viernes, 11 de junio de 2010

La mayoría bipolar

El humorista uruguayo Juan Verdaguer (1915 - 2001), era apreciado por su estilo indirecto, eludiendo el chiste que incluyera vocabulario incorrecto.

Decía por ejemplo: «A mi mujer nunca le dije que era una tonta (silencio teatral) ... no me habría comprendido».

Este fenómeno que se retroalimenta (no entender que uno es tonto precisamente porque es tonto), me parece que está en el núcleo de nuestras dificultades intelectuales.

Más concretamente: la precariedad de nuestro intelecto, nuestra dificultad para entender lo que nos sucede, nos induce a tener creencias de fácil comprensión, a imaginar que todo es simple, o que la mejor estrategia es no pensar.

La mayoría de la gente razona en términos de «blanco o negro», de «bueno o malo», de «me sirve o me perjudica».

De hecho, la informática logra resultados muy útiles, aplicando criterios de ese tipo: «si-no», «prendido-apagado».

Las democracias eligen a sus gobernantes cada cuatro o cinco años.

La propaganda que hace cada candidato, tiene que convencer a esa mayoría de pensadores informáticos (si-no, bueno-malo, etc.), con un discurso que en el fondo diga: «yo soy el mejor-los demás son los peores».

Sin embargo, tienen que hacerlo de tal manera que, en los hechos quede la idea de que «yo soy modesto-los demás son arrogantes».

Al final del proceso electoral, alguien llega al gobierno y luego tiene que hacer maniobras para no contradecirse groseramente.

Quien llegó al poder prometiendo bondad, reparto de riqueza y sensibilidad social, no podrá utilizar medidas represivas muy drásticas contra los ciudadanos más perturbadores, porque sus votantes se sentirían contrariados.

Si la mayoría bipolar (bueno-malo, etc.), se harta de la inseguridad en la que vive, propiciará una dictadura moralista, cruel, que arregle todo «de raíz».

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11 comentarios:

Rulo dijo...

Muy buena la imágen!

Soraya dijo...

Si será precario nuestro intelecto que con poco puede desorganizarse tanto.

Alicia dijo...

Lo que nos hace mal no es pensar demás (claro que el dicho se refiere a pensar sin fundamentos, perseguirse o alegrarse demasiado ubicándose en un futuro que todavía no llegó) sino el pensamiento acelerado. Cuando lo que pensamos va tan rápido que al intentar traducirlo en palabras sale una mescolanza extraña, es preocupante.

Elbio dijo...

No entender lo que nos sucede es la situación ideal para echarle la culpa a otro.

Martín dijo...

Uruguay y Argentina son países bipolares: peñarol-nacional
boca-river

Graciana dijo...

Razonar en términos de blanco y negro, entre otras cosas, nos vuelve muy aburridos.

Morgan dijo...

Si me roban, decididamente me perjudica. Así que no me pidan piedad.
JUSTICIA POR MANO PROPIA!!!

Evaristo dijo...

Tipos como Morgan son peligrosos.

Alicia dijo...

Para arreglar las cosas de raíz, hay que seguir procesos que son lentos, hay que ir a las causas. Es como en el psicoanálisis, lleva tiempo, constancia, compromiso, paciencia, determinación.

Lola dijo...

Ud perdone, no tiene nada que ver con el artículo
Cuántos negritos lindos!

Paty dijo...

Me gusta la delicadeza con la que habla, dice "los ciudadanos más perturbadores" en lugar de los asesinos y los chorros.