viernes, 4 de abril de 2008

Los bomberos incendiarios

¡Qué problema tan grande es el consumo de drogas que altera el estado de ánimo e inclusive la conducta de las personas ... que no consumen!

¿Por qué alguien puede ingerir estas sustancias? Por ejemplo para:

- calmar algún dolor físico,
- paliar una angustia de causa conocida o desconocida,
- ponerle una especie de biombo a ciertas ideas o sentimientos que se meten en la cabeza como fantasmas diabólicos,
- olvidarse de cómo padece la soledad y de que no le han dado resultado otras formas de soportarla o resolverla,
- calmar la ansiedad que también puede ser con o sin causa conocida,
- alegrarse un poco, para entonarse, para darse algo de coraje y cambiar aunque sea transitoriamente la forma de vincularse con los demás,
- suspender por un rato el aburrimiento insoportable,
- alterar una rutina aplastante,
- tratar de dormir y soñar algo lindo, y finalmente, por qué no,
- “pegarle” con esa actitud de consumidor empedernido a los que gozan dándole consejos, amenazándolo, criticándolo desde posturas morales que nadie cumple a cabalidad, para demostrarle a estos evangelizadores que con la droga también se puede vencer el miedo que estos quieren infundirle.

Pretendo señalar que la intolerancia de los bondadosos suele apagar el incendio con nafta. Debajo de cada bondadoso fundamentalista hay un sádico autoritario que es el que convierte en imposibles de arreglar a las situaciones difíciles.

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20 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí, que cuando me paso un poco de coca, mi mujer queda de cama porque no termino de follar y después duermo como un angelito durante 12 ó 14 horas corridas. Ella se queja pero bien que la pasa. La coca es lo mejor en talcos. Probadla.

Anónimo dijo...

Estuve probando muchos calmantes y los tomaba a diario. Ahora encontré que los masajes sobre mis piernas mejoran la circulación linfática, orino muchísimo durante y después de terminada la sesión pero el resto del día ando con 10 años menos. Es más caro que la cocaíana pero no tengo que dormir tantas horas.

Anónimo dijo...

Es verdad que también tomo alcohol para molestar a los que me quieren hacer creer que ellos son fuertes, sanos, éticos y no aceptan que es una pose elegante pero totalmente falsa.

Las veces que me caigo (y me caigo realmente, no es que me deje caer), sobretodo la mujer de mi padre hace unos escándalos que parece una actriz clásica pero de segunda categoría.

Anónimo dijo...

Estoy realmente harta de todo lo que me rodea. Me duele la cabeza casi permanentemente. Los médicos no me encuentran nada. Sólo me falta consultar al oculista. Si no tomo Conmel no puedo hacer las tareas, trabajar y muchos menos hacer el amor. Son los tiempos que corren. Antes rezaban antes de acostarse y al levantarse. Ahora tomo Conmel tres veces por día. A veces tengo que agregar algún supositorio porque el dolor no cede.

Anónimo dijo...

Encontré con fumar marihuana me genera un estado de bienestar que recompuso mi relación con mi hijo mayor.

Teníamos fuertes discusiones con él y las cosas se estaban poniendo peligrosas porque yo sentía que mi corazón no resistiría los enojos que daban. El seguía fumándola y mi mayor desilusión era observar como no me escuchaba nada de lo que yo le decía, le amenazaba, le hacía ver el error que cometía.

Un día en que los dos estábamos a punto de pegarnos, él me gritó con una cara que no parecía de mi hijo: "Y alguna vez la probaste como para opinar tanto?"

Algo se agitó dentro mío y le pedí que me diera uno de sus cigarros. Me dio uno armado por él, con marihuana cultivada por él y, como decía, ahora entiendo que las cosas son muy diferentes a como yo me las imaginaba. Es más: siento que fui un imbécil.

Anónimo dijo...

La conmoción social que provoca el consumo de sustancias que producen cambios placenteros me parece que funciona junto con el miedo que todos le tenemos a gozar. Para poder disfrutar de la vida es preciso alcoholizarse (en mi caso), no porque me divierto más en estado de ebriedad sino porque me baja el miedo que me da saber que podría ser condenado al infierno eterno.

Muchos piensan que uno se deshinibe porque le da vergüenza desnudarse, o porque demostrarle a ella lo que desearía hacerle y que borracho puede faltarle más el respeto y todo funciona bien para ambos.

Para mí la ebriedad procura adormecer a las amenazas celestiales. Si no hubiera tantos discursos atemorizantes no haria falta tantas drogas calmantes del miedo a gozar de la vida.

Anónimo dijo...

Los que critican, denuncian, señalan, juzgan, son útiles en el sentido que pueden haber encontrado una definición de algo que no se había podido describir y cuando se describe puede hablarse de eso y en la polémica ir buscando y encontrando nuevas formas de describirlo con las cuales es probable que los hechos que le dieron origen se vayan modificando.

Entreverado con ese ejercicio viene embebido el sadismo, la actitud agresiva, destructiva, envidiosa. Por más que el analista de un fenómeno se cuide de no dejar traslucir los móviles de su corazoncito, es obvio que ese corazón está ahí y que sus intereses le darán color a lo que critique, por más cuidado que ponga en ser objetivo.

Anónimo dijo...

