jueves, 8 de abril de 2010

Comer, dormir y amar, es natural

«El cerebro propone y los genitales disponen» es un proverbio que sugiero, a sabiendas de que no ganará popularidad rápidamente.

Para fundamentar esta aseveración (en la cual está explícito un orden de importancia: los genitales ordenan el pensamiento) me remito nuevamente a que los seres humanos somos animales.

Es cierto que somos animales diferentes al resto y es cierto que todos los animales son diferentes entre sí (un cerdo y una jirafa; una abeja y un cocodrilo; una pulga y un águila).

Nacemos con una única misión indeclinable: conservar la especie.

El psicoanálisis es un arte científico antipático porque parece ensañarse pregonando noticias desagradables.

Es desde este punto de vista (el psicoanálisis) que debo reconocer que la función esencial para cumplir la única misión, es la función sexual.

Por supuesto, nuestro cuerpo es una unidad, incluida la psiquis. Cuando digo que la función sexual es la más importante para cumplir la única misión que tenemos encomendada, debo incluir, no solamente el coito y el embarazo, sino también la afectividad.

Es nuestra misión exclusiva de conservar la especie (incluyéndonos) lo que despierta sentimientos tan sublimes como el amor al prójimo y tan terribles como el odio al prójimo (en tanto alguien pueda poner en peligro nuestra misión exclusiva).

Hasta ahora hemos estado tratando de tomar distancia de los otros animales. No nos cae bien igualarnos y preferimos sentirnos únicos, exclusivos, superiores.

Las demás especies aceptan la misión exclusiva sin disimulo, la cumplen sin perturbarse.

Por lo expuesto es que para muchas personas el psicoanálisis padece de una obsesión por lo sexual, cuando en realidad lo que sucede es que el psicoanálisis parece excluido de la generalizada fobia al sexo, a la condición de animales que tenemos y a las pérdidas (incluida de la propia vida).

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11 comentarios:

la gordis dijo...

Comer, dormir y amar... Eso es lo mío!!

Luisa dijo...

Entonces, según ustedes los psicólogos, la vida de una mujer termina con la menopausia.

Sarita dijo...

No te olvides, Luisa, que después de la menopausia la misión de conservar la especie, se cumple a través del cuidado de los nietos.

Mayte dijo...

Si son los genitales los que disponen, no me voy a preocupar demasiado por desarrollar el lenguaje.

Soraya dijo...

Qué divinos los perritos! Y qué degenerados.

Leticia dijo...

Ahora entendí. Para cumplir la función de conservar la especie no sólo tenemos que reproducirnos, sino también amar al prójimo. Sería una estupidez pasar nueve meses embarazada y parir con dolor para que después te arruinen el trabajo matando a las crías.

Rodrigo dijo...

Por lo que dice Leticia, la guerra es antinatural. Lo que no me cierra es que la violencia es parte de la esencia humana.

Lola dijo...

A mí me gusta su proverbio, doc.

Cacho dijo...

Si los genitales son grandes, el pensamiento se ordena con mayor amplitud.

Luciana dijo...

No me importa nada lo de la misión. Si no me autoconservo, problema mío.

Hugo dijo...

Los padres tendríamos que ser menos guardabosques.