miércoles, 22 de septiembre de 2010

La naturaleza es sabia pero inhumana

Un prejuicio que sostenemos casi toda la población mundial, es que las enfermedades deben desaparecer.

Es prejuicio porque muchas son causadas por microorganismo que, simultáneamente cumplen roles imprescindibles para la ecología de nuestro planeta y también porque muchas enfermedades son la solución menos mala para problemas mayores.

Una característica que determina el rechazo consciente de las enfermedades, es que suelen provocar malestares e inhibiciones a quienes no queremos ni malestar ni inhibición de tipo alguno.

Con mucha discreción, hay quienes dicen que el universo funciona en perfecta armonía y que, las enfermedades de los humanos, no son otra cosa que mecanismos reguladores para controlar demográficamente nuestra especie.

En otras palabras, que tendríamos que morir más jóvenes para no estropear el medio ambiente, programado para que nuestra vida no exceda los 35 o 40 años.

De esta postura se desprende que los esfuerzos que hace la medicina para prolongar nuestra vida, van en contra del interés universal.

Por supuesto: el instinto de conservación, nos tiene prohibido criticar nuestra longevidad.

Con una idea similar, hay quienes dicen que algunas enfermedades surgieron para evitar daños mayores, pero que hoy, con la evolución de nuestra especie, se han convertido en indeseables porque el objetivo que les dio origen ya no existe.

La naturaleza, primero crea una solución que es tal, pero seguramente, a medida que las circunstancias van cambiando, resulta que «es peor el remedio que la enfermedad».

Por ejemplo,

— hay un cierto tipo de anemia (falciforme) que evita el paludismo;
— la psicosis maníaco-depresiva, despierta la capacidad creativa de quien la padece,
— la paranoia provoca un estado de intensa disconformidad que estimula las reivindicaciones sociales.

Claro que esto no es visto así por quienes tienen el padecimiento, del mismo modo que no es el mejor juez de un delincuente, quien haya sido su víctima.

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14 comentarios:

Marcia dijo...

Eso de que el Universo funciona en armonía perfecta no es otra cosa que la admiración hacia el fenómeno vida en su infinita variedad. Nos maravillamos (porque da para maravillarse) y entonces agregamos que todo es perfecto y armonioso. La perfección y la armonía son conceptos inventados por los humanos, que nada tienen que ver con la naturaleza.

Filisbino dijo...

Creo que la naturaleza tiende al equilibrio, aunque no siempre es armoniosa.

Silvina dijo...

El instinto de conservación es parte de la naturaleza, no?

Lucas dijo...

Morir a los 35 o 40 años no me parece bien. Tengo 34.

Ernesto dijo...

Podemos proponernos desaparecer las enfermedades. No importa. Siempre habrán más cosas que combatir.

Ondina dijo...

Los problemas mayores se merecen una BUENA solución.

Celina Horse dijo...

Este artículo me parece conformista. Usted está diciendo que nos banquemos la realidad como es, que las enfermedades... bueno, que no hay mal que por bien no venga, que están nuestros intereses pero hay otros que están por encima de los nuestros. Y sabe una cosa? Todo eso me irrita. Estoy irritable. No voy a soportar ni una sola claudicación más. Y que las enfermedades, la vejez y la muerte, son una mierda, son una mierda. Y el que se quiera resignar que se resigne. Yo no me engaño. Estoy irritable y en cualquier momento le pego al que se cruce. Esta vez no me deprimo, TA!

Fulgencio dijo...

El medio ambiente ya está estropeado Don. Vamo a morir cuando sea.

Hood dijo...

Para que las enfermedades dejen de estar causadas por tanto microorganismo, hay que cambiar el punto de vista, de modo que los microorganismos pasen a ser macroorganismos. Matar a un macroorganismo es negocio.

Pedro Páramo dijo...

Me parece que por ahora la superpoblación no es un problema.

Maidana dijo...

Sólo los humanos pueden ser sabios. Es un concepto que no le sirve a ningún otro animal, así como tampoco le va a la personificación de la naturaleza.

Rúben dijo...

Cuando el mundo esté poblado por inhumanos, las enfermedades podrán florecer.

Hugo dijo...

Si dejáramos de luchar en contra de la enfermedad nos sacaríamos un enorme lastre de encima.

Serena dijo...

Hugo tiene razón. Sería mejor aplicar nuestra energía a vivir y no tanto a combatir la muerte.