A no ser por la resaca, no hay mucha diferencia entre la ilusión, la esperanza y un litro de vino. La pequeña diferencia que hay es que el placer que produce el vino dura mucho menos que el placer que produce la fantasía. El vino es mucho menos dañino.

Anónimo dijo...

Vivo en la República Oriental de San José pero en los mapas figura como una partecita de un paisito que es Uruguay.

Lo más grandioso que tenemos acá es el vicio del mate. Es una infusión escasamente aromática, que contiene cafeína, que se toma con un sorbete metálico que llamamos "bombilla".

El líquido se va reponiendo a medida que se va tomando y los usos y costumbres incluyen llevar los implementos necesarios casi a cualquier lugar donde debamos concurrir.

En el parlamento, entre discurso y discursos, algunos políticos toman mate.

El agua de reposición se guarda en un recipiente térmico (que llamamos "termo") y todos los implementos pueden transportarse dentro de un bolso de suela que llamamos "matera" que puede colgarse del hombro.

Es un vicio nacional, no le hacemos mal a nadie, nos hidratamos, intercambiamos saliva con nuestros allegados. ¿Quién puede oponerse legítimamente a esta ingesta de cafeína de origen tan vegetal como la cocaína?

Anónimo dijo...

El vicio que yo tengo para combatir el aburrimiento y la soledad es masturbarme mirando siempre la misma peli de XXX. Siempre tengo el orgasmo en la misma escena donde él le (mejor no se los digo porque - no se que me pasa)

Anónimo dijo...

Me tengo que drogar un poquito para ponerle un biombo a un problema que en cualquier momento me va a estallar en la cara.

Para comprarla tengo que complementar mi salario de una manera indebida pero no tengo otra salida. Cuando no consigo la dosis más baja con la que me voy arreglando, me vienen ganas de matarme y por eso no puedo dejar de hacer cosas indecorosas porque la otra alternativa es la muerte.

En realidad la muerte es inevitable porque cada vez es más probable que se descubra el faltante y que no voy a tener ningún tipo de escusa porque el único que maneja ese dinero soy yo.

Es muy motivo más que válido para seguir consumiendo tranquilizantes.

Anónimo dijo...

Cuando se trata de calmar un dolor insoportable, sea físico o psíquico, hay que recurrir a las drogas legales y utilizarlas con responsabilidad y sentido común.

Anónimo dijo...

Los que compran drogas ilegales son los que tienen abundante dinero. No es para cualquiera. Las que están al alcance de cualquiera te destrozan.

Anónimo dijo...

Fumar tabaco se considera actualmente una forma de drogarse. En estos últimos tiempos he abandonado el cigarrillo y me puse a observar que cosas pasaban conmigo. Lo primero que noté es que tenía incorporado un hábito que iba más allá del requerimiento físico de la sustancia (me refiero a que el cigarrillo me faltaba sobre todo en algunos momentos en particular: en la parada del ómnibus, al tomar el teléfono, después de comer, etc.) Lo segundo es que _ al menos en mi caso_ no se produjo síndrome de abstinencia (irritación, nervios, desasosiego). Tercero: es posible fumar uno cuando tenés ganas y lo sentís suficiente. Cuarto: en la medida que pasa el tiempo cada vez te tienta menos. Quinto: si reenganchás va a ser parecido a cuando empezaste a fumar por primera vez: al principio no es demasiado placentero.

Anónimo dijo...

Tengo 2 psiquiatras ejerciendo cierta influencia sobre mí. El oficial que me propone gradualmente dejar la medicación y mi jefa, psiquiatra biologicista, quien opina que una vez que se ha comprobado que determinada sustancia mejora la calidad de vida de una persona y que cuando esa sustancia disminuye en el organismo desmejora, está más que claro que la persona necesita esa sustancia para vivir mejor. Cuál de los dos tiene razón no sé. Si las sustancias que tomo tendrán a la larga efectos negativos o positivos en mi organismo, tampoco lo sé. Si tapar la depresión y la ansiedad con medicación me impide elaborar a nivel psíquico los conflictos, tampoco lo sé. Pero estoy más que segura de que me importa más el presente que el futuro y que quiero estar bien.

Anónimo dijo...

Leí atentamente lo que acaba de exponer Alicia y lo que le aconsejaría sería que no pierda de vista los aspectos psicológicos y sociales de su dolencia. Con respecto a la medicación que se maneje a su leal saber y entender, pero que no se descanse sólo en eso.

Anónimo dijo...

Un poco de vino es fabuloso para estrechar vínculos. Pero tienes que tener tú el control. El exceso te malogra la fiesta.

Anónimo dijo...

Atrás de los bondadosos fundamentalistas hay también gente muy débil que teme caer en adicciones de cualquier tipo y se defienden poniéndose del otro lado del mostrador.

Anónimo dijo...

Lucrecia, he pensado en los masajes linfáticos pero no me gustaría orinarme durante la sesión. ¿Tú de qué manera lo solucionas? ¿Usas pañales? Por favor escríbeme.

Anónimo dijo...

No cata, me hacés reír. Durante la sesión de masajes voy al baño que está bien cerquita. No tomes a mal que me cause gracia, es natural que pienses que los masajes no se pueden cortar. Hay masajes que si los cortás después tenés que volver a empezar o casi. De pronto por eso se te ocurrió.