lunes, 21 de abril de 2008

Disciplina impopular

Es preciso ser disciplinados. Tenemos que hacer el esfuerzo de tener una línea de conducta y no apartarnos de ellas. Esta es la actitud más conveniente a cualquier edad, con cualquier sexo, en cualquier circunstancia.

La pregunta es: ¿disciplinados con qué mandato, reglamentos, leyes, criterios?

Responder esta pregunta es esencial. Tanto como cuando se va por un camino y aparece una bifurcación. Un ramal va para un destino y el otro ramal va para otro lugar totalmente distinto. ¿Cuál elegimos? Las consecuencias son diametralmente diferentes.

La mayoría de las personas somos disciplinados, en lo que variamos es en cuál es el código al que adherimos.

Simplificando mucho podría decirse que existen dos conjuntos de normas bien definidos: Uno es el compuesto por los criterios sociales de nuestra cultura y el otro es el compuesto por lo que nos indica nuestro deseo.

La cultura se orienta básicamente por modas mientras que la naturaleza (expresada por nuestro deseo) depende de nuestra respuesta adaptativa a las condiciones del entorno detectadas por sensores desarrollados en nuestra especie a lo largo de millones de años.

El 98% de las personas están condicionadas para ser disciplinadas con los mandatos de la moda, de los usos y costumbres, del «qué dirán», por los mandatos sociales. Esto está bien porque necesitamos ser aceptados, amados y nos ganamos la aprobación siendo obedientes (disciplinados).

Este artículo pretende dejar la sugerencia de que nuestra jefa principal es la naturaleza que se expresa a través de nuestro instinto de conservación y de nuestro deseo. Por lo tanto, una buena idea sería: No pelearse con quienes nos rodean —para que siempre nos amen— pero ser muy disciplinados con lo que nos indica el instinto de conservación, el deseo, el cuerpo.

Ya sé lo que está pensando y estamos de acuerdo: es inevitable ser algo hipócrita.

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20 comentarios:

Anónimo dijo...

Somos disciplinados para hacer lo que creemos que está bien y somos disciplinados para NO hacer lo que creemos que está mal. En gral, todos somos disciplinados aunque algunos parecen no serlo pero seguro que suponemos eso porque responde a algún criterio del bien y del mal que es diferente al nuestro y por eso, al no reconocerlo, no lo entendemos y nos parece que está haciendo cualquier cosa.

Anónimo dijo...

Coincido con lo que dice Criostomo y voy más allá todavía. Cuando hice primer año de un curso para Relacionista Público, nos insistían con que nunca se pueden criticar los seres queridos de las demás personas (hijo, esposa) pero ellos agregaban lo que valía el precio que me cobraban y que al final no pude seguir pagando y abandoné. Agregaban que también son seres queridos las creencias (políticas, religiosas, etc.).

Anónimo dijo...

Yo también pensé que la conclusión es que hay que ser algo hipócritas porque de lo contrario no es posible vivir lo mejor posible. Estuve fumando muchos años sin que mis padres se enteraran y ahí estaba siendo disciplinado con mi deseo y 'aparentemente' disciplinado con las normas vigentes del lugar donde me daban de comer.

Después de casado tuve la necesidad de ser disciplinado con mi deseo, accediendo a la especial simpatía que sentía una compañera de trabajo por mí, pero también era disciplinado con mi mujer bañándome con mucho jabón sin perfume antes de irme de la casa de esta compañera para que mi esposa no sintiera su perfume.

Anónimo dijo...

No tuve la misma suerte que los comentaristas anteriores. Por ser disciplinado me llevó a tener desagradables enfrentamientos con mi familia porque después de haber recorrido el consultorio de todos los médicos de mi ciudad y viendo que ninguno daba en la decla con lo que yo tenía y que los remedios me hacían cada vez peor, decidí divorciarme de esa rama del saber y ellos están furiosos conmigo porque ahora soy un divorciado de la medicia que según sus respetables creencias es un sacrilegio que acarreará sobre todos nosotros los castigos más feroces de un Dios bastante irritable en el que ellos creen.

Anónimo dijo...

El licenciado está asociando disciplina con caballos salvajes y eso me parece contradictorio, salvo si lo tomamos por el lado de que esos caballos silvestres corren así porque están siendo disciplinados con las ganas que tienen de correr todos juntos.

Anónimo dijo...

En un párrafo se dice que la cultura se rige por modas mientras que la naturaleza lo hace por la respuesta adaptativa. Yo junto esto y los comentarios y pienso que la moda es una respuesta colectiva (como los caballos que gozan corriendo todos juntos) que surge como respuesta adaptativa, que por ser bastante parecida entre unos y otros, parecería ser que todos hacen lo que hacen los demás y en realidad lo que sucede es que todos INDIVIDUALMENTE hacen algo muy parecido a lo que hacen los demás.

