente, cumplidor, disciplinado, buen ciudadano.

Otra persona totalmente diferente es aquella que por sí y ante sí, sabe que el negocio financiero tiene esa lógica y cuando ingresa a él SABE que poseer crédito es una forma de poseer capital, que las referencias son fundamentales para conservar ese capital (el ser sujeto de crédito para los bancos y para cualquier otra entidad financiera). Pagando en fecha no cumple una orden de alguien sino que protege su capital.

Anónimo dijo...

Luis, es muy científico lo tuyo. Yo tengo una tarjeta de crédito y trato de que ese dinero plástico me de la mayor cantidad de satisfacciones posible y voy hasta donde me dejan que vaya. Cuando me rebotan una compra, paro. Bien sencillo. Después pago lo que puedo para que no se me descalabre el resto del mes, intento hacer una compra, si me la dejan hacer, la hago y si no espero al próximo mes para hacer otro pago mínimo y así la voy llevando HACE AÑOS y no pasa nada. ¿Estás seguro que hay que complicarla tanto?

Anónimo dijo...

Yo pienso igual que Marina. Lo comparo con el clima: si hace frío, me abrigo, si hace calor, me desabrigo. No intento cambiar nada de lo que pasa afuera de mi casa, sólo me adapto a las condiciones como estén. Ellos saben que hacer y son grandecitos para cuidarse solos. Yo pido, si me dan es porque me lo merecía y después veo como hago para pagar, pero no voy a dejar de comer para pagarle a ellos. Bastantes intereses me cobran como para que me esté preocupando si los señores cobran en fecha o no.

Anónimo dijo...

Veo que aquí hay de todo: gente que se preocupa por el tema préstamos como un servicio propio de una sociedad capitalista y otros que lo toman como una cosa que la encuentran o no la encuentran quienes andan buscando cualquier cosa para ver qué consiguen. Como los osos que caminan y caminan hasta que si aparece algo comestiblo, se lo engullen y así siguen hasta que viene la época de invernar.

Anónimo dijo...

Prestar es un arte más que una ciencia. Hay una cosa que ellos llaman "riesgo moral" que es el increíble cambio de actitud que existen en algunas personas después de tener el dinero en su poder. Antes pueden llegar a ser adulones y luego unos déspotas.

Anónimo dijo...

Un banquero es un inversionista y no es un filántropo. Su obligación para con los accionistas y para con los ahorristas, es hacer colocaciones en lugares donde ese dinero se multiplique. Esa es la ganancia que justifica el trabajo que hacen y los riesgos que corren.

Anónimo dijo...

Si la pensamos un poco más, los ahorristas son gente que le presta dinero al banco, para que se la cuide y para que además le consiga algún interés. Cuando uno tiene unos pocos soles, se fija muy bien en qué banco los va a depositar (prestar) porque no querría que se le queden con lo que tanto le costó ahorrar.

Anónimo dijo...

Los magos de la semántica han llegado a formular la expresión "préstamo no reintegrable". Alguna vez se dirimió un conflicto sindical en mi país mediante la concesión de un regalo de estos pero que en el colectivo beneficiado se llamó de esta otra forma, quizá para no romper algún sortilegio, para no despertar a los dioses del Olimpo. Magia pura!

Anónimo dijo...

Un amigo mío es un futuro delincuente porque tiene todas las condiciones. Como otro amigo vive frente a una rentadora de coches y en sus horas inútiles vio que algunos días quedaba de encargado un jovencito con pinta de despistado, se lo comentó al futuro delincuente quien confeccionó una licencia de conducir usando algún programa de Office, la hizo plastificar, y esos días que estaba el despisatado, todos salíamos a pasear en coche alquilado, juntando el dinero entre todos, consiguiendo amiguitas de ocasión, disfrutando de orgías que nunca más se podrá repetir porque a mi amigo ahora le aconsejaron que se fuera del país, cosa que hizo a pesar de los ruegos de que se quedara. Era un gran amigo.

Anónimo dijo...

Se están olvidando del Grameen Bank de Bangladesh, que es el primer banco para pobres y que no se fundió, tiene un crecimiento sustentable y beneficia a la zona donde trabaja. En Brasil está la Caixa Aqui que hace más o menos lo mismo y le va fenómeno. Esta es con fondos públicos lo cual es más peligroso que se convierta en un instituto de asistencia para paliar los problemas provocados por el mismo gobierno.

En algunos lugares existen iglesias de diferentes credos que también hace algo parecido.

Anónimo dijo...

Hablando de bancos para pobres, no lo tengo confirmado pero me parece que ahora en junio 2008, cuando Bill Gates se dedique de lleno a la filantropía, una de las cosas que piensa hacer es condecer microcréditos para que la gente vaya saliendo de su pobreza extrema. Veremos si cumple...