miércoles, 30 de abril de 2008

«Cuidas más a tu coche que a mí»

En la literatura psicoanalítica se ha mencionado «la envidia del pene» que estaría significando el deseo que tendría las mujeres de poseer ese partecita tan significativa pero sin dejar de ser mujeres. No se trata de homosexualidad sino de acceder a los beneficios que tenemos los hombres y que las mujeres también desearían tener.

Esto puede ser porque desde hace siglos hay más hombres poderosos que mujeres poderosas, y este sólo hecho ya sería suficiente como para que ellas nos envidien. Supongo que existen otros privilegios más que agravan las molestias de ellas sobre el «reparto» poco igualitario de beneficios.

Me parece interesante pensar también que existe otro sentimiento tan importante como «la envidia del pene» y que sería «los celos del pene».

Los hombres tenemos un cuidado especial con esta parte de nuestro cuerpo. Tiene utilidades maravillosas pero además simboliza muchas cosas. Ellas desearían que nosotros las amáramos tanto o más que a nuestro pene y por eso ellas celan de él.

Claro que cuando entran en conflicto nuestra racionalidad y nuestro inconciente, rápidamente nos ponemos de parte de la racionalidad pero la verdad es que lo que nos gobierna en última instancia es el inconciente. La consecuencia práctica de esta aseveración es que ellas jamás reconocerían que tienen celos de una parte del cuerpo del hombre porque sonaría muy disparatado. Ni siquiera se lo reconocerían a sí mismas. Pero que es así ... ¡ni lo duden!

Y recuerden que yo se los dije primero. :-)

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9 comentarios:

Anónimo dijo...

No quisiera creérmela pero estos artículos estas escritos para mí. Yo tengo envidia de tener un pene. Estoy enamoradísima de Julia Roberts, ya se los he dicho a todos los que me lo quieran escuchar y hubiera deseado ser el motorista que se quedó con los hijos en la peli Erin Brockovich y por supuesto comerla a besos cuando volvía exhausta de juntar adhesiones para su misión de litigar contra los inescrupulosos industriales que estaban contaminando a la población con desechos cancerígenos. ¡Qué divina que estaba ahí toda sudada! Guerrera, luchadora, mujer, madre, preciosa. Cómo me hubiera gustado ser su amante para apoyarla, consolarla, darle fuerza y hacerle el amor infinitas veces.

Anónimo dijo...

Más bien me afilio a la hipótesis de que las mujeres no quieren ni necesitan ser poderosas porque lo son naturalmente. Tener dentro de nuestra panza al hijo del poderoso nos da un poder superior al de él porque tenemos a nuestra disposición al heredero, al que le continuará los negocios y el apellido. ¿Qué más necesitaríamos? Ellos sin que tienen que ir a la guerra con un tenedor!!

Anónimo dijo...

Los varones siempre tienen miedo a la castración (según los psicoanalistas) y resulta que el único caso conocido fue aquel en el que Lorena le cortó el pene al esposo John Wayne Bobbitt y creo que después se lo cosieron de nuevo y la cosa se arregló sin tanto drama.

Según parece él la tenía patilluda a ella con sus desbordes, festolangas y no sé cuanta joda más. Creo que en el juicio hubieron muchas mujeres que fueron a hacerle el aguante a ella en contra del tipo que no era trigo limpio y al final todo no pasó de un susto.

Anónimo dijo...

Un criador de perros pointer (perdigueros) me mostró cómo los perros, bajos ciertas condiciones, también se ponen celosos.

Eso me hizo pensar que el tema de los celos es algún asunto cerebral que tenemos algunos animales y que no tiene mucho que ver con la psiquis exclusivamente humana.

Me parece que si mi mujer supiera donde anda el pene que ella saborea con tanto deleite, ya habría reeditado la historia que contó Belinda. No tengo ninguna duda.

Anónimo dijo...

Pero qué estás diciendo psicólogo? Si ella tiene celos del trato que nosotros le damos al pene, ella querrían destruirlo y se quedarían sin las satisfacciones que les da.

Hay algo que no cierra o directamente no te estás haciendo entender esta vez.

Anónimo dijo...

No hay salida posible: Si la mujer te quiere de verdad, te va a molestar con los celos y si te salvás de los celos es porque no le interesás mucho e inclusive capaz que te está poniendo los cuernos y haciéndose la canchera para disimular y que vos no te avives.

Pero ojo! No pienses que la cosa es tan fácil: Para mí que muchas se hacen las celosas pero te clavan los cuernos a destajo y hacen el teatro de los celos para que vos te creas que sin vos no pueden vivir.

La única solución que conozco es vivir con la santa viejecita y tener dinero suficiente para ir al quilombo a demanda.

Anónimo dijo...

Está buena la foto de los guarros lavando un auto y supongo yo que varias niñas andan por ahí tratando de que las miren y los boludos las ignoran porque después piensan usar el carro para salir a parrandear y tratar de conseguir algunas viejas que pueden estar peor que esas que ahora están desatendiendo por lavar el auto.

Esto es increíble pero sucede. Yo lo viví.

Anónimo dijo...

Tengo colección de mujeres y puedo asegurar que no hay ninguna que no sea celosa, suspicaz, desconfiada, preguntona, averiguadora, investigadora, detective.

Y conste que tengo una colección no porque yo sea rico, hermoso, baile bien o tenga un carro de hollywood. Lo único que hago es soportarle mejor que nadie todas esas estupideces que tienen. Aún así las disfrutos un montonazo.

Anónimo dijo...

Yo podría estar de acuerdo con el licenciado si por pene también pudiéramos entender futbol en cualquiera de sus presentaciones. Ahí sí que me pongo celosa, furiosa y paranoica a más no poder. El infeliz no solamente que me trae a cuando vago anda por la calle para tomarse toda la cerveza que hay en la casa y eructar hasta aflojar el empapelado, sino que después se van dejando todos los ceniceros llenos de colillas y un olor a calzado transpirado que me da vuelta el estómago.

Lo mío no son problemas psíquicos de envidia o celos del pene: es que para desinfectar la casa después de que pasa esta manada de osos, tengo que interrumpir mi merecido descanso de los fines de semana.