No sería un
error grave afirmar que el estado de ánimo de las personas se refleja con total
nitidez prestándole atención a cómo describe el mundo que las rodea: si piensa
que todo está muy mal es porque su estado de ánimo es negativo y si piensa que
todo está muy bien es porque su estado de ánimo es positivo.
Varias veces me he referido al
fenómeno del contraste necesario para que nuestras percepciones sensoriales
puedan ocurrir: blanco sobre negro, sonido sobre silencio, salado sobre
desabrido, frío sobre caliente, suave sobre áspero.
También esto ocurre en el
plano intelectual: algo nos parece terrible cuando ocurre en un contexto de
serenidad, la amoralidad parece aberrante en medio de criterios muy restrictivos,
la furia es menos significativa en el caos, la tristeza individual es mínima
cuando todos están igualmente tristes, alguien muy inteligente no nos llama la
atención si está en un grupo de superdotados, un mal actor pasa desapercibido
si está entre otros, en un coro de renegados los voluntariosos parecen santos.
Casi todos mis comentarios
sobre las consecuencias de estos fenómenos incluyen alguna mención a la
Psicología de la Gestalt (1).
Ahora les comento una
observación que todos pueden confirmar con su propia experiencia.
Imaginemos que el estado de
ánimo de una persona es muy negativo, porque le va mal en la vida, porque su
salud es precaria, porque tiene mal carácter, o por lo que sea.
Si esa persona puede convivir
razonablemente con su malestar, quizá pueda hacer observaciones objetivas de la
realidad, pero si no quiere que los demás se enteren de su mal humor, porque
siente vergüenza, porque eso le aumentaría el malestar, o porque quienes lo
rodean lo han amenazado diciéndole que no puede seguir molestando con su
temperamento enojadizo, es muy probable que sus observaciones de la realidad no
puedan ser tan objetivas, sino que por el contrario, tratará de mostrarlo todo
como desastroso, caótico, envilecido, infernal, corrupto, carente de respeto,
lleno de peligros amenazantes.
¿Por qué hace estas
observaciones tan negativas? Porque en su fantasía pretende creer, (y hacer
creer a los demás), que él está bien pero lo que está mal es el mundo, el
entorno, la sociedad, la gente, el país, la época.
Si volvemos a la Psicología de
la Gestalt comentada más arriba, diríamos que esta persona, para que sus
dificultades de carácter pasen desapercibidas, para que nadie las perciba,
describe al entorno con rasgos tan desagradables como su estado de ánimo. Si
este fuera color negro, entonces pinta de negro todo lo demás para que nadie
pueda percibirlo, para pasar desapercibido. Por eso ve todo mal, tan mal como
él se siente. Camufla la realidad para que su salud anímica pase desapercibida.
(Este es el Artículo Nº 2.185)
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