martes, 15 de abril de 2008

¡Con esos japoneses no pasa nada!

Cuando los niños y jóvenes tienen que estudiar matemáticas, como no les gusta solicitan la eliminación de esa asignatura asegurando que nunca en sus vidas necesitarán hacer algún cálculo.

Cuando los niños y jóvenes tienen que hacer gimnasia, como no les gusta solicitan la eliminación de esa asignatura asegurando que siempre llegarán temprano a todos lados y que por tanto nunca necesitarán estar entrenados para correr.

Cuando los niños y jóvenes tienen que estudiar un idioma extranjero, como no les gusta solicitan la eliminación de esa asignatura asegurando que nunca viajarán a ese país.

Podríamos seguir agregando ejemplos pero tres es un número lindo (que además trae suerte).

No diré que con las matemáticas lo que se intenta es desarrollar una capacidad cerebral que de lo contrario quedaría atrofiada y vaya si todos necesitamos usar el cerebro para poder vivir. Tampoco diré que la gimnasia procura favorecer el desarrollo normal del cuerpo porque de lo contrario muchas funcionalidades tendrían una disponibilidad por debajo de lo normal.

Lo que sí voy a decir es que otro idioma equivale a otra cultura a la cual se accede sin viajar. Aproximarse un poquito a esa otra forma de expresarse permite tener una mínima noción de que existen otras personas que igual se entienden, se casan, se ennovian, tienen hijos, cuidan a sus enfermos, disfrutan de la vida, saben apoyarse, se pelean, se reconcilian, saben contar chistes para que los demás se rían con ganas ... todo eso y mucho más sin usar una palabra del idioma castellano.

Reconocer que esto sucede permite abandonar por momentos la convicción que todos tenemos de que lo nuestro es lo único que existe. Que nuestra forma de actuar, de pensar, de vivir, es la única posible. Algunos de esos estudiantes —no todos— terminan entendiéndolo y cuando crecen se convierten en adultos tolerantes, que pueden aceptar que hay gente diferente tan valiosa y eficiente como ellos. Otros se morirán de viejos sin haber podido entender que los demás son diferentes a él.

●●●

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy abogada hace años y quisiera encontrar la forma de combatir legalmente a los profesores de matemáticas para hundirlos para siempre.

Son mala gente que no quiere enseñar matemática sino producirles dolor a los jóvenes. Además de su placer sádico, no encuentro otro motivo.

Anónimo dijo...

Puede ser que los motivos que tienen los organismos oficiales de educación sean estos que acá se mencionan pero no encuentro la razón para que no sean informados.

Más bien creo que esta es una interpretación más del licenciado y que pretende entender cuáles son las motivaciones inconcientes de los responsables de diseñar los programas educativos.

Anónimo dijo...

Está muy comprensible su argumento, cualquiera diría que viene de un psicólogo, pero aún así no estoy de acuerdo. Tengo seis años de francés, no entiendo ni j, el pueblo francés no me llama para nada la atención y me importa muy poco que se hagan chistes y se los festejen. ¿Qué querés que te diga? Me parece una pérdida de tiempo y hasta me afilio con lo que protesta Diana: Hay una agresividad mala de los adultos contra los jóvenes que se canaliza por los centros de educación.

Anónimo dijo...

Estuve viviendo en los EEUU por un intercambio que me gané por tener buena actuación en inglés y pasé muy bien, me gustó la experiencia, los entendí mejor aunque Bush representa un aspecto desagradable de ese pueblo que conocido en el día a día es igual a cualquiera de nosotros. No digo que los amo pero digo que los entiendo y que no me asustan como para estar pensando siempre mal de ellos.

Anónimo dijo...

No entiendo por qué la gente tiene tanto problema con las matemáticas. Para mí es la única asignatura que se parece más a un juego. Me parece divertida y además me permite conocer chicas que no sé si no entienden o se hacen las que quieren que yo les explique y las hago venir a mi dormitorio y ahí estamos solos y mi cabeza vuela.

No hay juego más divertido. Algún día quizá logre que alguna de ellas quiera ir al cine conmigo.

Anónimo dijo...

Era tanto lo que me molestaba la gimnasia en mi liceo que formábamos un grupito de menstruantes para faltar y conversar de todo.

