lunes, 31 de agosto de 2009

La guerra preventiva del buen ciudadano

Casi la totalidad de las personas ve con buenos ojos, aplaude y apoya la medicina preventiva.

La consigna «prevenir es curar» suena en nuestras cabezas como una verdad incuestionable. ¿Quién puede oponerse a que las enfermedades se eviten?

Por lo tanto, estamos primariamente de acuerdo en que la actitud de lucha firme contra lo que pueda comprometer la calidad de vida (y hasta la propia existencia) es bienvenida.

Esta idea instalada en la sociedad genera otros efectos que van más allá de la salud física de cada individuo.

Si estamos de acuerdo en prevenir las enfermedades cuando se presentan indicios de que algo puede complicarse, también podemos pensar que algunos vecinos de nuestra comunidad son peligrosos porque «es sabido» que los jóvenes son revoltosos, que los drogadictos son ladrones, que los sin-techo pueden ser violadores, que los ateos están asociados con el demonio, que la divorciadas quieren robarle el marido a las que siguen casadas, que los indígenas son unos vagos, etc.

Por lo tanto, la medicina preventiva que aplaudimos no queda encerrada en el ámbito de la salud física de cada individuo sino que el criterio preventivo en base a la presunción de que algo puede terminar mal, es llevado a otros terrenos con similar energía, agresividad y actitud combativa.

En suma: La medicina preventiva tiene los costos económicos que solventamos con los impuestos que pagamos más la intolerancia hacia cualquier otra cosa que pueda eventualmente disminuir nuestra calidad de vida futura.

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13 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto sólo puede escribirlo un anónimo pero tanto Hitler como Susana Gimenez, tenía y tiene algo de razón en eso de matar a los que matan.

María dijo...

La medicina asistencialistas cuesta muchísimo más que la preventiva.

Noelia dijo...

Por qué está mal crear hábitos saludables?

Camilo dijo...

Con ese criterio no enseñemos a nuestros niños a restar, porque trasladarán ese mecanismo a todos los ámbitos de su vida.

Toledo dijo...

Cuando veo que mi jermu llega del laburo alunada, ya de entradita nomás le tiro un buen sopapo para que no se me desubique.

Roberto Lorente dijo...

Prevenir implica una actitud activa que en algunos casos puede ser incluso agresiva. Lo mismo sucede en la lucha por la vida; no es mas que eso: prevenir la muerte mientras sea posible.

Ramón Martínez dijo...

Lo que ud explica es un dato de la realidad que no tenemos en cuenta. No está demás hacerlo consciente, pero por lo que dicen los otros posteadores, parece que molesta.

Nazim dijo...

La mejor manera de prevenir la delincuencia es esterilizar en masa.

Marzo dijo...

La agresividad a veces es la faceta positiva de la violencia.

Iliana dijo...

El Licenciado no dice que siempre esté mal prevenir; está afirmando que prestemos atención porque el afán preventivo se nos puede ir de las manos.

Lorena dijo...

Cuando llega el vacunador a la policlínica del barrio, las madres lo vemos con buenos ojos y si pudiéramos hasta lo aplaudiríamos. (está que se parte!!)

el vacunador dijo...

Gracias madre! Uds saben que siempre estoy dispuesto a apoyarlas.

Lolo dijo...

Los sufridos, los que hemos bajado los brazos, los conformistas, somos tolerantes porque ya ni tenemos ganas de pelear. Imaginesé que mucho menos de prevenir.