miércoles, 5 de agosto de 2009

Soy libre de hacer lo que deba

A medida que avanzan los descubrimientos sobre cómo funciona nuestro sistema nervioso y su interacción con el resto del cuerpo y el entorno, se van confirmando creencias sobre la materialidad del pensamiento y de la psiquis.

Sin poder negar aún que exista algo inmaterial e inmortal —como muchos creen—, se van encontrando pruebas de que nuestra conducta es la consecuencia de fenómenos físicos y químicos.

Aún sin haber confirmado definitivamente que todas nuestras manifestaciones psíquicas (pensamientos, sentimientos, recuerdos) responden a fenómenos anatómicos y fisiológicos, igual podemos posicionarnos en esa probabilidad como hipótesis.

Por lo tanto, asumamos por unos instantes que ya se sabe que todas nuestras conductas son el resultado exclusivo de fenómenos físicos y químicos.

Si esto fuera así, entonces no seríamos responsables de ninguna de nuestras acciones, tendría que desaparecer la creencia en un libre albedrío.

Pero para poder organizar nuestra convivencia, contamos con la premisa de que las personas son responsables de sus actos porque nos basamos en el criterio de castigar a los victimarios: de esta manera creemos resarcir a las víctimas y suponemos que la amenaza de castigo impide que se vuelva a repetir (dicho sea de paso, es muy poco lo que se resarce y se disuade).

Por lo tanto:

1) Nuestra organización para convivir en orden cuenta con la existencia del libre albedrío; y

2) Si para poder convivir necesitamos que exista el libre albedrío, ¿aceptaremos los descubrimientos científicos que demuestren lo contrario?

Apuesto a que haremos todo lo posible para que siga habiendo culpables para castigar sin olvidarme de que la creencia en el libre albedrío me permite suponer que yo controlo mi vida ... lo cual también podría ser falso.

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12 comentarios:

Diana dijo...

Las personas que poseen inteligencia y capacidad para razonar pueden controlar su vida, aunque la sociedad le limite.

Yanina dijo...

Mis creencias religiosas me impiden pensar en un determinismo de cualquien índole.

Debería decirle que usted está descaminado.

Guyunusa dijo...

Refiriéndome al comentario de Diana yo diría que la inteligencia no alcanza para controlar nuestra vida. Para acceder a esa ilusión de control que a veces poseemos necesitamos antes que nada salud.

Mariana Cambre dijo...

Hoy ud está planteando algo importantísimo: nuestra organización social se basa en la existencia del libre albedrío, que es lo mismo que decir "nuestra organización social se basa en algo que no existe". Estamos en serios problemas, aunque no es nada nuevo. Ya estamos acostumbrados a tener relaciones sexuales con un fantasma, casarnos con nuestros padres, hacer nuevas historias repitiendo siempre la misma historia vieja.

Efraín dijo...

Yo titularía diciendo "soy libre de hacer lo que pueda"

Andrea dijo...

A mí me parece que castigamos por vocación.

Mª Eugenia dijo...

¿Qué es eso a lo que le llamamos fuerza de voluntad?

Yoel dijo...

Cuando se produce una señal de peligro en nuestro entorno aumenta automáticamente el nivel de adrenalina.
Digo esto porque no sé qué está primero, la percepción y el pensamiento o el fenómeno químico, o si algo está primero y algo después.

diego lanús dijo...

Las coacciones internas a menudo son más frecuentes y poderosas que las coacciones externas. Sólo podemos hablar de libre albedrío en relación a las coacciones externas.

Ricardo Leites dijo...

El gran desafío del futuro será mantener el orden y la organización de nuestras sociedades sabiendo que no contamos con el libre albedrío. No me imagino cómo puede llegar a ser.

Adrián V. dijo...

Nuestro sistema moral se basa en la idea de que somos libres y responsables para actuar. Necesitamos una moral nueva si queremos progresar.

Paty dijo...

¡Ya no podrán decirme que soy una irresponsable!