lunes, 16 de junio de 2008

Nuestro amado instigador

La convivencia no es fácil. La oposición de intereses, deseos, gustos y preferencias construye una red muy tensa, donde cada uno tira para sí con todas sus fuerzas. A veces hay heridos, resentidos, irritados, enojados, vengativos, despechados, envidiosos, celosos, y todas las acciones que acompañan a estos sentimientos cuando las palabras no son suficientes para darle un trámite civilizado, pacífico, sereno.

Un conflicto de intereses entre dos personas no tiene iguales consecuencias si ambos lo procesan discretamente que si le dan estado público a sus diferencias. Es muy notorio en las dificultades de convivencia dentro de los hogares: El matrimonio con sus hijos puede evolucionar de una cierta forma, pero si empiezan a participar otros integrantes (suegros, abuelos, tíos, amigos) con el ánimo de colaborar, la estadística informa que aumentan las posibilidades de agravamiento.

La industria de la información es un protagonista privilegiado en la convivencia de una comunidad. Es un participante que se presenta como bienintencionado pero hay un factor que le dificulta mucho esas buenas intenciones: me refiero al componente económico de su funcionamiento. Los medios escritos, orales o televisivos deben cubrir sus costos incluidos los intereses de las grandes inversiones que se ponen en juego sólo para poder operar. Esos costos se aumentan cuando además tienen que competir entre sí

Este vecino comunicador tiene que tener ingresos económicos muy grandes y esto provoca que su tarea se vea distorsionada. A tal punto es así que lo que había comenzado como un emprendimiento que trae comunicación dentro de la comunidad, termina funcionando como un instigador de más y más conflictos entre los integrantes de la comarca porque eso es lo que genera mejores ingresos.

Esos medios tampoco pueden ser autocríticos porque si denunciaran el daño que le están haciendo a su público, comprometerían los ingresos económicos y por tanto equivaldría a un suicidio. Como terminan siendo los intermediarios monopólicos de todo lo que los ciudadanos quieren decirse, circularán solamente aquellas noticias que puedan beneficiarlos (a los medios de comunicación), con lo cual el motivo que les dio origen termina funcionando exactamente al revés.

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18 comentarios:

Anónimo dijo...

El show que no me pierdo por nada es el noticiero. Tengo prohibido que me molesten en ese horario. Es como un vicio que tengo.

Anónimo dijo...

En mi casan tienen contratados Direc TV y el paquete full de no sé que empresa. Recibimos más de 150 canales y ninguno me sirve para nada. Prefiero releer los comics viejos de cuando era más chico.

Anónimo dijo...

Dirán lo que dirán pero los programas de chismes a mi me entretienen. Sé que son burdos, para gente sin cerebro y todo el mundo cree que yo soy una gran docente de historia, pero a escondidas me resultan fascinantes.

Anónimo dijo...

Todo tiempo pasado fue mejor. Hasta hace 10 años la televisión era mucho más culta y divertida. Últimamente se ha convertido en un verdadero mamarracho y me parece que es cierto eso de que la excitación que nos vende está carga de hostilidad, de intolerancia, de violencia. A veces me entusiasmo con lo que veo y me dan ganas reales de romper todo, de matar a los delincuentes, de encarcelar a los niños de 10 años. Me convierte en una bestia desalmada.

Anónimo dijo...

A veces la única forma de lograr una convivencia pseudo-pacífica es el aislamiento. Con mi hermana es increíble la cantidad de tiempo que podemos pasar sin hablarnos.

Anónimo dijo...

Mi esposo me recrimina que cuando rezongo a los niños no mantengo luego una postura distante para expresar mi enojo. Qué le voy a hacer, no me sale, después de señalarles lo que estuvo mal hecho todo sigue igual que antes, no puedo simular un enojo que no siento.

Anónimo dijo...

con mi padre nunca nos vamos a poner de acuerdo pero nos gusta discutir y matear juntos

Anónimo dijo...

Las pocas veces que participé a gente de la familia en problemas de la pareja fue para peor. Espero no volver a caer en la misma idiotez. Los de afuera no conocen un montón de elementos que sólo nosotros manejamos.

Anónimo dijo...

Sé que es un error, pero cuando tengo problemas con alguien que quiero mucho, me angustio tanto que tengo que hablarlo con otro.

Anónimo dijo...

Desde que existen los medios masivos de comunicación ya la educación dejó de ser privilegio de padres y educadores.

Anónimo dijo...

Hace pocos años las maestras aconsejaban que los niños viesen el informativo. Actualmente no hay una postura clara, algunas opinan que es importante que lo vean en compañía de sus padres y otras dicen que es mejor esperar a que estén en el liceo.

Anónimo dijo...

Me divierte ver como en los programas de chimentos, lo que se muestra como una confrontación, está preparado de antemano y forma parte del show. Creo que la mayoría de los espectadores lo interpretamos de esa manera y sin embargo nos sigue entreteniendo.

Anónimo dijo...

Ahora que Laura tocaba el tema de la confrontación, me pregunto una vez más por qué nos divierte tanto.

Anónimo dijo...

La famosa Teletón es un ejemplo del poder de los medios de comunicación. El problema de la discapacidad que a la mayoría de la población pasa inadvertido la mayor parte del tiempo, durante esas 24hs se presentifica y llega al telespectador tocándolo en su sensibilidad. Quienes ofician de vehículo entre los destinatarios de el pedido de ayuda y el público en general son comunicadores reconocidos por todos, lo que le da autoridad y confiabilidad a la propuesta.

Anónimo dijo...

No cabe duda de que el conflicto es negocio, la guerra genera más espectativas que la paz.

Anónimo dijo...

En invierno procuro ser diplomático porque la lucha de intereses en la cama me conduce a dormir destapado. Como soy precavido ya compré un sobre de dormir para el caso de que ella insista en tironear del acolchado.

Anónimo dijo...

Las celestinas oficiaban como intermediarias monopólicas entre los amantes y manejaban tan bien su oficio que lograban pasar por encima de los intereses familiares.

Anónimo dijo...

Para mi que el noticiero sube la sensación térmica de todos los sucesos negativos en nuestra sociedad.