lunes, 21 de septiembre de 2009

La duda verdadera

Una clasificación que es posible hacer es la que clasifica a la humanidad en dos grupos: los que están seguros y los que tienen dudas. Más concretamente: los que han accedido a la verdad y los que todavía no.

Alguien podría decir: «la muerte es una certeza que todos tenemos» a lo que podría responderse: «muchas personas piensan que lo que verdaderamente importa (el espíritu o el alma) nunca muere».

El pensamiento del psicótico incluye verdades. Este pequeño grupo de personas posee una estructura mental que les hace delirar y no tienen ninguna duda de que son la Madre Teresa de Calcuta, Napoleón o Cristo.

Los no-psicóticos (sanos, neuróticos, psicópatas) tenemos el deseo —con diferentes grados de intensidad— de acceder a alguna verdad. En este afán elaboramos hipótesis —que nunca pasan de ser conjeturas— que logran un mayor o menor número de simpatizantes.

Esta actitud que tenemos la mayoría de buscar la verdad infructuosamente nos lleva a reaccionar de por lo menos dos maneras: o bajamos las pretensiones y nos conformamos con las ideas más lindas, simpáticas, divertidas y populares (estar a la moda, ovacionar a los personajes con mayor poder de convocatoria, argumentar a favor de los poderosos), o asumimos la humillante condición de no poder saber la verdad aunque seguimos buscándola.

El psicoanálisis es de por sí una teoría, o sea una hipótesis, es decir un conjunto de creencias que se complementan y que por su coherencia puede ser útil para explicar provisoriamente por qué pensamos, sentimos y hacemos lo que hacemos.

El maravilloso mundo de las certezas y las verdades por ahora sólo está reservado para quienes padecen el atormentado pensamiento de la psicosis.

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14 comentarios:

Diana dijo...

Solamente alguien que padezca algún trastorno mental puede creerse que el mundo de las certezas y/o verdades es maravilloso.

Úrsula dijo...

Entonces si estoy segura de que Dios existe, para usted estoy loca.

Mmmmm, ¿cómo anda su salud mental?

Luis Edo. dijo...

Es así que muchos comentemos la locura de intentar volvernos locos.

He intentado despreocuparme de la verdad y en realidad no es que no quiera sino que no puedo.

Alicio dijo...

Yo vivo en un maravilloso mundo de cerezas y beldades.

Cándido Pelaez Rocha dijo...

Esa mascarita no me gusta nada!

Rulo dijo...

¿No le quedará uno de los grupos medio poco humanizado?

Grafito Paredes dijo...

La muerte es la certeza de la torta.

Don Rivero Aceguá Chuy dijo...

Y que pasa con los fronterizos ¡eh!

el oriental dijo...

Las conjeturas del Pepe tienen tantos simpatizantes como metidas de pata.

CHECHU dijo...

ME IMPORTA UN CARAJO POR QUÉ HAGO LO QUE HAGO

Gregorio dijo...

Hace tiempo que dejé de buscar la verdad. Ahora es la verdad la que me busca a mí.

Cacho dijo...

Yo con las ideas soy como con las mujeres: me conformo con las más lindas, simpáticas, divertidas y populares.

Juan Cristóbal dijo...

La mayoría estamos condenados a pasar una buena parte de nuestra vida creyendo que encontraremos certezas.

Anónimo dijo...

Ay Fernandito, Fernandito: ¿cuándo nos darás una buena nueva?

Igual te quiero.

Besitos!!!