En los artículos mencionados al pie de éste, comparto con ustedes ejemplos en los que la violencia parece ser propia de nuestra naturaleza, aunque simultáneamente no paramos de condenarla.Yo creo que el intento de comprender algo no necesariamente implica volverse tolerante ni permisivo ni mucho menos defensor de eso que se entiende, se comprende, se conoce. Por el contrario, me parece que es esta creencia la que evita acceder a soluciones genuinas.
También es rentable (aunque desagradable, lo admito) buscar primero cuál es la participación responsable que tenemos en el fenómeno que se trata de evitar.
Pondré un ejemplo: En el planeta vivimos muchos y de diferentes especies: mamíferos, vegetales, insectos, peces.
Aplicando la Ley del más fuerte, combatimos agresivamente todo lo que se oponga a nuestros intereses. Tratamos de aniquilar las bacterias y virus que nos enferman, destruimos los bosques donde queremos plantar soja, atacamos a los insectos que tipificamos como «plaga».
¿Alguien se pondría a discutir sobre la conveniencia de ser violentos con los otros dueños del planeta que nos molestan?
Por ejemplo, este planteo puede provocar en usted una descalificación automática. Si está en contra de nuestros intereses, no hay nada que pensar: hay que quitarlo del medio.
Esta actitud aparece cada vez que nos sentimos atacados y no solamente por seres de otras especies: también de la nuestra. El lema que cada tanto reaparece y que dice «El que mata debe morir», sólo puede ser neutralizado si podemos moderar sus causas, que seguramente son nuestra propia condición violenta, intolerante, agresiva.
Quienes se creen por encima del bien y del mal, son parte del problema.
Artículos relacionados: La violencia invisible y La discusión deportiva
●●●
18 comentarios:
Me considero una persona muy prudente y respetuosa de los derechos de los demás. Si los buenos ciudadanos no nos defendemos de los delincuentes, tarde o temprano nuestra especie se auto-extinguirá.
Puedo aceptar que todos somos responsables en lo que nos pasa pero usted comete el mismo error de los demás: Critica la actitud prescindente pero no dice cómo hacemos para participar ya que correspondería que lo hiciéramos.
No es un dato menor el que se está omitiendo.
Considero que usted sabe mucho de todo lo que escribe, pero me permito opinar que cualquier especie hace lo que tenga a su alcance para sobrevivir, incluida la nuestra.
Tenemos que desdramatizar.
Está inteligente eso de COMBATIR la violencia. Es como matar a los que matan: más de lo mismo.
En la superficie de los líquido hay una cosa que se llama "tensión superficial" y en las sociedades siempre hay algún motivo para que surjan cierto chisporroteos. Si se afloja algún diente, si se oscurece un ojo, si se fractura un hueso, si se pierde alguna vida, No corresponde revisar todo como diciendo que la sociedad es violenta, que hay que tomar medidas, que deben reprimirse a ciertas personas, que se nos cae el cielo.
Creo que tenemos que admitir que estamos muy lejos de encontrar soluciones al problema de la violencia y tomar las medidas a corto y a largo plazo que nos parezcan más convenientes. Quizás logremos mejorar la situación pero no podemos alimentar la falsa idea de que vamos a quitarnos de encima el problema.
Estoy de acuerdo en que una de las premisas fundamentales es aceptar que el problema no está sólo afuera.
Tenemos que tener presente la evolución de la humanidad, como ha ido cambiando el Derecho, como son los convenios internacionales que hemos pactado ¡no podemos irnos milenios para atrás!
Entiendo las respuestas emocionales de las personas que son afectadas directamente por las consecuencias de la violencia. No sé cómo reaccionaré cuando me toque a mí.
Hace varias décadas que los movimientos ecologistas cuestionan el derecho de los humanos a enseñorearse del planeta.
El sistema capitalista adhiere a la ley del más fuerte. Es muy difícil que las personas logren vivir a contrapelo del sistema.
Para las polillas de mi casa uso Nopol, que las engorda y crecen.
Tenemos que buscar alguna fórmula homeopática para la violencia.
No cabe duda alguna de que la violencia forma parte de la Naturaleza. Quizás no haya solución posible.
Hay que aplicar las leyes de Mendell. Eliminar a los individuos violentos hasta que cambie la especie.
La destrucción y la muerte forman parte de nuestro organismo desde la más tierna infancia; así es que envejecemos.
Todo esto parece no tener solución porque nos faltan conocimientos. Es difícil imaginar cuánto llegará a cambiar nuestro mundo antes de que desaparezca.
Publicar un comentario