Encontré tantas ideas que fundamentan la hipótesis de que el fenómeno vida depende de que los usuarios del mismo (los seres vivos), sintamos dolor y placer, que creé el blog Vivir duele, que ustedes pueden visitar si el tema les interesara.
La industria de los proveedores de salud, maneja recursos económicos muy grandes.
En ella están los laboratorios farmacéuticos, los médicos, los fabricantes de aparatología médica, las empresas de prestaciones pre-pagas, los laboratorios de análisis clínicos, y una larga lista de otros agentes económicos cuyos ingresos dependen de «vender salud».
Los trabajadores (empresarios, inversionistas, profesionales, empleados) cuyos ingresos económicos dependen de esta rama de actividad, tienen las características, creencias y prejuicios, propios de cualquier otra persona.
Mi propuesta de que el fenómeno vida depende del dolor y del placer, es aceptada por muy pocas personas.
Por lo tanto, si cualquier ciudadano concurre a un trabajador de la salud quejándose de que tiene un dolor, malestar o preocupación que le incomoda, ninguno de los dos evaluará la situación desde mi punto de vista (la normalidad de los malestares), sino que establecerán un vínculo terapéutico para solucionar el problema.
Es probable que la batería de anestésicos de que dispone la medicina, logre aplacar las molestias (¡por estar vivo!) que trajo el paciente a la consulta.
Me inclinaría a pensar que eso es perjudicial, porque la sensación penosa está ahí para provocar algún cambio en nuestra vida, pero con un calmante, desactivaremos el estímulo natural para buscar y modificar lo que nos afecta.
Además del alivio, otro placer se agregará al acto médico: todo indica que cualquier demanda (pedido), es de amor.
Los humanos seguimos necesitando ser atendidos, observados, mirados, palpados, mimados, aún después de la niñez y de la adolescencia.
El aspecto afectivo de la consulta, sí es saludable.
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13 comentarios:
percibí aspectos afectivos en la consulta médica hasta los 30 años, después los médicos pierden interés
Qué generalización injusta la de Canducha!
Trato de no tener ciertos medicamentos en casa "por si acaso". Es más probable que los necesite si los tengo.
Algunas molestias hay que enfrentarlas para poder crecer. Me refiero a la ansiedad (siempre que no invada totalmente al individuo), a cierta cuota de estrés, un margen tolerable de angustia. Si no nos entrenamos para manejar dentro de lo posible, esos estados, nos debilitaremos, seremos más vulnerables y menos capaces.
Sospecho que las señoras ancianas, se la pasan de médico en médico, buscando atención y afecto.
El síntoma es un llamado de alerta, hay que saber escucharlo antes de acallarlo.
A veces los médicos saben que no precisás nada pero igual te recetan alguna medicación para que te vayas contento.
CUANDO YO PIDO QUE NO SE ME MOLESTE ES PORQUE NECESITO DORMIR! NO ES DEMASIADO EL AMOR QUE PIDO, VERDAD?
Si un niño se cae, la mamá le hace mimos y el papá le dice: "fijate por donde caminás".
Por eso yo siempre elijo los médicos maternales.
Vivir duele. Morir duele. Después de morir se acaba todo.
Qué destino!
Los mimos que hace el doctor son demasiado estilizados, sublimados, metafóricos. A mí no me alcanzan. Por eso los médicos me duran poco.
Con el médico de cabecera nos hemos hecho muchos chichones. Eso nos sucede por pasarla chichoneando.
La prolongación artificial de la vida de los hombres y mujeres, está provocando un desastre ecológico, pero no daría un paso para evitarlo.
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