jueves, 15 de diciembre de 2011

El agua tibia y cómo lograrla

El ajuste de nuestra conducta social suele entrar en una escalada de reiteradas compensaciones cada vez más exageradas.

Para lograr la temperatura adecuada del agua que usaremos para tomar una ducha, solemos beneficiarnos, sin saberlo, de que el recurso hídrico es limitado.

Cada uno tiene su técnica: algunos comienzan por abrir la canilla del agua fría para ir agregándole temperatura abriendo la del agua caliente. Otros, por el contrario, comienzan abriendo la canilla del agua caliente y tratan de bajarle la temperatura agregándole agua fría.

Este proceso podría terminar inundando un barrio entero si no fuera porque la cantidad de líquido del que disponemos es limitado.

Para regular nuestros deseos prohibidos aplicamos un procedimiento similar al que usamos para preparar agua tibia, con el inconveniente que no contamos con el resguardo de la escasez de recursos pues la capacidad de exageración de los seres humanos casi no tiene límites.

Esta es la causa principal de muchos dolores de cabeza, angustia y conductas que nadie entiende.

El hecho que provoca mayores desajustes en esta búsqueda desesperada del agua tibia (sentimientos y conductas equilibradas), es la prohibición del incesto.

Pondré un ejemplo de varón porque me resulta más fácil de explicar tan sólo siendo autobiográfico.

— El niño desea a su mamá. Primero la necesita por los cuidados que ella le brinda pero luego desea casarse con ella.

— En este plan, el niño quiere echar a su padre de la casa.

— La lucha es muy despareja y el niño tiene que disimular su rechazo al dueño de casa.

— El pequeño duda si estará disimulando bien y comienza a idealizarlo, hacerse amigo, quererlo.

— Siente que el padre realmente es un enemigo. Piensa y desea ser violado por ese monstruo.

— Al percibirse con deseos homosexuales, sobreactúa como muy macho, ...

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12 comentarios:

Lola dijo...

Yo siempre pongo primero la caliente.

Amanda dijo...

Entiendo... cuanto más desvalidos nos sentimos, más sobreactuamos una fortaleza ficticia.

Macarena dijo...

Yo puedo inundar el barrio buscando el equilibrio justo, la perfección. Y como lo perfecto es enemigo de lo bueno...

Rubén dijo...

¿Qué quiere que el diga? No me acuerdo de nada de eso.

Ingrid dijo...

Exageramos y sobreactuamos como estrategia de defensa. Hoy miraba a las palomas en la plaza. Había una que esponjaba el plumaje y abría la cola, para echar a la otra que pretendía compartir el mismo trozo de pan con ella.

Marcia dijo...

Creo que los hombres que leen su artículo se hacen los distraídos.

Olegario dijo...

O sea que el niño desea ser violado por ese padre tan temible porque necesita un castigo que lo persuada de controlar sus impulsos.

Tatiana dijo...

Siempre me pareció que los súper-machos eran sospechosos.

López dijo...

Compensás un asunto, por ejemplo la desprolijidad, y se te descompensa otro, como podría ser la paciencia, entonces para recuperar la paciencia te obligás a ser aún más prolijo. La tensión interna crece, de pronto llega tu mujer y te dice "¿cómo estás querido?" y vos le contestás "¡qué! no te das cuenta".

Alicia dijo...

Ajustes extraños y exagerados se producen en quien sufre de anorexia nerviosa. Privaciones extremas seguidas de atracones y un cuerpo que no se percibe tal cual es.

Oriente dijo...

Hay que entibiar el agua en tiempo presente, de lo contrario el futuro será frío.

Adrián dijo...

Leyendo me vino el recuerdo de las mordidas en el brazo que le hacía a papá. Entonces él me alzaba por encima de su cabeza, me tiraba en la cama y jugaba conmigo a las luchas.