Probablemente así opinan muchos
médicos: Como para morir hay que estar vivos, entonces la mejor fórmula para no
tener problemas de salud es vivir con la menor intensidad posible. Cuanto más
cerca estemos de la muerte menos problemas tendremos con la vida.
La
medicina imagina a la sociedad donde ejercen su profesión como una gran
cantidad de ejemplares que deben ser atendidos colectivamente, aunque parezcan
ser atendidos uno por uno.
Ellos
determinan qué no le hace mal al más débil de nosotros y esa es la política
sanitaria que nos aplican a todos.
¿Por
qué aplican este criterio tan restrictivo? Porque lo fundamental es que ellos
no tengan denuncias por mala praxis. Alguien denominó a este criterio como medicina defensiva. La filosofía no
podría ser más conservadora.
Muchos
ciudadanos creen que cuanto más restrictiva es la política sanitaria mejor nos
cuidan. Quizá sean personas que anhelan un cónyuge celoso porque suponen que la
represión es un indicador de amor. Más aun: sería coherente con esta forma de
pensar que ellos mismos, (quienes interpretan que los celos son una buena
señal), desearían encarcelar a quien aman, para que no se les escape, para que
siempre lo tengan bajo control.
Así
funcionan los regímenes despóticos, esa es la vocación de los gobernantes de
izquierda y también es la práctica de los sistemas de salud. El control
policíaco de los usuarios hará que estos nunca tengan problemas y que nunca se
les ocurra denunciar si algo sale mal, pues sus personalidades son llevadas a
la máxima sumisión y temor. Los médicos dicen, sugieren o amenazan con que los
desobedientes serán severamente castigados cuando necesiten la ayuda
profesional.
Por
lo tanto, así como los gobiernos de izquierda no tienen una idea mejor que
emparejarnos económicamente hacia abajo, los médicos autoritarios y que cuidan
su parcela de poder, nos imponen regímenes tan estrictos como el que no les
haría daño al más débil de los usuarios.
Como
para morir hay que estar vivos, entonces la mejor fórmula para no tener
problemas de salud es vivir con la menor intensidad posible. Quizá piensen que,
cuanto más cerca estemos de la muerte menos problemas tendremos con la vida.
(Este es el Artículo Nº 2.187)
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