sábado, 5 de noviembre de 2011

Cirugía para deseos prohibidos

El deseo prohibido y mortificante puede estar representado inconscientemente por algún órgano que termina enfermándose y siendo extirpado quirúrgicamente.

El deseo es ese impulso que nos obliga a conseguir algo. Los más sencillos pasan desapercibidos: leer un libro que podemos comprar o leer en una biblioteca, volver a escuchar una canción que tenemos guardada en un DVD, pasearnos desnudos por dentro de la casa cuando casualmente todos se han ido.

Ninguno de ellos es peligroso, si no pudiéramos satisfacerlos tendríamos una molestia tolerable y son fácilmente postergables para una mejor oportunidad.

Pero algunos deseos son difíciles, exigentes, tiránicos y tan «caprichosos» que cuando no pueden cumplirse, en vez de resignarse, aplacarse, olvidarse, se «ponen de mal humor» y la insistencia entra en una escalada atormentadora.

Si una piedra en el zapato molesta (dicen que dentro del preservativo es aún peor), ciertos deseos se vuelven diabólicos, malignos, persecutorios.

La principal causa de estos deseos es la prohibición del incesto. Este amor frustrado por uno de los progenitores, por ambos o por algún familiar expresamente inaccesible, provoca tanto malestar que tiene que ser resuelto sea como sea, sin reparar en los costos, sin poder buscar serenamente la solución más eficaz, económica e inteligentes.

La solución menos mala, la más comúnmente utilizada es la represión del deseo incestuoso, volviéndolo inconsciente.

Cuando esto ocurre el sujeto no recuerda nada. Si alguien le dice que una vez deseó «casarse» con el padre o la madre, lo negará con total convicción y sinceridad.

Pero una solución más costosa es imaginar que ese deseo sexual prohibido pasa a estar representado por algún órgano.

Ese órgano (vesícula biliar, riñón, útero, apéndice o cualquier otro «prescindible») es imaginariamente erigido como representante del deseo prohibido.

Por eso se «enferma» (se inflama como un pene erecto) y termina siendo extirpado.

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13 comentarios:

Lola dijo...

Una piedra en el preservativo! Uaich!!

Yoel dijo...

A algunos el deseo les sirve para quejarse de que no consiguieron algo.

Anónimo dijo...

Adoro pasearme desnuda cuando me espían desde la ventana del edificio de enfrente.

Filisbino dijo...

Pienso que podría suceder que los deseos impostergables, sean representantes de deseos reprimidos. Deseos impostergables son aquellos provocados por un vicio: el deseo impostergable de fumar, tomar bebidas alcohólicas, comer en demasía, administrarse sustancias psicoactivas, etc.

Inés dijo...

Durante el período menstrual me pongo intolerante con las molestias... y con todo en general.

Olegario dijo...

Capaz que la menstruación les recuerda a las mujeres que son fértiles pero que, oh! desgracia, jamás fueron fecundadas por su padre.

Chapita dijo...

Mi deseo de leer un libro no pasa desapercibido. Me echan de las bibliotecas cuando llega la hora de cerrar. Me llaman la atención en la librería cuando me pongo a leer los libros que de las estanterías. Me pechan cuando me paro a leer los títulos de los libros en las vidrieras.
Nadie está de acuerdo conmigo. Nadie quiere que lea.

Chapita dijo...

Justo cuando empezaba a desvestirme para pasear desnudo por la plaza, llegó el patrullero.
(eso me había olvidado de contarlo)

Clarisa dijo...

Mi padre, además de provocarme (supuestamente)deseos incestuosos por ser mi padre, era inaccesible. No podía charlar con él, ni hacerle mimos, ni sentarme en su falda.

Leticia dijo...

Entonces algunas personas se ponen de mal humor porque tienen el incesto muy a flor de piel.

Tiago dijo...

Los deseos incestuosos los frustran ambos padres, más los hermanos y los primos. Aunque con los primos se puede.

Ma. Eugenia dijo...

Y yo digo... después que se extirpa el órgano que simboliza el deseo incestuoso, desaparece el conflicto?

Daniela dijo...

Una forma de resolver, en parte, el deseo incestuoso, suele ser ubicarse en la relación de pareja como hijo o como padre.
Otros, la simplifican más todavía: forman pareja con alguien que tengan una notoria diferencia de edad con ellos.