sábado, 1 de agosto de 2009

Amor o respeto (pero no ambos)

La ingenuidad hace que una persona fuerte obtenga resultados de persona débil.

O sea que la ingenuidad debilita. Para salir de esta condición es preciso dejar de ser ingenuos lo cual implica pensar y actuar con malicia.

Tenemos sabidos desde que éramos física y mentalmente débiles (cuando éramos niños) que «a los niños malos nadie los quiere».

Como hasta el más duro de los seres humanos necesita del amor —aunque sea el reconocimiento de otros tan duros y crueles como él—, andamos por la vida cuidándonos de no ser catalogados de personas maliciosas.

Puesto que es necesario «ser y parecer», entonces no tenemos más remedio que actuar como personas ingenuas.

El hecho es que muy pocas personas pueden representar el papel de ingenuos y que sean creíbles. De ahí que la mayoría no tiene más remedio que ser verdaderamente todo lo ingenuos que haga falta para recibir el amor que necesita.

Cuanto más amor necesitamos, más ingenuos tenemos que ser. En casos extremos —cuando alguien necesita dosis muy grandes de amor—, tiene que ser más que ingenuo, un poco tonto tendría que decir.

Las personas tontas no inspiran amor y por eso el tonto tiene que lograr ser tan tonto como para imaginarse que lo aman ... cuando en realidad lo desprecian.

Por lo tanto, no podemos esforzarnos para ser amados sino que la única forma de ser tenidos en cuenta es convertirnos en personas útiles, necesarias, proveedoras.

Cuando logramos ser útiles, no necesitamos ser ingenuos ni mucho menos tontos y nos permitirán ser maliciosos para que nadie abuse de nuestra necesaria generosidad.

Entonces los niños son amados y los adultos útiles respetados.

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14 comentarios:

Eunice dijo...

Vaya, vaya, creo entender este matiz semántico entre amar y respetar.

Hay algo en él que me inquieta.

Ud. siempre haciéndonos pensar!

Un beso a todas y todos.

Lisandro Telechea dijo...

No me parece tan sólo un matiz semántico, Eunice. Son dos conceptos distintos. Algunas personas creen que el único amor posible es de los padres hacia sus hijos pequeños. Allá ellos ¡no saben lo que se pierden!

Dolce Fabri dijo...

Ser ingenuo es pecar por exceso de buena fe.
Un tonto es un ingenuo al que la experiencia no le enseñó nada.

Yoel dijo...

No entiendo por qué hay que parecer ingenuo para que te quieran.

Raquel Pontevedra dijo...

¿Ser ingenuo es lo mismo que ser bueno?
¡Qué valores retorcidos licenciado!

Franco dijo...

Este tema hay que ilustrarlo con muchos ejemplos. No entiendo qué quiere decir.

Cruela de Vil dijo...

Valoro la crueldad refinada.

Maribel dijo...

Cuanto más amor necesitamos, más amor tenemos que dar.

el panda dijo...

A los niños malos los quiere la pandilla.

Escupitajo Feroz dijo...

Prefiero el respeto del malandra al amor del ingenuo.

Lola dijo...

Yo sé que el más duro necesita amor... y estoy dispuesta a dárselo papito, se lo voy a dar todo! bien duro sí! dámelo así!

Manuelita Ivernante dijo...

Parece que el frío pone DURO demasiadas cosas!!!ja, ja

Antenor dijo...

Soy el típico hombre proveedor y reconozco que me quieren por lo que les sirvo.

Estoy pensando que cuando ya no pueda darles más, harán algo parecido a lo que hice yo con mis padres: Los atendí hasta que se murieron.


Veremos que suerte tengo.

JOHN dijo...

Mi hermano es un vago pero lo quieren porque es divertido, pero sus opiniones no son atendidas.

A veces se queja de que no lo oyen y ahora entiendo que puede ser por lo que usted dice: A él lo quieren como a un niño.