martes, 20 de diciembre de 2011

La delincuencia medicamentosa

Los delincuentes tienen un rol social que se pone de manifiesto cuando nuestro cerebro carece de otras preocupaciones excitantes.

Para gozar del pensamiento científico hay que privarse de la pasión que sentimos cuando apoyamos fervorosamente un hecho, una idea, una creencia.

Amar un equipo de fútbol, por ejemplo, es maravilloso porque trasladamos a un terreno virtual, lúdico, imaginario, el dramatismo real que tiene la existencia.

La incertidumbre que sufrimos durante noventa minutos de juego puede mortificarnos tanto como la incertidumbre laboral, pero nos complace saber que cualquiera sea el resultado, nada de vida o muerte podrá ocurrirnos.

El pensamiento científico también es virtual y lúdico, pero se realiza prescindiendo del placer inmediato, implica privarse en todo lo posible de las preferencias personales y hasta luchar contra ellas cuando alguna evidencia nos disgusta.

Me molesta la evidencia según la cual los delincuentes perjudican la calidad de vida de la sociedad. Todas sus modalidades son negativas y por esto se les denomina genéricamente delincuentes, malvivientes, malhechores, bandidos.

En la búsqueda de placer mediante el pensamiento científico, puedo pensar y compartir con usted que este grupo de personas cumplen un rol impuesto inconscientemente por la ciudadanía.

¿Y por qué les encargamos que nos molesten de la peor manera?

La respuesta es ilógica como corresponde a la dinámica psíquica: la mente necesita estar en conflicto y los delincuentes comienzan a ser notorios cuando colectivamente carecemos de otros excitantes.

Para que nuestro cerebro funcione bien, necesita un mínimo de estrés sin el cual se descompensa, trabaja mal, genera insomnio, angustia, ansiedad, irritabilidad, apatía.

En suma: Cuando no tenemos conflictos de otra especie (guerras, epidemias, cataclismos) que exciten suficientemente nuestro sistema nervioso, utilizamos las actividades delictivas siempre presentes para que nos provoquen (exciten) miedo, furia, odio, deseos homicidas para hacer justicia por mano propia.

Artículos vinculados:

Las soluciones para la delincuencia son primitivas

Los delincuentes, si no emigran, mueren delincuentes

Los impuestos desestimulantes 

●●●

10 comentarios:

Mª Eugenia dijo...

¿Es posible que los delincuentes cumplan una función similar a la que cumplen las enfermedades?

Adrián dijo...

No entiendo ¿qué rol cumplen las enfermedades?

Magdalena dijo...

La delincuencia exita nuestro cerebro para que nos sea más accesible encontrar soluciones que la mantengan controlada.

Evaristo dijo...

El placer inmediato que proporciona la ciencia está vinculado al orden.

Federico dijo...

Ahora entiendo por que no me gustan las vacaciones.

López dijo...

Bien dicen que el aburrimiento es la madre de todos los vicios.

Roberto dijo...

El sexo es un buen exitante cuando hay que ganárselo.

Tiago dijo...

Sin el fútbol de los domingos aumentaría la delincuencia.

Ulises dijo...

Los afectos, así como el dinero en una caja de ahorros, necesitan moverse para ser rentables, para generar vida.

Estela dijo...

Todo el tiempo estamos venciendo la inercia a causa de nuestras necesidades. Necesitamos obstáculos para movernos. Estamos acostumbrados a vivir venciendo la fuerza de gravedad.