miércoles, 12 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 27

Antes los psicoanalistas trabajábamos mucho tratando de disminuir la represión sexual. Ahora la mayoría de los consultantes padecen de represión afectiva.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Será por esto que hoy en día parece que la gente se quiere menos?

Anónimo dijo...

y esto que quiere decir, ¿que ahora nos da vergüenza tener sentimientos?

Anónimo dijo...

En mi casa nunca hubo mucho tiempo para tolerar mi anarquía afectiva y, como pensaban que no era bueno castigarme cuando tenía un berrinche, me controlaban tratándome con indiferencia. Veinte años después veo que ellos habrán pasado más tranquilos con sus cosas pero a mí me incapacitaron para querer de verdad, no puedo llorar (aunque vaya si me gustaría a veces), y yo también luzco como indiferente aunque estoy segura de que esta es una pose artificial, algo que no puedo superar, me está haciendo daño... y esto recién empieza!

Anónimo dijo...

Algo que no sé si tendrá mucho que ver, puede ser que la televisión nos está haciendo perder la verguenza en el terreno de lo sexual. Hoy se muestran cosas que antes no se veían salvo pagando en algún burdel o en algún cabaret. La democratización de los temas sexuales quizá los haya vuelto tan familiares que no estimulan nuestra represión. Por el contrario, los aspectos sentimentales suelen tratarse dentro de lo melodramático y por eso han perdido seriedad.