No hay profesional experto que no tenga un conocimiento muy profundo de la naturaleza humana, aunque no sepa cuánto sabe.
Si bien estamos determinados y carecemos de libre albedrío, algunas personas se equivocan menos que otras, algunas personas poseen una calidad de vida elevada y duradera mientras otras tienen menos suerte.
La casi totalidad de lo que llamamos «inventos» no son más que plagios que los humanos inventores hacemos de soluciones propias de la naturaleza.
Es muy interesante conocer sobre esos inventos porque la mayoría de las veces los inventores saben de la naturaleza más de lo que ellos creen.
La abogacía, la escribanía, la economía y casi todas las ciencias humanísticas, abundan en conocimientos sobre nuestra especie aunque los que más saben de esas ciencias, «no saben que saben»: los mejores profesores y profesionales cultivan su destreza para conocer la esencia humana, las intenciones, las mentiras, las trampas, los caprichos, pero lo hacen indirectamente.
Existe el prejuicio de que los que más sabemos de psicología somos los psicólogos, pero es falso. Muchos profesionales saben inclusive más que nosotros, pero tienen esos conocimientos fuera del área operativa de sus mentes.
Ya sea directa o indirectamente, es una buena suerte conocer y entender al ser humano. No sólo para entendernos a nosotros mismos sino también para poder desplegar una beneficiosa y gratificante vida social.
Pero no solamente los profesionales de las ciencias humanísticas saben del ser humano. Los ingenieros informáticos desarrollan sus programas tratando de que sean comprensibles para los usuarios y también tratando de entender cómo razona la mente para copiar los procesos inteligentes y automatizarlos informáticamente.
Les paso dos datos curiosos de nuestra mente:
— Entendemos muy bien la muerte ajena pero no la propia; y
— Entendemos muy bien nuestro derecho a la propiedad pero no el derecho ajeno (1).
(1) El fútbol también simboliza el robo
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9 comentarios:
No es necesario ser profesional; cualquier persona que haya vivido y pueda hacer uso fructífero de su experiencia, puede tener un buen conocimiento de la naturaleza humana.
El ser profesional, lo que en cierto modo estaría asegurando, es que esa persona proviene de la clase media o la alta. En algunos casos también podría implicar una mayor capacidad para razonar, pero no es garantía.
Creo que quien más sabe del ser humano es el que tiene calle, y para eso no es necesario pasar por la enseñanza formal. Es más, a veces este aprendizaje nos llena de prejuicios y de idealizaciones, lo que dificulta una percepción ajustada de la realidad.
Según mi propia experiencia, los que se dedican a las llamadas ciencias duras, son, en general, bastante torpes en el manejo de los vínculos.
Entender las necesidades ajenas es mucho más difícil que aceptar las propias.
A menudo quienes no saben cuanto saben tienen bajo perfil y desperdician el uso de su sabiduría, a causa de su inseguridad. Quien no es consciente de donde está parado, se siente inseguro.
La muerte no tiene salida. Aprovechemos la alta esperanza de vida que tenemos, para hacernos a la idea.
Saber del ser humano quizás no nos alcance, si hemos vivido experiencias traumáticas que dificulten el desarrollo de una vida social plena.
Con respecto a la informática, los programas son bastante comprensibles, pero lo que es el soporte técnico en línea, más inalcanzable no podría ser.
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