En un artículo anterior (1), les decía que el funcionamiento metafórico de nuestro pensamiento, permite suponer que las mujeres son imaginadas como un territorio del varón, en tanto ellas son sembradas-inseminadas-fecundadas por él, luego gestan como también hace la tierra con los vegetales y finalmente entrega «el fruto de su vientre», como un árbol entrega los suyos.
Todos los seres vivos necesitamos un territorio donde establecernos y donde cultivar vegetales y criar animales, que nos servirán de alimento.
A lo largo de la historia, hemos podido constatar que algunos pueblos se han caracterizado por invadir nuevos territorios, mientras que otros han tenido que defenderse de esos ataques con mayor o menor éxito.
Una estrategia utilizada por los pueblos invasores, ha sido la de violar a las mujeres del pueblo invadido para que, a partir de las nuevas generaciones, tanto las madres como los hijos, desarrollen un vínculo con los invasores, hasta que emocionalmente, se fusionen con los conquistadores y la conservación del territorio anexado, deje de ser conflictiva.
Los varones de los pueblos invadidos, mueren en la lucha por defender sus tierras.
El fútbol (actualmente —año 2010—, se juega un mundial en Sudáfrica), es un juego en el que once jugadores de cada equipo y ajustándose a ciertas reglas, intentan meter un balón en el arco del contrario.
Como vemos, la similitud con la técnica invasiva de embarazar las mujeres del territorio invadido, es por demás significativa.
La existencia de reglamentos y de espectadores, convierte a cada evento en un espectáculo que deja de ser bélico —como su antecesor con el cual hago la comparación (la guerra de conquista) —, aunque los hinchas más violentos, agreden, atacan, hieren, matan.
Los jugadores imitan a los guerreros, pero algunos hinchas, siguen siendo guerreros.
(1) La mujer de Juan Pérez
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11 comentarios:
Al fin entiendo en que consiste jugar al fútbol y que es eso que junta tanta gente al sur de África!
Admiro su capacidad para ver en los hechos de la vida cotidiana, las metáforas profundas que esconden. Tal como ud dice, el fútbol y el comportamiento de los pueblos invasores, se corresponden punto por punto; lo mismo podríamos decir del básquetbol y el handball, o hasta del golf; aunque en este último caso, cada espermatozoide iría solo.
Pensaba que violar a las mujeres del territorio invadido era un comportamiento que formaba parte del estado agresivo en el que queda instalado el combatiente y una forma de humillar al enemigo.
Creo que la interpretación de Humberto funciona en paralelo con la que nos propone el Lic.
Los hinchas se vuelven muy peligrosos porque pierden su capacidad de simbolizar.
Para mí el fútbol significa 3 cosas: la posibilidad de tener una excusa para salir a festejar, vivir 90'de suspenso, disfrutar la maestría de los jugadores.
Nunca desarrollaría un vínculo con los invasores, y menos después de haber sido violada. En caso de quedar embarazada, ese hijo sería sólo mío.
Continuando la metáfora que ud propone, las mujeres podemos considerar que los árboles sembrados en nuestra tierra son nuestros, así como sus frutos y las hojas que caen en nuestros "brazos". Nosotras, como la madre tierra, los incorporamos dado que nos enriquecen, nos abonan.
En otras palabras: para nosotras también nuestros hombres y nuestros hijos nos pertenecen.
Qué es lo que se protege el chico que está en el quinto lugar de la barrera?
Antes teníamos muchos hijos con Bolivia.
Que las futuras generaciones desarrollen un vínculo con los invasores, no quiere decir que sea un vínculo de amor. Alcanza con que sobrepase la barrera de la indiferencia, para que entre esos pueblos comience a suceder algo, algo que no sabemos qué será.
Lo digo por el comentario de Ada.
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