jueves, 12 de junio de 2008

Cuando lo malo es bueno

En general tenemos una opinión negativa de la mujer castradora. La imaginamos como alguien que nos priva del placer, que nos amarga la vida.

También esto puede pensarse de otra manera. Una mujer es literalmente castradora cuando con su conducta logra que el hombre vea transformarse su pene muy grande y duro en un triste apéndice.

Efectivamente, esta es una de las maneras de interpretar la castración en psicoanálisis.

Una mujer fatal es castradora. Una mujer muy sexy también. Una «loba», es una máquina de castrar.

Las inhibiciones en el área sexual no tienen explicaciones muy populares porque no responden al raciocinio que es la única manera oficial de pensar.

Algunos hombres son inhibidos porque temen inconcientemente esta pérdida de dureza y elegancia por más gratificante que encuentre el orgasmo y la eyaculación que preceden al temido derrumbe. Ciertas mujeres reprimen su fogosidad porque se sienten culpables de una especie de crimen a tan valioso órgano masculino. Por ejemplo, es frecuente que una mujer sea muy atractiva pero sexualmente apática porque quiere que el pene de él se suicide antes que hacer algo para llevarlo a la ruina transitoria ... cosa que sería bueno que hiciera para el bien de ambos.

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24 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi madre se mete en mi vida, tengo 38 años, estoy divorciada y tengo un hijo de 16. Nuevamente me voy a casar y ahora tampoco le gusta este hombre. No me deja existir, no me deja educar a mi hijo como a mí me parece, está bien que me ha ayudado pero se entromete en todo y me desautoriza delante de todo el mundo. ¿Si esto no es castradora?

Anónimo dijo...

No siempre quiero lo mismo. Algunos días me gusta que ella tome iniciativas y otra quiero que se comporte como una prostituta que obedece como una perra. No me preocupa para nada la flaccidez de mi pene después de hacer el amor, me preocupa cuando estoy excitado y sólo puedo recurrir a masturbarme. No es que me moleste pero me gusta más cuando encuentro una castradora como dice ud. jajaja

Anónimo dijo...

Tengo que conocer mucho a una mujer para poder tener erecciones con ella. Me da miedo que pueda cortarme el pene cuando lo tiene adentro. Sé que es un disparate y que nunca pasó, pero eso es lo que me pasa y no me molesta porque con mi compañera hace más de 8 años que estamos juntos y nos tenemos mucha confianza.

Anónimo dijo...

Mi madre no me deja tener amigos y las pocas veces que me deja ir a sus casas, habla por teléfono con los padres para asegurarse de que van a estar en casa. Con 17 años esto es muy molesto pero no tengo salida.

Anónimo dijo...

Nada de todo lo que hago le alcanza. Siempre quiere más y más. No puedo tener una conducta mejor en el estudio y en el trabajo. Siempre quiere más, siento que voy a estallar contra ella o contra mí.

Anónimo dijo...

Los chicos tardan muchos años en darse cuenta por qué una toma determinadas actitudes. Hacen y dicen cosas sin darse cuenta pero que para una que la sabe lunga y con todo lo que está pasando, es una guerra de nervios de nunca acabar. Algún día lo agradecerán, pero las amarguras que una pasa por culpa de la inmadurez e incomprensión que ellos tienen, eso nunca se podrá recuperar.

Anónimo dijo...

“Agua Castradora” de Mole

Él es un mortal impaciente,
una aplanadora.
Él no puede ser ocurrente,
triste o singular.

Furiosa está su raza.
Curiosa está la maldad.
Se azota para cambiar la ley,
y nunca va a elegir el camino del tiempo.

Él es un eterno sediento
de agua castradora.
Él es su más grande defecto.
Tiembla al caminar.

Furiosa está su raza.
Curiosa está la maldad.
Se azota para cambiar la ley.
Y nunca va a encontrar la mujer que lo salve.

¿Se entiende, no?

Anónimo dijo...

Dicen que el zángano, después de fecundar a la abeja reina, es matado por las demás abejas. Creo que a los varones nos va un poco mejor porque esta castración al menos es transitoria.

Anónimo dijo...

