domingo, 13 de junio de 2010

¡Salud!

Cuando Arístides Paredes conoció la historia de la canción Macarena (1), pasó varios días sin dormir.

Mariana Paredes (su prima y novia desde la infancia), ya no sabía cómo calmarlo.

Sesenta millones de euros, la bailó Bill Clinton en su campaña para la reelección, Los del Río se enriquecieron y quienes la compusieron, siguen esperando que la justicia reconozca sus derechos.

Los domingos de tarde con lluvia, siempre fueron fatales para él. No almorzó, Mariana no sabía dónde meterse y tampoco se animaba a dejarlo solo.

Repentinamente se puso de pie, abrió un cajón y extrajo una partitura de varias hojas. Las leyó como poseído por el demonio y le exigió a Mariana que lograra una entrevista con el padre (y padrino de Arístides).

Dos horas después, estaban en la casa del tío-padrino-suegro, quien vivía sólo porque la esposa no pudo tolerar su decadencia higiénica.

La excesiva inteligencia, le había estropeado el cuerpo, la ropa y el apartamento. Conservaba intactos el piano y la devoción incondicional de varias empresas discográficas.

Arístides se animó a darle la mano, pero Mariana lo saludó desde lejos.

Explicaron el motivo de la visita, el genio terminó el café que bebía, agarró la partitura, la miró superficialmente, estornudó, se limpió la nariz con la manga de la camisa, liberó ruidosamente una flatulencia, se acomodó en el piano y comenzó a ejecutarla.

Sobre el final, Arístides se sobresaltó porque la interpretación no era lo que él había compuesto, sino mucho mejor.

El pianista terminó con gesto complacido, manoteó los papeles y se los dio al muchacho, diciéndole: «Con esto, ya eres rico. Te felicito».

Arístides salió casi corriendo, buscó donde guarecerse de la lluvia y leyó el final de la partitura.

El estornudo, había provocado manchas de café, que parecían notas musicales.

Mariana, recordando el gol que Maradona hizo con la mano, pensó: — El resfrío de Dios.

(1) Versión con audio
Versión con audio-video-coreografía

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10 comentarios:

M. Eugenia dijo...

Por qué no podía dormir Arístides? Lo habían plagiado Los del Río o quería repetir la asaña de ellos, componiendo un tema que pegara así en el mercado.

Morgana dijo...

Y sí... Bill Clinton no le escamoteaba alegría a su cuerpo.

Elbio dijo...

Está claro M. Eugenia. Si la partitura de Arístides tenía varias páginas, no era la de Macarena.

Raúl dijo...

De dónde sacó que los inteligentes son mugrientos!

Cacho dijo...

Juego siempre a la lotería porque pienso que el azar está de mi lado. Me considero afortunado. Igual hasta ahora ni la mano, ni el resfrío de Dios, me han tocado. Yo sigo jugando. La vida es una timba.

Susanita dijo...

Es lo que yo digo, en familia se logran las mejores cosas.

Nilda dijo...

Los domingos de tarde con lluvia, tortas fritas, mate y una película.

los Morgan dijo...

Los domingos de tarde con lluvia, los chicos con la abuela y para nosotros LUJURIA!!!

Evaristo dijo...

Las notas musicales de café tienen el aroma perfecto para un domingo de lluvia.

Paula dijo...

Todo es ambiguo; hasta el estornudo de Dios, que enriquece y enferma.