sábado, 28 de agosto de 2010

La ley que se puede evadir, deja de molestar

«Hecha la ley, hecha la trampa» expresa un aforismo muy pragmático, realista y —para algunos—, un poco escéptico.

La creencia en Dios aporta una cantidad de soluciones que, en definitiva, no dejan de ser trampas a leyes antipáticas.

Llegar a la edad adulta y perder la protección de nuestro padre biológico, es una ley molesta para la cual es posible crear la ilusión de que existe otro padre, del cual nunca perdemos su protección (Dios).

Que algún día dejemos de existir, entra en penoso conflicto con el instinto de conservación, el que nos obliga a defender nuestra vida desesperadamente.

Pero a esta ley natural, le hacemos trampa evadiéndola con la convicción de que en realidad, nunca morimos sino que tenemos un alma que migra, viaja de generación en generación y que lo único que ocurre es que nos mudamos de cuerpo como de vivienda.

Más aún, por no querer aceptar que vivir implica soportar molestias y frustraciones, nos convencemos de que ellas no son otra cosa que el pago de una deuda, generada por alguien ajeno, un antepasado y que es nuestra hidalguía, bondad y apego a la moral, lo que nos lleva a padecer (pagar) aquella deuda, con enfermedades, accidentes y sufrimientos.

Para que este emprendimiento evasor funcione mejor, un grupo de voluntarios instituyen organizaciones encargadas de administrar el no reconocimiento de que somos seres vivos como cualquier otro, sin cualidades, méritos ni privilegios especiales.

Finalmente, algo muy irritante y que también puede ser evadido haciendo uso de estas instituciones (religiones), es una ley cultural, particularmente frustrante. Me refiero a la arbitraria prohibición del incesto.

Las instituciones religiosas aseguran que sus fieles forman una gran familia, que todos son hermanos entre sí y —para evadir la prohibición del incesto— estimulan el casamiento entre ellos.

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9 comentarios:

Lucas dijo...

Es una pena que la iglesia permita que me case con mi hermana y no con la Madre Superiora.

Emma dijo...

A mí no me parece nada honroso estar pagando el Pecado Original de Adán y Eva. Me da mas bronca mire!

Evangelina dijo...

El alma no migra, se dirige al Padre Celestial y allí se queda, por la eternidad de los tiempos.

María del Carmen Carrasco Herrera dijo...

Evangelina de reencarnación no entiende nada. Ella pertenece al brazo derecho de la religión (que se cree) dominante.

Rulo dijo...

Pah! Ahora hasta las chicas bien creen en la reencarnación!

Nazareth Inglese dijo...

Nuestros antepasados
comían asado
y por eso nos llevaron
a padecer colesterol malo.
Nos endeudamos
por comprar matambre
y a nadie importa
el lío que se arme
si a los chinos
les vendemos carne.

Martín dijo...

Mi padre se cree un dios, así que al menos, no perderé su "protección".

Morgana dijo...

De ninguna manera somos seres vivos como cualquier otro. Así como el león es el rey de la selva, el ser humano es el rey del dinero.

Eriberto Cactus dijo...

Para ser fiel, hay que elegir un camino y no apartarse de él.
Los fieles estamos teniendo un problema, el camino no tiene salida y ahí atrás vienen llegando los Mahiuenia Poeppigii.