martes, 17 de agosto de 2010

«Eres mía, aunque aún no me conoces»

En otro artículo (1) les decía que si ponemos un trozo de carne de vaca debajo de nuestra piel, seguramente nuestro sistema inmunógeno rechazará esas moléculas extrañas, de un tejido diferente al propio. Pero si esa carne la comemos y digerimos, entonces las moléculas que antes eran de vaca, se convertirán en moléculas humanas sin que nuestro cuerpo las rechace como al injerto.

Conocer, es un fenómeno muy parecido a comer. Comprender es algo muy parecido a digerir (2).

Lo que no entendemos, lo olvidamos y no se incorpora a nuestros conocimientos. Para poder entender, tiene que haber un proceso de transformación, de nuestra mente y del concepto que queremos agregar a lo que ya sabemos.

Las técnicas pedagógicas, facilitan la digestión de los nuevos conocimientos, para que estos puedan incorporarse al saber del alumno.

Por lo tanto, cuando algo que vemos u oímos nos resulta familiar, lo percibimos como agradable y por lo tanto, como si nos perteneciera.

Dicho de otra forma:

1) El narcisismo, es el sentimiento por el que cada uno se ama a sí mismo más que a ninguna otra persona o cosa (todos tenemos narcisismo porque de lo contrario, pereceríamos).

2) Amamos (narcisísticamente) todo lo que creemos que es nuestro.

3) «Creemos» significa que tanto considero que es mío esta mano que escribe, como mi hermano más querido, como la Harley Davidson que está en el garaje, como la vecina que, al mirarla y admirarla, «creo» que me pertenece porque está en mi mente, dentro mío, junto a otras personas y objetos que también considero propios.

¿Qué es envidiar bajo este punto de vista?

Envidiar es el sentimiento justiciero, reivindicativo, exigente, por el cual algo o alguien que yo creo que me pertenecen, está en poder de otra persona y no en el mío como creo que corresponde.

(1) Sale con fritas

¿Le parezco sabroso?


(2) Anorexia educativa

Dentadura guardaespalda

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11 comentarios:

Flavio dijo...

Las ideas nuevas son de difícil digestión. Más aún si estas contradicen las ideas que ya tenemos incorporadas.

Eliseo dijo...

Para no envidiar hay que desprenderse de la propiedad privada.

Álvaro dijo...

Es difícil para el psiquismo humano, limitar el sentido de propiedad (digo por el comentario de Eliseo), en eso funcionamos como el resto de los animales.

Ingrid dijo...

Si logramos madurar, aprendemos a aceptar que no es posible adueñarse de todo lo que nos gusta, ni poseer todas las cualidades que quisiéramos. La aceptación ayuda a que disminuya la angustia.

Mauricio dijo...

Envidiamos porque no existe la justicia en el reparto de bienes, sean cuales sean estos bienes.

Chapita dijo...

Envidiar bajo un punto de vista es como ponerse amarillo cuando te enfoca la cámara de seguridad.

Martín dijo...

Nada que ver. Todo lo que percibo como familiar lo detesto.

Ofelia dijo...

Capaz que no estaba tan mal que cuando éramos chicos se nos ayudara a digerir el conocimiento del comercio sexual entre nuestros padres, llendo de a poco, con historias metafóricas, como esa que dice: papá quiere mucho a mamá y por eso le regaló una semillita...

Magela dijo...

Dionisio Díaz tenía muy narcisizada a su hermanita.

Sureño dijo...

Con el desarrollo de las técnicas pedagógicas, cada vez es más fácil embutir contenidos en los cerebros infantiles.

Irene dijo...

En realidad nuestra mente se va transformando sin que nos demos cuenta y sin poder dirigir esos cambios.