jueves, 16 de septiembre de 2010

El engaño que conduce al desengaño

Veamos el significado de dos palabras bastante antipáticas:

Timar. Engañar a alguien con promesas o esperanzas.

Fraude. Acción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete.

Tomando en cuenta estas dos definiciones de la Real Academia Española, procuraré vincularlas con la práctica del psicoanálisis.

Quienes concurren a un consultorio psicoanalítico, lo hacen pensando en algo que no es.

Son personas que se sienten mal (angustia, insomnio, obsesiones, etc.).

Popularmente sabemos que los psicoanalista cumplen la tarea de curar las enfermedad mentales, de forma similar a como los médicos curan las enfermedades corporales.

Esto no es así.

Los psicoanalistas tratan de que cada uno ajuste sus expectativas a una realidad realista.

Sin embargo, para que todo esto empiece, se necesita un engaño.

Cuando digo que el psicoanálisis es un timo, lo digo porque el psicoanalista tiene que pasar por alto (ignorar, hacerse el tonto), cuando el consultante viene a buscar la felicidad en el diván.

Cuando digo que el psicoanálisis es un fraude, lo digo porque el psicoanalista tiene que escuchar de los consultantes ideas en las que él no cree («pondré todo de mí para cambiar», «estoy dispuesto a trabajar duro para terminar con este problema», «sólo un psicoanalista sabe lo que me pasa y quiero que me lo diga»).

El psicoanalista no es ni un timador ni un fraudulento, sino que está convencido de que nadie que prometa hacer feliz a un paciente, lo obtendrá.

No existe la técnica que lo logre.

Más aún: la felicidad podría terminar con la vida de quien la posea durante más de veinticuatro horas.

El paciente comienza creyendo que es posible alcanzar la felicidad y si el tratamiento puede culminar, habrá logrado terminar con semejante fantasía... que le provocaba angustia, insomnio, obsesiones, etc.

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10 comentarios:

Maruja dijo...

Si tenía dudas respecto a concurrir o no al psicólogo, ahora ya terminaron de aclarárseme.

Elbio dijo...

Lo dice la palabra, los psicoanalistas analisan la psiquis. El paciente será quien haga posible ese análisis conjunto, e intentará conocer para luego beneficiarse de los cambios que produzca ese conocimiento.

Grafito Paredes dijo...

La realidad realista está coronada por sueños de mendigo.

Roque dijo...

Mi corazón no soportaría una felicidad de día completo.

Marcia dijo...

Por lo que dice Roque, pienso que nunca nos ponemos de acuerdo en una definición de felicidad.

Evangelina dijo...

Los católicos buscamos la paz. La felicidad es traicionera.

Alicia dijo...

El psicoanálisis no es timo porque no promete nada, y no es fraude porque no busca perjudicar al paciente.

Anónimo dijo...

Cuando el consultante me decía que pondría todo de sí para cambiar yo le gritaba: "callate idiota!".
Por eso ahora he dejado la clínica y me dedico a la dirección técnica de un centro de salud mental.

Andrés Estirado dijo...

El enunciado "sólo un psicoanalista sabe lo que me pasa y quiero que me lo diga", consta de 2 partes. Una primera que culmina antes de la conjunción "y", cuyo contenido cumple la función adulativa y un segundo fragmento apelativo que implica ansiedad, apresuramiento y coacción. Esta segunda parte tiene como función poner al psicoanalista en la desagradable situación de estar contra la espada y la pared.

dirtsa anele onac dijo...

si se juega con la mente del sicoanalista no estas buscando ayuda si no probar tu propio poder mental,porq ellos tienen una vida estilo ruleta,donde paran ahi se bajan.