martes, 18 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 31

Según el psicoanálisis, cuando uno necesita ayuda (por ejemplo, porque alguien nos ataca), no debe gritar ¡SOCORRO! porque la gente se aleja de los problemas. Es más eficaz gritar ¡FUEGO! ó ¡UN CADÁVER!, porque la gente es muy curiosa.

El psicoanálisis concibe al ser humano como alguien que no puede tolerar saber realmente cómo es. El auto-engaño está siempre a la orden del día. No podemos soportar cuán mezquinos somos en realidad. Sin embargo -y esta es otra curiosidad de este fantástico arte científico- SOMOS LO ÚNICO DIGNO DE AMOR.

El rechazo a ciertas verdades (me sigo refiriendo a que las personas somos un poco peor de los que estamos dispuestos a aceptar) es un rechazo poco evidente. Uno no anda por la vida demostrándole a todo el mundo que es un incoherente. Cuando no acepta reconocer que es egoísta, se esfuerza realizando actos caritativos (aunque sólo porque queda bien y para no darse cuenta que se prefiere más a sí mismo que a los demás).

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizá me estoy perdiendo de algo, pero me parece que esta no puede ser una regla general. Es cierto que todos somos curiosos, pero me parece que muchos tenemos un impulso irrefrenable de atender a un semejante en dificultades, a pesar de que el acto parezca irracional luego de ocurrido.

Anónimo dijo...

Es cierto que siempre anda alguien por ahí haciéndonos ver que somos demasiado mezquinos, pero nunca tengo la seguridad de si estos jueces son justos o simplemente tienen ganas de molestar con el trillado discurso moralista.

Anónimo dijo...

No sé si es tan así, pero me parece visible que la solidaridad está faltando con aviso. Por lo menos en Santiago (Chile) es notorio.

Anónimo dijo...

El comedido siempre sale mal.

Anónimo dijo...

Como opinión, es bastante pesimista pero aunque me de lástima, me parece que es cierta. Yo misma eludo los problemas (propios y ajenos) en todo lo posible.

Anónimo dijo...

¡Qué crueldad! Yo también pienso que hoy en día las personas hemos perdido sensibilidad o por lo menos estamos más irresponsables que hace 10 o 15 años. El individualismo avanza a pasos agigantados. Quizá un retorno a las religiones clásicas sería una forma de recuperar la solidaridad.

Anónimo dijo...

pues mira albertico, no creo en lo que dices, pues si así fuera no estarías posteando en un blog donde se sostiene que la pobreza es una cuestión patológica,

semejante barbaridad sólo puede ser sostenida por un débil mental, de esos que pulularon en la década del 90 y que todavía siguen pregonando su ideología falsaria, fundada en la innata estupidez de la especie humana.

Anónimo dijo...

qué curioso! me pasa que fracaso en mis intentos amorosos porque en el fondo espero algo imposible: que el otro me quiera más que a sí mismo.

Anónimo dijo...

de acuerdo con que la gente es más curiosa que solidaria, pero no me gusta ese tipo de humor que vos tenés, ataca a veces, las utopías más sagradas de los seres humanos, y sin utopías no avanzamos