miércoles, 25 de junio de 2008

Rezo para que deseen satisfacer mi deseo

Los neuróticos somos personas que nos llevamos mal con el deseo porque somos arrogantes, orgullosos, jactanciosos.

El deseo es un impulso muy fuerte que nos lleva, por ejemplo, a pedirle a la madre de un amigo que nos invite a cenar porque el perfume que sale de su cocina es totalmente subyugante y aunque podemos sentir anticipadamente el sabor en la boca, quizá hasta con un poco de vino rosado a 7º de temperatura, preferimos abstenernos por miedo (que podemos llamar vergüenza pero es miedo).

¿Por qué “miedo”? Porque (los neuróticos) creemos:

- Que ceder al deseo equivale a caer en una tentación diabólica que puede llevarnos a la ruina en breve plazo ya que este es un artilugio del diablo para apoderarse de nuestra alma en su eterna lucha con Dios;

- Que la señora puede burlarse de nuestra gula;

- Que nuestro amigo luego podrá pedirnos que lo invitemos a cenar en nuestra casa cuando sabemos bien que a nuestra madre la ponen de muy mal humor los invitados sorpresa;

- Que si de esa comida proviene un perfume tan maravilloso, quizá contenga ingredientes nocivos ya que es por todo neurótico conocido que lo que gusta mucho hace mal o engorda;

- Que la señora después le comentará a nuestra madre y que ésta nos recriminará en un ataque de furia recargada de celos;

- Porque esperaríamos hasta último momento que la dueña de casa tuviera la iniciativa de invitarnos para poder decirle que no, luego recibir la insistencia con la misma negativa para terminar aceptando como a regañadientes cuando se produzca la tercera.

En suma, los neuróticos nos sentimos muy vulnerables ante las manifestaciones de nuestro deseo y pretendemos satisfacernos logrando que los demás hagan lo que anhelamos pero sin que ellos sepan que nos complacen. En el caso mencionado, preferimos que la cocinera maravillosa exprese su deseo de tenernos como su comensal para poder darle trámite sigilosamente a nuestro deseo de quedarnos a cenar.

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20 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada vez que yo siento algo que pueda llamarse "tentación", trato de hacer todo lo contrario. Estoy adiestrado para eso.

Anónimo dijo...

Los celos de mi padre estropeaban mis cumpleaños. Cuando algún chico galanteaba conmigo, él se descontrolaba y cuando bebía alcohol me hacía pasar vergüenza. Ahora está viejo y lo cuido como si él hubiera sido generoso conmigo.

Anónimo dijo...

Entonces la descarada de mi hermana es la sana y yo soy la neurótica?

Anónimo dijo...

Dirán lo que dirán de los que tenemos miedo, pero me parece que toda la educación que nos brindan indica que hay que ser prudente en todo sentido.

Es muy difícil determinar hasta dónde es miedo neurótico y hasta donde uno es responsable y no actúa impulsiva y neciamente.

Anónimo dijo...

La desconfianza de que pueden perjudicarnos no es una fantasía loca. Yo mismo estoy atento a los descuidos ajenos para ver qué puedo aprovechar de ellos.

Anónimo dijo...

Ya sé que cuando en el artículo dice "perfume" es porque la comida sabe muy bien, pero no puedo dejar de pensar que lo que quiere el personaje es hacer el amor con la madre de su amigo. Estoy muy encamotado con una, sueño con ella, me masturbo imaginándome todo tipo de posturas y ya no sé más que hacer con este DESEO DIABOLICO.

Anónimo dijo...

¡Qué te pasa Agustín! ¿Tu no serás El Graduado y ella es Mrs. Robinson? jajaja (es broma: con los sentimientos no se juega!!)

Anónimo dijo...

A mi esposo se le ha metido en la cabeza que todos tenemos que hacer dieta y me parece que está un poco enfermo ya. No puede ser que él tenga que supervisar cada bocado nuestro. Ojalá se le pase y no sea el comienzo de un desastre familiar.

Anónimo dijo...

Soy una perfecta neurótica según la descripción del artículo, pero para mí hay una palabra clave que no está mencionada: EL RIDÍCULO.

Creo que no hay nada a lo que le tema más.

Anónimo dijo...

Juntar el coraje para abordar a una chica me da más trabajo que dar un examen. ¿Por qué ellas no ayudan un poco más?

Anónimo dijo...

No puedo imaginarme cómo sería yo si estuviera comunicando libremente a todo el mundo lo que quiero de cada uno. Sería una prostituta para empezar, porque adoro besar las tetitas de los hombres y seguramente si pudiera proponerlo la cosa no podría pararla ahí, quizá ellos quisieran algo más y ¿cómo les explico que sólo quiero eso y nada más?

Anónimo dijo...

Con los deseos pasa algo parecido que con los pedidos, tenés que afrontar la posibilidad de que te digan que no. Al no comunicar un deseo se evita el riesgo de fracazar, porque muchas veces preferimos dejar algo eternamente en suspenso a perderlo para siempre.

Anónimo dijo...

A mi me gusta que mi novio me diga todo lo que desea cuando hacemos el amor. Satisfacerlo me exita y cuanto más disfruta él más placer siento yo.

Anónimo dijo...

Nunca supe qué cosas deseaba mi padre. Esto se ponía de manifiesto en los cumpleaños, nunca sabía qué regalarle, me parecía que cualquier cosa que le diera le resultaba indiferente.

Anónimo dijo...

Cuando era niña vivía regida por el orden y la disciplina. El disfrute no era algo que se buscara. Aparecía de imprevisto.

Anónimo dijo...

En mi caso no es que me lleve mal con el deseo, mas bien es que todo lo que deseo se aleja despavorido.

Anónimo dijo...

A mí me enseñaron que el deseo es como una caverna oscura que sabés donde empieza y no donde termina.

Anónimo dijo...

Yo soy arrogante, orgullosa y jactanciosa pero mi deseo de bajo perfil me impide demostrarlo.

Anónimo dijo...

Mi mamá me enseñó que cuando vas de visita a una casa y te ofrecen algo de comer hay que decir "no gracias" dos veces antes de decir que sí.

Anónimo dijo...

Cuando un nerurótico complace a otro neurótico siempre encuentra el momento para echárselo en cara.