viernes, 9 de diciembre de 2011

Técnica de autoconocimiento artesanal

El diccionario de sinónimos puede decirnos quiénes somos si encontramos una primera palabra que nos defina adecuadamente.

Para muchas personas es fascinante saber quiénes son. Escuchan con particular interés cuando alguien les señala alguna característica que las diferencia del resto; también prestan particular atención a las indicaciones supersticiosas de la astrología (occidental, china, celta, maya).

Esas descripciones no son muy confiables porque todo indica que existen más de doce formas de ser y si bien estamos totalmente determinados, este determinismo proviene de una realidad muy dinámica, cambiante, que se renueva minuto a minuto.

Es probable que la fecha de nacimiento sea importante, como también lo es el instante de la fecundación, pero estos son datos que se suman a miles de otras influencias variables (genética de los padres, clima, alimentación, embarazo deseado o no deseado, evolución biológica del feto, por mencionar unos pocos).

No es nada nuevo lo que habré de contarles, pero seguramente muchos no lo conocen aún.

Con los recursos de que disponemos los internautas, comenzamos a hacer una encuesta entre quienes más nos conocen preguntándoles con qué vocablo nos definen: divertido, sorprendente, entusiasta, o cualquier otro.

Luego, utilizando algún diccionario de la web o el proveedor de sinónimos de Word (menú contextual con el cursor ubicado sobre la palabra de la que se necesitan sinónimos), vemos qué podemos obtener.

Si utilizamos este último procedimiento y con el cursor sobre la palabra «divertido», vemos que Word 2007 nos da la siguiente lista: distraído, recreado, solazado, entretenido, amenizado, explayado, parrandeado.

Con estas nuevas definiciones sobre cómo somos, podemos armar un pequeño texto que nos defina, como lo haría un novelista con un personaje.

Una vez depurada esta auto descripción primaria, hacemos lo mismo con los sinónimos de los sinónimos, y así sucesivamente.

La astrológica es menos exacta que este procedimiento.

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11 comentarios:

Carolina dijo...

Cómo me gusta su estilo irónico, Doc!

Laura dijo...

He conocido gente inteligente que cree en la Astrología, e incluso que se dedica a la Astrología, las cartas astrales y todo eso. No me entra en la cabeza. Porque el tema de la fe, en lo que respecta a las religiones es otra cosa. Es más justificable porque implica la adhesión a un sistema moral y porque la fe se explica como una creencia indemostrable. Pero los astrólogos afirman con una seguridad increíble y hasta algunos tratan de darle un brillo científico a su tarea.

Lucas dijo...

En todo esto hay mucha gente que lo toma como una diversión. La mayoría lo toma como una diversión. Fingen creer, pero eso es sólo parte del juego.
Admito que los que estudian, ya es otro tema.

Facundo Negri dijo...

Gracias a los mayas, este 31 de diciembre vamos a brindar con más expectativas.

Shanti dijo...

Sin la magia, la vida me resulta aburrida.

Lucas dijo...

Shanti todavía no se encontró con las diversiones posta.

Virginia dijo...

Lo que necesitamos es que los demás nos digan todas las cosas maravillosas que piensan acerca de nosotros mismos. Adoramos que centren su atención en nosotros como si fuéramos la quinceañera a punto de bailar el vals, o la novia detrás del altar. Y los hombres pueden soñar con una tribuna entera gritando el gol que acaban de clavar en la esquina superior derecha del arco, o el aplauso cerrado al finalizar una conferencia brillante y ocurrente.
Pero a la mayoría no nos pasan esas cosas; cualquier ocasión para que nos hablen de nosotros mismos será bienvenida.

Aquamán dijo...

La astrología no me interesa, pero me encantaría tener una bola de vidrio.

Ma. Eugenia dijo...

Doce formas de ser?

Morgana dijo...

No se haga el nunca visto que a nadie le fascina más que a los psicólogos saber quienes son.

Evaristo dijo...

Creo que es oportuno aclarar que el hecho de que estemos determinados no quita que estemos cambiando permanentemente. Cambios imperceptibles a corto plazo y en general grandes transformaciones a largo plazo.