viernes, 11 de noviembre de 2011

El deseo es inconsciente y desconocido

Es difícil conocer nuestros deseos. Lo que sí conocemos son los anhelos inspirados por los deseos mientras se conservan inconscientes.

Hay quienes afirman que los deseos son un misterio, imposibles de conocer y que lo único que podemos conocer son los anhelos.

Quienes suponen que esto es así, agregan que cuando hablamos de deseos (tomar un helado, conocer otros países, mirar una película) en realidad estamos refiriéndonos a anhelos.

Esta idea es bastante creíble cuando pensamos en términos de psicosomática y la casi imposibilidad de saber cuál es la causa de que una enfermedad se resista a la curación.

No descartaría la hipótesis de que un deseo jamás puede ser verbalizado, descripto con palabras.

Un deseo es un envión que nos impulsa a hacer ciertas cosas como las mencionadas (tomar helado, etc.), pero que en realidad esta no es más que una representación del verdadero deseo.

Cuando alguien desea tomar un helado (debería haber dicho «anhela» tomar un helado), en realidad está deseando otra cosa.

Por poner un ejemplo, el anhelo de tomar helado puede estar impulsado por un recuerdo olvidado (deseo) referido a la época de la lactancia, o al último beso que le dimos a un ser querido fallecido, o a la impresión que nos provocó ver a una persona que hacía gestos obscenos con la lengua, o a una temida operación de amígdalas que finalmente no se concretó, o al rezongo que recibimos por ensuciarnos la ropa con helado por falta de firmeza en la mano.

Según parece lo más cerca que podemos estar de nuestro deseo se presenta en mínimos detalles de nuestra existencia, como son los lapsus, actos fallidos o sueños.

Conocer el deseo nos permitiría destrabar algunas conductas o padecimientos complejos y eso suele ocurrir por ensayo y error en las terapias analíticas.

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13 comentarios:

Alicia dijo...

En el lenguaje cotidiano usamos las palabras anhelo y deseo como sinónimos, pero en psicoanálisis, cuando hablamos de deseos, muchas veces nos referimos a deseos inconscientes.

Luis dijo...

Los deseos inconscientes son los que están en el centro de nuestras motivaciones.

Violeta dijo...

Es bueno saber que por desgracia no somos marionetas de nuestro deseo inconsciente. Nuestros mecansimos de defensa están en lucha permanente.

Aldo dijo...

La desgracia sería ser marionetas...

Violeta dijo...

Más de lo que somos?

Norton dijo...

Un Físico diría que el deseo es una forma de energía, que puede ser cinética o potencial gravitatoria.

Leticia dijo...

Muchas veces son los deseos, los que impiden la realización de los anhelos.

Ma. Eugenia dijo...

Los humanos tenemos poderosas razones para enfermarnos.
Y los perros?

Lucas dijo...

Cuando hablamos de deseos... por lo general no es con nuestra pareja.

Germán dijo...

De los deseos sólo conviene hablar con el psicoanalista. Y después hay que tener suerte.

Tiago dijo...

Si los deseos no se pueden verbalizar, para qué vas a ir al psicoanalista?

Alicia dijo...

Aunque no se pueda describir, decir; el deseo se puede rodear de palabras, y eso es lo que ayuda.

Graciana dijo...

Los deseos se conservan inconscientes dentro o fuera de la heladera.