Anónimo dijo...

Nadie pudo ni puede creerme cómo me pone de furioso que un docente me diga cómo debo moverme, que tenga que imitar las payasadas que él hace, que me grite para que corra más rápido. Es tanta la furia que lo único que me frena es que nunca escuché de alguien que se le fuera encima y lo estrangulara. Donde aparezca un antecedente, reviento al que se la tengo jurada.

Anónimo dijo...

No necesito enemigos proque me basto solo. Durante mi vida de estudiante hice todas las trampas que pude para sacarme el idioma inglés de encima y ahora no encuentro mejor opción que ir a buscar trabajo a Estados Unidos.

Anónimo dijo...

A veces cuando siento cerca mío a gente que habla en un idioma que no sé ni cual es por como suena, pienso que esas no son personas, que son animales parecidos a los humanos. Una vez unos turistas me preguntaron no sé qué y sentí desprecio por ellos y por supuesto que no les conteté.

Anónimo dijo...

Más o menos entiendo que las diferentes clases no son para lo que parecen sino para otra cosa. Pero no logro entender para qué sirve la geografía, la cosmografía, la literatura, el canto y así todas las demás. He sentido que hablan de cultura general pero esto me parece demasiado poca cosa como para que sea cierto.

Anónimo dijo...

Tuve que pagar facturas enormes por no aceptar que la verdad está en todos aún cuando pensemos diferente.

El pensamiento es como los hijos: podrán ser un desastre pero uno los quiere y podrá criticarlos duramente pero no tolerará que otros los critiquen. Con las ideas me pasa lo mismo: puedo ser muy autocrítico pero me enojo cuando alguien discute la solidez de mis argumentos o cuando duda sobre la información que tengo.

Quizá un insulto explícito de los que todos conocemos no me molesta tanto.

Anónimo dijo...

Para que a nadie en el mundo hispano le queden dudas sobre lo arbitrario y carente de todo sentido que tienen los programas educativos de Uruguay (paisito que está como un tapón de algodon entre Brasil y Argentina, para que estos no se golpeen), se nos enseña inglés, francés e italiano, pero no portugués que sería lo más lógico por la cercanía con Brasil y lo más lógico por la cercanía con el idioma Castellano.

Anónimo dijo...

Cuando entrenaba en el seleccionado de báscketbol el profesor nos gritaba como si fuéramos soldados entrenando para la primer línea de fuego. Un día me dijo que lo único que tenía a favor para hacer báscketbol era la altura. En ese mismo momento agarré mi toalla y me fui moviendo discretamente el culo (bien se que me lo miraba) No volví, me hartó.

Anónimo dijo...

No tuve especial facilidad para las matemáticas, pero cuando me di cuenta que con la ayuda de alguien que me explicara más despacio y me dejara hacer muchos ejercicios del mismo tipo antes de pasar a otro diferente se solucionaba el problema, sentí el placer de moverme con comodidad en un mundo claro y manejable.

Anónimo dijo...

Me encantaría saber muchos idiomas. Me atrae escuchar a gente hablando en otro idioma, lo distinto que pronuncian las letras, el ritmo, la entonación, el carácter general de un idioma.
Además de la parte lúdica o placentera está también que puede permitirte acceder a trabajos distintos.

Anónimo dijo...

Saber otro idioma me confirma que aunque se diga que nunca se debe generalizar, lo cierto es que cada pueblo tiene una forma de exprezarse diferente, eso se ve en la sintáxis, el uso de los adjetivos, de que manera se utilizan los pronombres, cómo suena o cómo se escucha, etc.

Anónimo dijo...

Gimnacia para qué si igual se cae y afloja todo.
Matemática para qué si con la calculadora me alcanza.
Idiomas para qué si apenas aprendí a hablar el mío.

Anónimo dijo...

El idioma es una evidencia más de que los seres humanos somos diferentes.
A mi las diferencias que más me interesaron, desde chiquito, fueron son y serán las anatómicas.

Anónimo dijo...

¡Cómo esos japoneses! Él será japonés pero ella puede ser latina, hindú, cartógrafa, cualquier cosa menos japonesa.