sábado, 19 de noviembre de 2011

La provocación constructiva de Benetton

Nos llevamos mal con nuestra sensibilidad pues nos debilita la sensación de que podemos controlar nuestras vidas. Benetton se beneficia ayudándonos.

Según cuenta la historia, un joven italiano pensó (en 1955) que la gente busca ropas coloridas. Creyó que una mayoría rechaza los grises.

Con el entusiasmo que caracteriza a tantos jóvenes emprendedores, Luciano Benetton se dedicó a crear prendas muy alegres.

En suma, tuvo la suerte de tener una buena idea, tuvo la suerte de contar con recursos suficientes (corporales, sociales, ecológicos) como para que la idea pudiera desarrollarse y tuvo la suerte de que encontró público interesado en comprar ropa con su estilo.

El psicoanálisis encuentra su mayor número de pacientes entre quienes no pueden convivir con los sentimientos alegres.

Gran cantidad de personas prefieren la tristeza por el aplastamiento que provoca en los impulsos deseantes provocadores de una temible pérdida del control de sus vidas.

La décima y última lámina del Test de Rorschach (manchas de tinta), es la que tiene más colores y la que provoca reacciones (respuestas) más desorganizadas.

A grandes rasgos, podemos ver que muchos pueblos de raza blanca son parcos, serios, severos, católicos y usan ropas de colores apagados mientras que los pueblos de raza negra son más ruidosos, proclives a cantar y a bailar, con dioses igualmente divertidos y usan ropas de colores vivos.

Benetton hace especial hincapié en la integración, la tolerancia étnica, porque felizmente puede conciliar sus intereses comerciales con algo que a nuestra especie beneficia (la igualdad entre los seres humanos).

Este año (2011) presentó su campaña publicitaria «dejar de odiar» (UnHate), consistente en el uso de foto-montajes que presentan besándose en la boca, al estilo soviético, a personalidades que notoriamente tienen intereses contrapuestos, que quizá se odien, tanto como odiamos la tolerancia, la alegría, la audacia publicitaria.

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14 comentarios:

Manuel dijo...

Son inteligentísimas las campañas de Benetton, porque les llega hasta a quienes no las vieron, a través de los comentarios de los que se sintieron impresionados por las mismas.

Anónimo dijo...

Algunos piensan que ser alegre es ser medio tonto.

Marta dijo...

Nos ponemos tristes el domingo porque tenemos el día libre.
Alegres seríamos un peligro!

Roque dijo...

Cuando moverse implica correrse hacia la tristeza, más vale quedarse quieto.

Ingrid dijo...

Además de las suertes, Luciano Benetton, al igual que cualquier persona que logre destacarse en algo, tuvo el profundo deseo de trascender la esfera privada.

Morgana dijo...

A menudo, quienes se besan en la boca tienen intereses contrapuestos.

Rocío dijo...

Cuando nos besamos en la boca silenciamos el habla para que todo lo diga el cuerpo.

Tiago dijo...

Los soviéticos se besan en la boca porque el frío mata todo.

Carlitos dijo...

Odio los fotomontajes. Mi mujer me echó de casa por uno de esos.

Mercedes dijo...

Algunas personas son tan complicadas, que hasta odian que sean tolerantes con ellas mismas.

Leticia dijo...

Obvio que los pueblos de raza negra no van a usar ropa de colores apagados.
Todos necesitamos que los demás nos vean.

Evangelina dijo...

Parecería que ser católico tiene algo que ver con ser parco, serio y severo. Recién me entero.

Marcia dijo...

Bueno, no importa Evangelina, sólo pasó que te enteraste un poco tarde.

Marcos dijo...

Si los colores de la lámina 10 del Rorschach, provocan respuestas desorganizadas, imaginesé los colores de Benetton!