lunes, 8 de noviembre de 2010

La sexualidad sacrosanta

De las múltiples actividades que realiza el animal humano, existen dos que parecen opuestas en un punto: el arte y la religión.

El arte piensa en la vida mientras que la religión piensa en la muerte.

El arte entrega bienestar ahora y la religión promete bienestar para el (supuesto) más allá.

Ambos hacen aportes muy valiosos a la calidad de vida de las personas que aún están vivas y —me animaría a decir— que ambos no hacen ningún aporte a las personas que están muertas.

Pero este no es más que un tema de creencias, que, como decimos los más hipócritas, son respetables.

En varios artículos anteriores (1) he comentado con ustedes que los seres humanos, al igual que cualquier otro ser vivo, tiene por objetivo (misión) conservarse: como individuo y como especie.

Por lo tanto, la sexualidad es una actividad esencial, tan importante como alimentarnos, defendernos de otros seres vivos que apetecerían colonizarnos o devorarnos (grandes o microscópicos seres vivos), y poca cosa más.

Si bien, como decía más arriba, el trabajo más importante de la religiones (me refiero exclusivamente a las judeo-cristianas), es la preparación para la muerte y la vida incorpórea, creo (¿creencia?) percibir que las religiones se interesan mucho por la sexualidad (por la vida), si bien lo hacen dando grandes rodeos, interponiendo opiniones contradictorias, agregándole prejuicios, tabúes, prohibiciones.

Efectivamente, lo más sagrado para las religiones es lo sexual, aunque no lo dicen expresamente sino indirectamente.

La pelvis contiene y protege los órganos genitales de hombres y mujeres, e incluye un hueso denominado precisamente sacro.

Esta coincidencia supongo que no es casual, porque si bien los humanos preferimos complicar las cosas en desmedro de simplificarlas, intuimos que nada es más importante que la sexualidad.

Por eso es tan sagrada y sacrosanta.

(1) Ver blog especializado en el tema, titulado La única misión.

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12 comentarios:

Caliburnus dijo...

¿Y qué otros ejemplos podría brindar de la importancia que le da la religión judeo-critiana a la sexualidad?

M. Eugenia dijo...

Cómo se vive la sexualidad en la ancianidad?

Ingrid dijo...

Con respecto a la pregunta que hace Irr Sinnlos, me parece que la importancia que le da la religión judeo-cristiana a la sexualidad, se manifiesta en su interés por ordenar y poner límites a todos los placeres humanos, sobre todo esos que compartimos con el resto de los animales.

Osmio dijo...

Después de que cumplimos con la conservación de la especie, es decir, engendramos dos o tres hijos, por qué sigue siendo tan importante la sexualidad?

Evaristo dijo...

La preparación para la muerte de la que se ocupan las religiones, implica una extensa reglamentación de la vida.

Raúl dijo...

Existe un grupo de humanos, no tan minoritario como uno podría pensar, que padecen apragmatismo sexual. De ese grupo, hay una minoría "más sana", que intenta solucionar el problema, y otro grupo mucho más numeroso para quienes la vida pasa por otro lado.

Amanda dijo...

Durante mucho tiempo el arte estuvo al servicio de la religión.

Daniel dijo...

El hábito de esa monja se corta en el lugar apropiado. Hacerle un hábito tradicional a esa señorita, habría sido imperdonable.

Mirna dijo...

Para las religiones lo que está primero es la obediencia... la obediencia a todo.

Antonio dijo...

Una parte fundamental de los genitales masculinos queda expuesta y desprotegida de cualquier hueso sacro que se apiade.

Magdalena dijo...

José fue padre adoptivo porque Jesús, el hijo de Dios, no podía provenir de la unión carnal entre un hombre y una mujer.

Paty dijo...

Nada es más importante que lo que a mí me importa.