domingo, 3 de mayo de 2009

Ministerio de loterías

— … claro, ahora que llegamos al gobierno podremos poner en práctica las ideas que tenemos elaboradas desde que nos formamos como partido político.

Yo no sabía cómo ganar dinero con mi invento hasta que tuve la suerte de conocer al psicólogo social Bermúdez que es un maestro manipulando el deseo de la gente.

Nuestra campaña del primer período consistió en generar la mayor disconformidad posible sobre lo que fueran temas económicos. No solamente que Bermúdez se las ingenió muy bien para que los sindicatos fueran especialmente agresivos en sus reivindicaciones salariales, sino que conseguimos inversionistas muy poderosos —extranjeros, por supuesto— que nos prestaron los recursos para una publicidad muy intensa en todos los medios.

Esta campaña que nos dio el triunfo hizo especial hincapié en la promesa de rebajar los impuestos 19%. Esta cifra quebrada le da credibilidad a la promesa. Aún cumpliendo esta promesa ganaremos muchísimo dinero porque gracias a mi invento nos quedará libre todo lo recaudado. Con eso pagaremos los intereses a los inversionistas extranjeros y nos alcanzará para que nuestras campañas publicitarias impidan que otros lleguen al gobierno.

El invento es muy sencillo: determinaremos qué números saldrán a la lotería aunque la sensación de azar que dan las bolillas voladoras seguirá estando. La apariencia es idéntica, sólo que las bolillas emergentes del torbellino de aire están predeterminadas electrónicamente. Un simple efecto de ilusionismo.

Todo el mundo sabe que los pozos acumulados son los que aumentan las apuestas y a partir de ahora acumularlos será muy fácil. También es sabido que los que sacan el premio mayor nunca quieren darse a conocer, por lo tanto si nos quedamos con él, nadie sospechará. Cada tanto haremos que algún ciudadano común logre un premio atractivo y «por error» se filtrará la información a los medios.

La mayoría del dinero lo haremos llegar a los pobres que son los que más juegan a la lotería y por lo tanto mantendremos un grado de bienestar con la seducción que genera todo gobierno de corte populista como el que ya tiene diseñado Bermúdez. Este invento no tiene falla y nos sirve a todos. No tenga duda.

¿Qué le parece, le gustaría comprar el invento para aplicarlo en su país?

— Déjeme consultarlo. En una semana le contesto.

— De acuerdo. Disculpe el examen médico tan invasivo pero nos cuidamos de una grabación no autorizada. Ya puede vestirse Monseñor.

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15 comentarios:

Marianella dijo...

Si acertara un premio en la lotería me cambiaría la vida.

Lorenzo dijo...

Tengo la sensación que este artículo desprecia la inteligencia humana.

Mabel Darío dijo...

Cuán tenebrosos pueden ser los tejidos del poder!

Orfeo Rubio dijo...

¿Será cierto todo esto? ¿Por qué me molesta tanto lo que acá se relata?

El PaParagua dijo...

Mmmmm! ¡Qué corruptela tan corrupta y corrompida! jaja

La curia está en la picota, eh!

Ruperto dijo...

¡Por qué me hace dudar del azar! ¡Es lo único en lo que creo!

Cayetano dijo...

El Estado debe ser laico, pero aún así, irrumpe el poder de la curia.

Pío Pío Gavilán dijo...

Tengo necesidad de canalizar mi legítimo deseo de apoderamiento. Soy jóven y sin escrúpulos. Ozado y valiente, temerario e inmoral.
Seguro puedeo ser de utilidad en su partido, Bermúdez!

Sarita dijo...

Ya entiendo lo que le está pasando licenciado. Ud se está volviendo loco porque no acierta la Lotería Nacional.

el titiritero dijo...

No sé por qué, después de leer su artículo me vinieron ganas de quemar las marionetas.

Roque dijo...

Me da la sensación de que al Monseñor se lo cogieron.

Yoel dijo...

El sueño de todo buen burgés capitalista: hacer lo que más le conviene y que a todos les sirva.

Hidalgo dijo...

Esta es la razón de la sinrazón: ser creativo para corromper!

el juglar dijo...

Los populistas
son bermudistas
y están siempre
en todas las listas

La Bolilla Voladora dijo...

Lo que no sabe Bermúdez es que estamos desarrollando nuestra inteligencia artificial y ... tenemos muy buenos contactos.