Anónimo dijo...

Estas dos categorías de "moda" y "respuesta adaptativa" es probable que sea propia de cualquier ser vivo por, en la medida en que los ejemplares de cada especie somos bastante similares, es probable que las condiciones del entorno provoque actitudes similares. En lo que sí puede variar es en situaciones coyunturales: Edad, género, amamantamiento, estado de celo. Ahí la disciplina puede mostrarse con conductas muy diferentes.

Anónimo dijo...

Me costó varios años de análisis cambiar de andarivel. Mis padres me decían todo lo que tenía que hacer y todo lo que no tenía que hacer. Recién cuando me casé con mi actual esposa que por ser psicóloga me sugirió que me tratara psicoanalíticamente, pude empezar a escucharme, a respetarme, a quererme, y simultáneamente no entrar en conflicto ni con mis padres (que finalmente accedieron a que yo siguiera los dictados de mi vocación y de mis gustos) y del resto de la sociedad que estaba acostumbrada a que yo fuera infinitamente complaciente aunque con una salud física muy frágil, cosa que ahora cambió por suerte.

Anónimo dijo...

El licenciado se rompió la cabeza para que yo leyera únicamente que "es inevitable ser algo hipócrita". Todo el resto del artículo es pura cáscara.

Anónimo dijo...

Soy un perfeccionista de la disciplina natural. Aguanto muy bien las distracciones que pudieran surgir como ser una amonestación del jefe, el pedido con varios decibeles de mi madre, las amenazas alcoholizadas de mi padre.

Tengo una sola línea. No actúo al grito. Cuando estoy atorrando no permito que nadie me interrumpa. Cuando voy a encontrarme con algún pelito interesante, soy riguroso con la vestimenta y no tengo problema en lavarme y secarme con la plancha un traje entero.

Anónimo dijo...

Hay una forma de disciplina que es muy irresponsable y es aquella de quien cumple a raja tabla todo lo que le dicen porque entienden que cualquier iniciativa personal podrían hacerlos incurrir en un error y no admitirían equivocarse.

Claro que algunas instituciones como los ejércitos regulares, los comandos guerrilleros, algunas congregaciones religiosas, algunas misiones científicas, dependen totalmente de la más ciega disciplina de sus integrantes.

Anónimo dijo...

No entiendo cómo se puede ser disciplinado con el deseo ya que por definición éste no depende de la voluntad.

Anónimo dijo...

¿Por qué es preciso ser disciplinados? La disciplina implica orden, horarios, restricciones, esfuerzos. Me parece bien que mucha gente sea así, pero está lo que llaman el estilo de vida "bohemio" que si bien es un estilo de vida, no se caracteriza por ser disciplinado.

Anónimo dijo...

si no sos disciplinado con la mayoría de las costumbres y normas sociales, no sos disciplinado y punto.

Anónimo dijo...

En una bifurcación de caminos hay que optar y se llega a destinos diferentes, pero la persona que va caminando por uno u otro camino, es la misma.

Anónimo dijo...

Para mí lo más importante de este texto es que nos está invitando a escuchar nuestro deseo, nuestra naturaleza o instinto. Para no pelearse ¿por qué inevitablemente ser hipócrita? Alcanza con no ser hiriente.

Anónimo dijo...

Llegué a un cruce de caminos, me rasqué la cabeza como Tribilín y opté por el camino que mostraba luces prendidas a lo lejos. Supuse que por ese camino llegaría a algún pueblo. Avancé muchos kilómetros con ese propósito pero a medida que me acercaba las luces se iban apagando. Cuando llegué había una sóla luz prendida. Un farolito. El pueblo que me había seducido no era real, el farolito sí. No fue una mala opción; el otro camino ni bichos de luz tenía.

Anónimo dijo...

Vuelvo para aclarar que mi comentario se refiere al artículo del domingo.

Anónimo dijo...

Me parece que el Lic. dice que la disciplina impopular es la del esfuerzo, pero aboga por la fidelidad al deseo. Está bien. Ahora entiendo. Hay que hacer un esfuerzo enorme por ser fieles a nuestro deseo y un laburo enorme antes, que es conocerse.

Anónimo dijo...

Eloísa ¿cómo disciplinados por las ganas? No te parece muy rebuscado. Ya es bastante complicado entenderse a través del lenguaje ¿te parece que da como para complicarla más usando términos contradictorios?