lunes, 30 de agosto de 2010

Los muertos son envidiosos y vengativos

La mayoría de nosotros cree en lo que llamamos dualismo cartesiano, esto es, que los seres humanos estamos conformados por una parte física y tangible (el cuerpo) y otra inmaterial e intangible (el espíritu).

Esta idea está en franco declive ante otra visión según la cual, somos sólo materia aunque nuestros cinco sentidos no han podido encontrar el soporte anatómico de la creatividad, las ideas religiosas, el sentido del humor y otras características de nuestra especie.

Suponemos que esas funciones se generan en el cerebro, por la acción de neuronas, hormonas, neurotrasmisores, pero no se descarta que se originen en otros órganos como podrían ser el hígado, en algún ganglio linfático o el sistema óseo.

La envidia y la sed de venganza, son reacciones afectivas propias de nuestra especie.

Suponemos además (con gran convicción), que los demás piensan, sienten y reaccionan igual que nosotros.

O sea, lo que creemos que somos, es una referencia privilegiada para evaluar, comprender y juzgar a los demás.

¿Cuántos de nosotros nos animaríamos a pasear por un cementerio en la oscuridad de la noche?

¡Conmigo no cuenten! Aún siento escalofríos cuando miro el excelente video-clip de Michael Jackson, titulado Thriller (Imagen).

El miedo (horror) a los muertos, tiene su origen en nuestra envidia y deseos de venganza.

Los muertos son una verdadera amenaza para los que seguimos vivos porque ellos —seguramente—, están furiosos porque perdieron la vida que nosotros conservamos.

Nos ponemos en su lugar y sabemos que atacaríamos a cualquiera que poseyera lo que ellos han perdido.

El miedo a los muertos, no es otra cosa que nuestra propia envidia e intención vengativa, que sentimos cuando otros disfrutan de algo que necesitamos, deseamos y no poseemos.

¡Qué tontos son quienes se hacen los inteligentes diciendo que «el cementerio es el lugar más seguro»!

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12 comentarios:

Filisbino dijo...

La creatividad, el humor, las ideas religiosas, son producto de nuestro pensamiento, es decir, de nuestra actividad cerebral.

Guzmán dijo...

Le tenemos miedo a los muertos porque proyectamos en ellos nuestros sentimientos. En definitiva, no los creemos verdaderamente muertos.

Selva dijo...

Hasta los que levantan altares a la muerte, van al cementerio en grupo.

Rulo dijo...

Lo cierto es que cuando estás con un ataque al hígado, el sentido del humor se te va al carajo.

Joe Black dijo...

Si mantenemos un peso estable y adecuado a nuestra talla, veremos que a medida que pasan los años nuestro rostro va perdiendo hidratación y vamos adquiriendo de a poco los rasgos que tendremos al morir. Hay que ser muy gordo o tener el rostro hinchado, para evitar eso.

Chapita dijo...

El colmo es ser traumatólogo y estar sin tema óseo.

Maruja dijo...

Creer que el otro siente y reacciona igual que uno es el camino directo al divorcio.

Emiliano dijo...

Creo que la mayoría de nosotros no somos conscientes de la fuerza que tiene nuestra sed de venganza.

Raimundo Water dijo...

Hay que cuidarse, Emiliano. La sed aumenta con las papas fritas y con el noticiero central.

Orosmán dijo...

Para que el cementerio sea un lugar seguro no hay que portar objetos de bronce.

Paty dijo...

Para mí que los perros envidian porque se ponen celosos.

Franco Declive dijo...

Si el cuerpo no se deteriorara, sino que por el contrario, con el tiempo adquiriera más funciones, belleza e inteligencia, entonces, a nadie se le hubiera ocurrido inventarse un alma.