martes, 29 de septiembre de 2009

Huyamos del es3

Por la red informática que nos interconecta van y vienen miles de presentaciones en las que predominan las imágenes de paz, amor, sabiduría, calma, tranquilidad, con textos donde se pregonan las claves infalibles para lograr ternura, comprensión, serenidad.

Suelen estar musicalizadas con temas lentos ideales para la meditación.

La consigna de estas pequeñas obras de arte es: «bajemos el estrés».

El estrés parece ser uno de los principales enemigos a los que tenemos que enfrentarnos en la actualidad. Se le atribuyen gravísimas repercusiones orgánicas además de disminuir por sí mismo la calidad de vida que todos merecemos.

Ya a principio del siglo 20 Freud opinaba que la homofonía (la semejanza en los sonidos de las palabras) favorecía una segunda interpretación.

Es decir que en el lenguaje no solamente se producen las diversas interpretaciones de mismo texto porque el idioma lo permite (polisemia) sino que además la semejanza en los sonidos tiene valor significativo.

En el artículo titulado El matrimonio cardiológico les decía por ejemplo que la frase «con razón» puede sugerir la palabra «corazón» con tan solo omitir la letra «n».

El principal problema psicológico que tenemos (según el psicoanálisis) se origina en el complejo de Edipo (por el cual nos enamoramos del progenitor del género opuesto al nuestro).

La prohibición del incesto es el hecho agravante de esa primera frustración amorosa y que deja huellas cuando se resuelve exitosamente pero que deja dificultades de diversa entidad la mayoría de las veces porque suele no resolverse.

Por homofonía la palabra «estrés» puede oírse como «es tres», remitiendo al llamado «triángulo edípico», es decir a los problemas psicológicos (y estresantes) provocados por el enamoramiento y conflicto que padecemos con mamá y papá.

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11 comentarios:

Silvio dijo...

La historia de Edipo la conozco perfectamente pero no convence a nadie.

Es una simple maquinita de hacer billetes que tienen los psicólogos sólo para ingenuos que le creen a cualquiera.

Tristán dijo...

La homofonía me produce homofobia.

Ingrid dijo...

¡Con razón los triángulos amorosos me estresan tanto!

Reina dijo...

Durante tres años fui hija única, hasta que de pronto nacieron los octillizos y creo que tanta rivalidad fraterna me complicó el Edipo.

Milagros dijo...

En mi caso relaciono el estrés con la Santísima Trinidad. Entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, no queda espacio para una mujer...

el exorcista dijo...

No sé por qué a mi me llega un montón de spam satánico.

Ludovika dijo...

Me compré una camiseta para dormir que dice "NO AL ESTRÉS"; eso sí, antes de ponérmela siempre la plancho.

Celeste dijo...

La homofonía me da a pensar que el Cielo debe ser un hielo.

Filisbino dijo...

Con mi hermano mellizo el triángulo Edípico se convirtió en todo un cuadrilátero!

Jhoanes dijo...

La única forma de superar la amargura que me produjo la prohibición del incesto fue dedicarme de lleno al básquetbol.

Eusebio dijo...

La consigna que yo tengo para las pequeñas obras de arte que ud menciona es BORRAR.