El lenguaje genera sentimientos. No es una herramienta neutra. Contiene ideología, tendencias, predilecciones, prejuicios.
Si me permite decirlo: el lenguaje puede ser condenatorio. No lo perciben quienes no lo padecen o quienes padeciéndolo, no han pensado en ello.
Algunos teólogos piensan que en Jesús de Nazaret había una mezcla de pueblos oscuros, como egipcios, etíopes o babilonios, pero que hace unos siglos —y para que fuera aceptado por los pueblos occidentales—, se lo convirtió en un hombre blanco de ojos azules.
Ese lenguaje condenatorio del que les hablaba al principio sugiere que lo negro tiene directa relación con lo oscuro, lo miserable, lo sucio, la muerte, mientras que lo blanco se lo asocia con lo puro, lo bueno, lo limpio, la vida.
Por ejemplo, el vestido de novia es blanco y el de la viuda es negro.
De modo similar, la izquierda se asocia con lo tramposo, corrupto, delictivo, amoral, mientras que la derecha se vincula con la honestidad, legalidad, sinceridad, ética. Por ejemplo, «ir por derecha» significa ser frontal, tener coraje, decir las cosas como son. Un personaje siniestro (donde la palabra «siniestro» significa «lo que está del lado izquierdo») es un personaje malintencionado.
En suma: El lenguaje no es neutro, contiene una ideología, incluye prejuicios, es parcialmente responsable de los malentendidos.
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10 comentarios:
Le decimos "alma negra" a las malas personas.
Siempre me gustó formar parte de las minorías. Ser hincha de un cuadro chico, tomar pepsi, militar en algún movimiento under, escribir poesía en la playa... y ser escupido por los de arriba.
El lenguaje se encarga de dejar bien claro quién tiene el poder. Se habla de "todos" en un lugar donde hay hombres y mujeres porque se está queriendo decir que las mujeres no cuentan.
Clara tiene razón, aunque pasarse diciendo todos y todas es bastante ridículo. Hay que inventar un pronombre neutro bisexual.
¡Qué curioso! los personajes más siniestros están en la ultra-derecha.
Uso lenguaje condenatorio para referirme a los que no se me parecen.
A los Locos Adams los obligaron a vestirse de negro.
El cuco de los niños negros es blanco como el marfil.
Yo soy ambidiestro, bisexual y bilingüe.
Ahora no se discrimina tanto. Hay jabones para dejar la ropa bien blanca y jabones para que siga bien negra.
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