sábado, 5 de junio de 2010

Los amantes de mi cónyuge

Que los celos existen, no es una mera creencia.

La pérdida del amor produce miedo, inseguridad, furia por impotencia.

Es muy probable que necesitemos ser celosos para conservar nuestra vida.

Si el recién nacido no arma un escándalo cada vez que su mamá sale de su campo visual, podría llegar a perderse, ser robado, quedar expuesto a peligros.

El llanto es una señal de alarma como las que hemos inventado para prevenir incendios, robos y demás accidentes.

Los celos también son una señal de alarma, que nos avisa que podemos ser abandonados.

De todos modos, las falsas alarmas terminan siendo un problema más que la prevención de un accidente.

Si alguien pasa fumando cerca de una alarma contra incendios demasiado celosa, quizá obligue a evacuar un edificio de varios pisos, innecesariamente.

La sensibilidad más adecuada está dentro de un rango que se vuelve normal porque es la que posee una mayoría de personas.

Algunas particularidades psicológicas, favorecen la existencia de una sensibilidad a-normal (fuera del rango de sensibilidad más común).

Quienes están convencidos de que sus gustos y preferencias son —o deben ser— las universales, están en problemas.

Me refiero a quienes no pueden entender cómo existen personas que —por ejemplo—, no disfrutan del fútbol, la cumbia y la carne de vacuno asada.

Estas personas necesitan suponer que sus códigos personales (gustos, ideas, creencias), son los normales, lo únicos sanos, los perfectos.

Seguramente usted conoce personas así.

Están tan seguros de esas suposiciones, que han dejado de preguntar a los demás si están o no de acuerdo con sus propuestas.

Peor aún: estas personas, no pueden imaginar que existan quienes no estén enamorados de su cónyuge.

Por lo tanto, estos individuos pensarán así: todos amamos el fútbol, la cumbia, la carne de vacuno asada y a mi cónyuge.

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13 comentarios:

Franco dijo...

Estoy convencido de que a mi cónyuge sólo la puedo amar yo.

Nemo dijo...

Las falsas alarmas no permiten que la relación llegue a buen puerto.

Florencio dijo...

Lo que tiene de bueno poseer una forma de sensibilidad minoritaria es que te da la posibilidad de pertenecer a pequeños grupos.

Otelo dijo...

Si los celos son una señal de alarma, le diré que hay quienes viven en alerta rojo.

Sarita dijo...

Los celos son alarmas muy escandalosas.

Magdalena dijo...

Los códigos que manejan las distintas generaciones chocan o se ignoran, pocas veces armonizan.

Marcos dijo...

Me gusta el futbolito, la salsa y el cordero. Como ven, me adapto.

Iris dijo...

En general no pensamos que nuestros gustos son universales, pero sí que nuestras opiniones son las correctas. Necesitamos creer eso para poder discutir.

Tiago dijo...

Hay que moverse lo suficiente como para no concocer sólo a los normales.

Ariel dijo...

Aunque no quiera aceptarlo: todos estamos enamorados de su cónyuge.

Ibero dijo...

Los celosos tratan de no perder algo que tienen y los envidiosos tratan de conseguir algo que otros tienen, pero el sentimiento de desesperación de ambos grupos es el mismo.

Luisa dijo...

Las falsas alarmas me han salvado de uno que otro exámen alarmante.

Tortuondo dijo...

Cada vez que tengo una propuesta, acostumbro salir a preguntar lo que opinan mis vecinos.