viernes, 18 de septiembre de 2009

Receta racional

Padecemos tres tipos de malestares:

1) Hace unos meses le decía en un artículo titulado Budismo Zen que la naturaleza nos desequilibra para que con el consiguiente malestar actuemos en procura del alivio y recuperación del equilibrio (por ejemplo, tenemos hambre, conseguimos alimentos, comemos).

2) Como si se tratara de una segunda naturaleza pero inventada por nosotros mismos, la cultura, la organización social y política, nos obliga a tener una conducta que permita la convivencia y nos amenaza con desequilibrarnos (castigándonos) en caso de incumplimiento (por ejemplo, nos priva de libertad si nos apoderamos de bienes ajenos).

3) Tenemos una tercer fuente de malestar que proviene de nuestras dificultades de adaptación a estos dos reglamentos, a estas dos fuentes de autoridad (la naturaleza y las normas sociales).

Nuestra reacción lógica —la mejor que podríamos tener— es la de evitar cualquiera de las tres causas de sufrimiento, pero sólo podemos influir sobre la tercera. Las otras dos (la naturaleza y las normas sociales) son muy poco modificables.

Alguien podría razonar: si la naturaleza se vale del dolor para conservar la vida, entonces padecerlo es bueno y lo mejor es sufrir.

No me extrañaría que haya personas que tengan esta forma de actuar aunque juraría que la practican sin darse cuenta (inconscientemente), impensadamente.

Parecería ser lo más atinado:

1º) confirmar si este análisis es correcto;

2º) en caso afirmativo, identificar el origen de los estímulos penosos (el hambre viene de la naturaleza; la frustración de nuestro deseo de apoderamiento indiscriminado, de la cultura; y la negación de la muerte de nuestra incapacidad personal para asumir la realidad); finalmente

3º) dedicarnos solamente a mejorar nuestra capacidad de adaptación a las normas de la naturaleza y de la sociedad.

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14 comentarios:

Hortensia dijo...

Entonces los desequilibrios ke algunas padecemos son normales dices tu?

Ke tranquilidad! je

Héctor dijo...

Por la cantidad de líos que salpican mi vida, yo elijo pasarla mal. No habría otra explicación.

Roxy dijo...

Me genera mucha reveldía pensar que debería dedicarme solamente a la adaptación.

Omar dijo...

Creo que algunos se equilibran cuando son castigados.

El Camaleón dijo...

La adaptación es mi especialidad.

León dijo...

No es tanto que el camaleón se adapte, mas bien lo que hace es pasar desapercibido.

Casilda dijo...

Vovemos al Sermón de la Montaña: "Bienaventurados los que sufren, porque de ellos será el Reino de los Cielos"

Mª Eugenia dijo...

¿Cómo hacemos para confirmar si su análisis es correcto?

Clodomiro dijo...

La frustración de mi deseo proviene del escaso interés que muestra en mí, Estela.

Cacho dijo...

Hoy me está costando adaptarme a la lluvia y el frío. Es setiembre y estamos en el cono sur, vamos!

Cerebro dijo...

Parece que la mayoría de las cosas que hacemos, las hacemos impensadamente.

Víctor dijo...

La historia de la humanidad podría contarse como el conjunto de modificaciones que el ser humano ha hecho en la sociedad y en la naturaleza.

Diana dijo...

No creo en las teorías determinista. Somos capaces de transformar lo que nos rodea, cuando vale la pena, e ignorarlo si no lo valiera.

William Andrés dijo...

Sos un hijo de puta licenciado: Cómo te las ingeniás para poner imágenes eróticas que calientan a todo el mundo.

Esa mujercita soplando me la cogería ya. Cómo me calientan las mujeres cocinando, que me parió!