Me gustan las películas de acción porque ahí la muerte está por todos lados, la adrenalina está al palo, y así me imagino yo el sexo mayor, con destrucción, violencia, muerte, destrozos mayúsculos, sangre, suciedad, transpiración, ... y que pasa después? Nacen preciosos bebitos por todos lados, como la reconstrucción de las ciudades que fueron pulverizadas en una guerra. Todito nuevo, no queda un sólo viejo vivo, toda gente nueva.

Anónimo dijo...

No soporto el sexo violento, sólo quiero paz, tranquilidad, caricias, suavidad. Estas propuestas bélicas me parecen enfermas y lo digo respetuosamente.

Anónimo dijo...

Conocí a una "loba" y me mató. Era un poco más pesada que yo aunque no más alta, pero tenía una fuerza impresionante. En cierto momento ella quedó arriba mío y me impresionó la cara satánica que me puso. Sentí como que mi cuerpo era el de un gusano. Menos mal que Carlitos aguantó firme porque si me llega a abandonar justo en ese momento, creo que uds se hubieran perdido este sabroso comentario.

Anónimo dijo...

Hace más de tres años que tengo sexo con mi pareja y todavía no tengo la confianza suficiente como para mostrarme tal como soy. Yo prefiero que él haga todo como quiera, a mi me gusta igual, y como dice en el artículo, prefiero que su pene sea el que se suicide con la excitación que le produce mi vagina pero me sentiría muy culpable si hago cosas para que él se enloquezca más todavía.

Anónimo dijo...

Pude encontrar la solución a mi vida sexual cuando casualmente me encontré con la que ahora es mi amante. Es prostituta pero nos queremos. A esta sí que no le importa nada y parece que me usa para sacarse la calentura que no puede sacarse con los clientes. La madre de mis hijos por el contrario, es una verdadera santa y tenemos un sexo tan tranquilo que comparado con el otro me siento como en dos mundos. Ojalá me dure.

Anónimo dijo...

Qué difícil es tratar de pensar este tipo de cosas desde la "lógica" del inconsciente, como ud. propone Licenciado. Todas las cosas se ven extrañas. Siento que pierdo pie.

Anónimo dijo...

Cuando soy muy fogosa, una parte mía está actuando para un público imaginario que aprueba. Cuando soy más pasiva me parece que soy egoísta.

Anónimo dijo...

Ver que soy capaz de provocar una erección me hace sentir bien y por el contrario, no exitar a mi compañero me provoca culpa.

Anónimo dijo...

Me gustaría saber si los hombres cuando se masturban temen la pérdida de la erección o si este temor sólo se produce en la relación sexual.

Anónimo dijo...

A mí me pasa que aumentan mis inhibiciones en el área sexual en la medida que baja mi autoestima.

Anónimo dijo...

Mi hija me dice que soy una castradora pero con lo que usted dice, ahora no me siento tan mal.

Anónimo dijo...

¿por qué será que los hombres castradores son menos populares que las mujeres castradoras?

Anónimo dijo...

Las mujeres castradoras son tan fuertes que no les alcanza con hacerse cargo de su propia vida, quieren hacerse cargo de la vida de los demás.

Anónimo dijo...

Generalmente los tipos más poderosos o mejor agraciados son los que tienen las mujeres más bonitas. Lo mismo las mujeres, las más poderosas van acompañadas por hombres más jóvenes. Por eso pienso que hay que ser muy fuerte para estar bien acompañada.

Anónimo dijo...

¿Usted dice que la impotencia de mi marido se debe a que soy demasiado mina para él? ¡Cómo me gustaría creerle! pero sospecho que la explicación es más silvestre, tiene dos o tres amantes que lo dejan seco.

Anónimo dijo...

El deseo de castrar fisicamente al hombre es un instiinto natural,en la mujer que se desarrolla desde la niñez,al comprobar que el varon tiene algo que ella no tiene,es como el juguete que otro niño tiene, y se lo quiere quitar.
El origen de la fuerza del hombre se encuentra en los genitales,que para desgracia nuestra son externos lo que la mujer lo interpreta como una muestra de ostentacion.
Por ello cuando tienes una pelea con una mujer y esta furiosa y descontrolada su primera accion sera golpear con furia los testiculos del hombre y si se dan las condiciones cortarlos fisicamente. Un simbolo de un instrumento castrador son las uñas largas en las mujeres usadas diariamente para arañar ojos o clavarlas en el escroto.